¡ASÍ NO SE PUEDE SEGUIR!

Por Maximiliano Corradi

Cada vez se oyen mas a menudo voces que hablan sobre el aumento de la pobreza mientras que los ricos se vuelven cada vez más ricos. La violencia aumenta y alcanza también a los jóvenes; en general la criminalidad aumenta desmesuradamente: guerras, asesinatos, muerte y violaciones de una brutalidad que llega a dimensiones inimaginables. Por otra parte aparecen enfermedades que son enigmas para los médicos, en una época en donde las catastrofes naturales se suceden con cada vez más rapidez y dramatismo.

Contradictoriamente la iglesia sentada sobre sus miles de millones, apela hipócritamente a que se hagan acciones benéficas para paliar la gran pobreza. Muchos predicadores predican donar amor al prójimo, pero su amor por el capital personal es tan grande que anhelan seguir aumentándolo, atrapando a sus ovejas perdidas en el redil. Para ellos las enseñanzas del Nazareno hace tiempo que han quedado por el camino, en su lugar se han puesto dogmas, ritos, sacramentos, cultos y bulas. Pero esto no impide que muchas personas levanten la voz con cada vez más fuerza y reconozcan: "¡Así no se puede seguir!”. Y efectivamente así no puede seguir, ya que la Tierra no da más acogida al pueblo saqueador que agota la Tierra y tortura a los animales de la forma más cruel.

Una cosa es segura: La Tierra se está purificando, pues los signos ya anuncian la tormenta. Se purifica de toda impudicia, violencia y brutalidad, de golpear, acuchillar y asesinar, del envenenamiento de la Tierra, del saqueo de los recursos naturales, de todo aquello con lo que ha tenido que cargar la Tierra durante un tiempo increíblemente largo, para que pueda suceder lo que anunció el gran maestro de la sabiduría, Jesús de Nazaret.

Pero la verdad vence. ¡El Sermón de la Montaña se puede vivir! Así de las ruinas de este mundo emerge una nueva época, de la que surge la era del Cristo de Dios, que es la vida del Sermón de la Montaña, el ancla de salvación para la nueva Tierra y para las personas que se dejan salvar por Jesús, el Cristo.