DEPORTISTA DE LA LENGUA

El deporte extremo de la Presidente

Sin dudas la primera mandataria no se dedica al rafting en ríos Clase IV, ni a los saltos en caída libre con paracaídas, ni siquiera al Bangee Jumping, ni – mucho menos – al snowboard. Lo que ella ha elegido es: hablar. Luego de las elecciones parece que la necesidad de adrenalina le ha subido así que lo hace a destajo.

En ese plan se ha dirigido a los gremialistas y diciendo: “Los convoco a no boicotear a la Argentina”, entendiendo por boicot el conflicto de los aeronáuticos con el delfín a cargo de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde. Una cháchara que no ha tenido la acogida que esperaba ya que muchos han mirado disimuladamente para otro lado y algunos, no muchos todavía, han comenzado a disentir. Entre ellos Hugo Moyano.

No era para menos. Debe ser el primer caso, en un gobierno peronista, que el Ministro de Trabajo – en persona – tramita la quita de la personería jurídica de un gremio. Que Cristina Fernández dijera luego: “no hay mejor manera de defender a los trabajadores que cuidar las fuentes de trabajo”, sonó a perogrullada.

Es que hay medidas poco comprensibles. Una de ellas, en relación también al conflicto antes mencionado, es volver a poner a los controladores aéreos bajo el mando de la Fuerza Aérea Argentina. La memoria de muchos suele ser débil, pero con poco esfuerzo podrían recordar que quien los sacó de esa dependencia fue una orden nada menos que de Néstor Carlos Kirchner, su difunto esposo, siendo presidente, con la siempre inestimable ayuda de Nilda Garré. ¿Muchos se preguntan ahora cómo es que vamos? ¿Avanzamos o retrocedemos? Algo complicado en donde aclarar oscurece.

Pero Cristina Fernández no ceja en su deporte de riesgo. En Rosario, en la planta de General Motors, aseguró que hoy un trabajador puede acceder a un 0 Km con 8,7 sueldos.

Nuevamente hubo quienes miraron a otra parte, desentendidos del anuncio, como quien oye llover. Aunque los cálculos de la presidente apuntaran al precio de un Corsa Classic Basic 0 Km, con un precio de lista que va de los $ 45.500 en su versión más económica y llega a los $59.290 en el modelo full. Se necesita para el primer precio que un trabajador gane $ 5.229 por mes. Algo muy alejado de los ingresos promedio en el país que, según las mediciones del INDEC, alcanza los $1.900 y el mismo INDEC asegura que de los asalariados sólo un 10% cobra sueldos de más de $4.000, algo un poco diferente a las palabras presidenciales.

El gobierno nos dice que le creamos al INDEC pero si lo hacemos no podemos creerle a la presidente. Una falacia K para agregar a la colección. Como siempre la verdad no se encuentra en las palabras oficiales sino en las góndolas, los almacenes y – también ahora – en las concesionarias de autos. Los incrédulos pueden también preguntarle a Sergio Schoklender cuántos sueldos le llevó la Ferrari o consultar si los sueldo promedios estaban referidos a la Cámpora.

En la cambiante primavera, donde céfiros, auras, brisas, soplos y corrientes pasan del calor veraniego al frío del invierno ido, no le vendría nada mal a la presidente estar afectada por una afonía o hacer un voto de silencio, al menos hasta el 10 de Diciembre.