domingo, 13 de noviembre de 2011

Y DE REPENTE … RESUCITÓ


Y DE REPENTE … RESUCITÓ
Por Malú Kikuchi (13/11/11)

Hacía tiempo que el dólar no era un tema de conversación masiva entre la gente. Hablaban del dólar los especialistas en economía y finanzas, los exportadores y los importadores, pero no la gente común. El dólar se nombraba para definir precios de propiedades o de autos de alta gama, y eso porque los argentinos tenemos un sistema mental bimonetario, desde mediados del siglo XX, y en curva ascendente.
Y de repente … resucitó. Un milagro generado, por inverosímil que parezca, desde el gobierno. Un gobierno que hace apenas 20 días, el 23/10/11), ganaba las presidenciales con el 54% de los votos. ¿Qué le pasó a Cristina?¿Un feroz ataque de realidad? ¿Qué le pasó a su equipo económico?
Primero habría que averiguar si hay un equipo económico que pueda discutir políticas con la presidente. En el caso que esto fuera factible, habría que averiguar si el equipo es idóneo. Si la presidente no consulta con nadie, y es obvio que no es economista, estamos en graves problemas.
En tiempos de Néstor, el real ministro de economía, era Néstor. Bueno o malo (más lo último, que lo primero), tomaba decisiones y las hacía cumplir. Aunque no se estuviera de acuerdo con sus políticas económicas (con las otras tampoco), se tenía la sensación de que él sabía lo que quería hacer y hacia donde quería ir.
No es el caso actual. Los controles a la compra de dólares, disfrazados de control al lavado de dinero (y esto es bueno, que el GAFI lo exige y Argentina lo necesita), cayeron de repente sobre el comprador con la AFIP, la gendarmería, la UIF y lo que se le ocurra. La gente que no había pensado en comprar dólares, corrió a comprarlos.
Pusieron más controles, la gente se desesperó, y por si acaso (en economía el “por si acaso” sale carísimo), intentó cerrar sus cuentas en dólares, no quiso renovar sus plazos fijos en US$, y atemorizada, hizo colas en los bancos. Empezaron los rumores.
Desde hace 48 horas se dice que el lunes puede haber un posible feriado cambiario y/o bancario, o pesificación de depósitos, o expropiación de cajas de seguridad. Nada de esto ocurrirá. Esperemos. Pero la usina de rumores se puso en marcha, y una vez que empieza, lleva tiempo y una confianza que no hay, terminar con ella. Todo esto antes de las vacaciones y contra pequeños ahorristas, que probablemente votaron al gobierno.
Medidas gratuitas con respecto a la gente, onerosas con respecto a la misma gente y a la economía del país. Sumado al despropósito del dólar, Guillermo Moreno decidió cerrar las importaciones. Pocas horas después, las permitió. El gobierno ahora permite que los bancos entreguen los dólares a los ahorristas, y reconoce que salieron del circuito más de US$ 600 millones.
Aunque las últimas son medidas sensatas, que no hubieran sido necesarias de no haber tomado primero medidas insensatas, la sensación es que no saben lo que hacen. Desgraciadamente no somos lo suficientemente cristianos como para decir, “perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen”.
El dólar, que es un billete verde, para no decir que se vende en el mercado negro, lo llaman “blue”. Es “cool y fashion”. Amén del arco iris en derredor de la divisa norteamericana, la verdad simple, es que una vez más en Argentina, hay un mercado paralelo del dólar. Lo han resucitado, alguna razón habrá. Nada es porque si, va en contra de las leyes naturales: todo es por algo y todo tiene consecuencias.
El dólar oficial cerró a $4,29, el blue, pasó los $5 y en algunas provincias llegó a $6. Alguien está ganando mucha plata con esta brecha. Algunos, todavía sin nombre, pero con permiso de la AFIP, pueden comprar dólares a $4,29 y venderlos luego a $5. Y volver a empezar al día siguiente. Un buen negocio para pocos y muy malo para el resto. Además, si nos acostumbramos a un dólar por encima de los $5, al gobierno le resultará racional y lógico subir su propia valuación oficial, sin hablar de devaluación.
De acuerdo a nuestra cíclica historia, estos sismos cambiarios que preanuncian males mayores y se repiten cada vez con mayor frecuencia, suceden con los cambios de gobierno. El nuevo gobierno le echa la culpa de todas las medidas desagradables que no le queda más remedio que tomar, “a la pesada herencia recibida” del gobierno anterior. Este nuevo viejo gobierno K, ¿a quién le va a echar la culpa?
No es difícil de adivinar. Van a aducir un golpe del mercado, auspiciado por las corporaciones (siempre queda bien hablar mal de las corporaciones) y por supuesto, con la imprescindible ayuda de los medios que trabajan en contra del gobierno. Aunque hoy en día hay más del doble de medios afines al gobierno, que contrarios.
Esta película ya la vimos. La vimos demasiadas veces. Recordamos diálogos enteros de memoria. Otra vez, ¡no! Además de ser vieja, pésima y repetida, la película del US$ y la Argentina, termina siempre mal para la gente. Por favor, todavía están a tiempo, ¡hagan algo bien! Se agradecen los finales felices.
Una pequeña nota al margen: mientras sólo se habla del precio del dólar, el poder judicial (no confundir con justicia, de eso no hay nada), sobresee a los funcionarios acusados de recibir sobornos por parte de SKANSKA. Lo curioso es que en su momento, SKANSKA Suecia, casa central, admitió que, sin su conocimiento, la filial argentina había pagado sobreprecios. Se removió a todo el personal de SKANSKA Argentina. Y desde entonces, la filial en nuestro país tiene explícitamente prohibido cerrar contratos de ningún tipo con gobiernos municipales, provinciales o el nacional, sólo puede hacerlo con privados. A pesar de todo, los funcionarios acusados fueron sobreseídos. SKANSKA sobornó y pagó sobreprecios vaya Dios a saber a quienes. Un misterio más para descifrar en nuestra corrupta Argentina.
Otra más del poder judicial: Luis D´Elía es condenado a 4 días de prisión en suspenso, por trompear a un pacífico chacarero que manifestaba en contra de la 125. Según D´Elía, su trompada salvó a Cristina del “golpe”. “Hablamos como vivimos” (Osvaldo Quiroga), en este caso, mal. Muy mal.

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