Cabe preguntarse que hará el día 25 de junio este presidente.
Realmente hay que hacer un esfuerzo para imaginar otra cosa que no sea una derrota catastrófica de su candidato.
Se habrá dado cuenta Filmus que lo está usando ?
Hacerlo subir hasta 35 o 38 puntos y dejar instalado ese número como si fuera la verdadera apoyatura kirchnerista en Capital, es la única razón por la que el Presidente lo corre a un costado y se pone él mismo a competir con Macri.
De tal modo será ese, un apoyo específico a Kirchner.
Perdidoso… pero nada despreciable.
Pero allí hay un costo muy oneroso.
El nivel de conciencia real del presidente respecto de que él es el primer magistrado de todos los argentinos, parece no existir.
Haberse involucrado como en una guerra terminal en la campaña de Filmus, conociendo el pronóstico casi unívoco de una derrota segura, tiene ribetes que son verdaderamente insólitos.
La crispación y la agresividad de las que se hace cargo en forma personal, quedando él, como primer mandatario, instalado como la “última ratio” resulta incongruente, peligroso e inadmisible.
El costo que parece inexorable necesidad de decir algo después de perder. O felicitar a Macri o seguir insultándolo.
Por cuanto es peligroso e inadmisible declararse enemigo abierto de más de la mitad de los ciudadanos de la Capital Federal que van a ungirlo ganador a Macri, en forma irremediable.
Acaso siga sosteniendo la postura de señalarles, a todos, que se han equivocado en masa y que por esa causa les debería pesar la conciencia, aconsejado por su sociólogo José Pablo Feinmann.
Acaso elija asegurarles que su capacidad de percepción ha sido equivalente a la de los imbéciles o de los ignorantes por haberse decidido en su contra.
Se corre de su investidura… lisa y llanamente.
Ignora por completo la esencia de su rol institucional.
Ha venido hablándole al país de la democracia y del respeto por las instituciones.
Muestra ahora cual es su verdadero respeto personal.
Sobreviene un acto electoral, con candidatos que obviamente no piensan en nada como él pero que le disputan los votos con una honestidad democrática que resulta irreprochable.
Se planta pues, frente a ellos, hablándoles no como a opositores limpios y francos, sino como a vulgares delincuentes comunes, usando, a la vista de todo el mundo, un lenguaje y unas armas que sólo usan los comensales del vicio y de la deshonra.
Quien esto escribe no lo vota a Macri y tampoco a Filmus.
Las moscas que hayan podido entrar al cuarto oscuro, luego de posarse en la oferta electoral, salen haciendo arcadas (sic)
Kirchner… sólo sospecha que existen los ideales.
No le constan.
Se ha fingido sostenedor de algunos de ellos, que eligió de una vidriera porque la vio, desde lejos, como la más visitada por la gente. Allí fue, de noche, y eligió… lo que creyó eran ideales.
Siempre… la verdad… pudo más que él.
Saltó a la vista, a pesar suyo… y fue su castigo.
Ha venido practicando el mal … por inercia.
Y el bien… por equivocación.
Hoy decide vomitar sobre los principios democráticos en lo más profundo de su esencia.
E instigar, desde su palio, la unanimidad de los serviles.
Es porque jamás supo nada de su investidura.
Es porque ha fulminado ese concepto, en su ideología del mal.
Es porque en su esquema de percepción jamás aceptaría que el pueblo pueda ver y encarnar la conciencia misma de los destinos futuros de una nación y de un sentimiento noble.
Es porque rechazaría, por tóxico, el fenómeno que convierte a un ideal en Nación.
Se apartaría, ampollado de horror, antes de admitir que el pueblo que ha votado otra postura distinta a la suya, fue un fenómeno que residió en la convergencia moral de los que sintieron a su libertad de elegir en una posición que estaba a mayor altura que los insultos y que las crispaciones.
Su augusta obligación de propender a la unión nacional, como presidente de una República, jamás ha sido cumplida.
Inversamente, ha instigado el odio hasta el delirio, ha fomentado los enfrentamientos y la inquina personal.
Ha propiciado que haya fisuras graves hacia la división social.
Quiso convertir a estas simple jornadas electorales en un burdo enjuague de mercenarios y en un pugilato de aventureros.
Ha puesto a muchos a parir.
Y a muchos otros a desear que algún día, en un juicio justo, se le arranque la investidura sobre la que ha venido vomitando y se lo juzgue por violar los 129 artículos de la Constitución Nacional.
Ha puesto a mucha gente, como jamás ocurrió antes en nuestro país, en la posición sincera de anhelar que regrese pronto a la hendija de la piedra de donde salió.
Y que no vuelva más.
Lic Gustavo Adolfo Bunse
mailto:gabunse@yahoo.
Fte:Tabano
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