LAS TITULACIONES

Alguna intervención ha invitado a tener presente que hacer uso de un título en la profesión a la que se alude estar titulado, mediante una instancia que haga a la misma, firmando como tal, puede ser considerado algo indebido, aunque el permitir que alguien se nomine al otro como tal, pueda ser considerado solamente del tipo de “uso y costumbre” y tal vez corresponda a quien nomina y no tanto al nominado, la imprudencia conforme a la sociedad en la cual esta inmersa.
Quienes estamos titulados en forma primaria secundaria terciaria y universitaria de grado y post grado llamada esta última cuaternaria por algunos especialistas en educación, solemos conocer los alcances de las validaciones, como asimismo quienes hemos participado en las legislaciones tenemos conocimiento de la legislación comparada al respecto.
Puede que nuestro Ministro de Educación actual, sociólogo, y otros tantos postgrados en el exterior, que ha incursionado en el tema de educación al que no acusa en su currículum vitae el haber obtenido titulación alguna en función docente para actuar frente a alumnos y si ha ejercido la docencia a nivel universitario como muchos otros, le quepa lo poco prolijo de haber ejercido una función para la cual no ha sido capacitado, aunque conozca acerca del tema que le ocupa pero poco del rol del educador
Tal vez no sea conveniente instalar en la sociedad una competencia de titulaciones para cuestionar quienes la han o no otorgado, sino preocuparse por los hombres y mujeres de bien que quieren poner al servicio de la sociedad su ganado prestigio, mas que medrar con el prestigio que pueda pretender por querer incluirse en algún grupo de pertenencia
Norma Pozzo