viernes, 1 de junio de 2007

PAJARRACOS DE GOBIERNO

Señor Director:

Es evidente que el calentamiento global ha comenzado a afectar severamente a nuestra fauna vernácula, produciendo extrañas mutaciones y cambios de comportamiento en algunas especies.
El primer indicio lo tuvimos tiempo atrás, cunado un simpático y lábil pajarito, el Tordo Borocotiensis, mudó de la noche a la mañana su plumaje metamorfoseándose en pingüino.
Y nuestra Primera Ave, el Pingüino Emperador, adopta cada vez con más frecuencia conductas propias del avestruz, al punto que ya no se lo puede encontrar en su frío hábitat natural, cuyo clima le resulta, sorprendentemente, cada vez más hostil. Ahora, refugiado en latitudes más templadas, esconde la cabeza en un hoyo para no ver las cosas que le disgustan, sin comprender que ésta es una estrategia desafortunada, porque la realidad, inexorablemente, termina por devorar a los que se empecinan en ignorarla.
Tampoco es de extrañar, entonces, que ciertos obsecuentes ejemplares de rémora, cuya subsistencia depende de permanecer adheridos a otro espécimen más poderoso, se trasmuten en gallos de riña, y salten al ruedo a cacarear bellaquerías y a emprenderla a picotazos contra todo ser viviente que se atreva a contradecir al rey de la pingüinera.
En vista de tanto baturrillo zoológico, todos quienes habitamos en este paraíso natural a contramano de la historia -que algunos falsarios nos quieren vender como "país en serio"-, tendremos que meditar muy bien, de aquí a octubre, el destino que le vamos a dar a nuestro voto. De lo contrario, sabe Dios qué clase de pajarraco podría llegar a hacer nido en el sillón de Rivadavia.

Lic. Angel Luis Mangano

No hay comentarios: