CÓMO HAREMOS?
Habiendo transcurrido cuatro años bajo el mandato del presidente Kirchner me
formulo la siguiente pregunta:
¿Como haremos los argentinos para recuperar la República?
Es obvio que en la Argentina tanto la preeminencia del Poder Ejecutivo sobre
los Poderes legislativo y judicial, como el incumplimiento de la
Constitución Nacional son anteriores al año 2003.
Viene a mi mente la frase sobre el Huno Atila (406-453): "Bajo los
cascos de su caballo, (llamado Othar) nunca más crece la hierba".
De la mano del presidente Kirchner ¿ocurrirá lo mismo pero con la
Constitución Nacional y todo lo que tenga que ver con el cumplimiento de
la ley?
Tomando en cuenta lo que han sido estos primeros cuatro años de gobierno
Kirchnerista ¿crecerá aun más en la población y en los futuros gobernantes
el desprecio por el respeto y el cumplimiento de la ley?
El proceso de desconstitucionalización, de la mano de este gobierno, se ha
consolidado.
Veamos algunos ejemplos:
1) Falta de independencia de los poderes legislativo y judicial. Ambos en la
práctica, violando el principio republicano de la división de poderes, se
han convertido en apéndices del ejecutivo.
2) Inexistencia de políticas que contengan la inseguridad, agravada por la
no aplicación de las leyes existentes.
3) Inserción en el imaginario colectivo que, quien ejerce su autoridad y se
atreve a aplicar la ley, es un represor.
4) Instalar en adolescentes y adultos que el supuesto ejercicio de un
derecho faculta a violar otros derechos garantizados por la Constitución
Nacional. Es así que obstaculizar e impedir circular por las calles y rutas
de la República, tomar edificios públicos, colegios y universidades, ocupar
fábricas y empresas privadas son actos no reprimidos ni penados mediante la
aplicación de las leyes vigentes.
5) El desconocimiento por parte del alumnado de nombramientos legales como
el del rector de la UBA o de los Colegios Nacionales invocando derechos
establecidos por Asambleas en las que actúan ellos mismos, para
autoproclamar leyes o normas contrarias a la legislación vigente.
6) Y más grave aún, impedir que asuman sus cargos candidatos elegidos por el
pueblo en elecciones nacionales libres, aduciendo supuestos delitos no
comprobados.
7) Gobernar por medio de decretos de necesidad y urgencia cuyo dictado en
estos cuatro años ha superado el triste récord histórico de gobiernos
anteriores.
8) Gobernar mediante superpoderes vitalicios que facultan a reasignar
partidas millonarias de manera arbitraria y sin control parlamentario.
9) Inexistencia de control de los actos de gobierno por la falta de sanción
de una ley de acceso a la información pública. Proyecto que supuestamente ha
perdido estado parlamentario.
10) Detección de hechos de corrupción escandalosos con la participación de
funcionarios del actual gobierno, que diariamente ocupan ocupar las tapas de
todos los diarios, no solo en el país sino con trascendencia internacional.
Seguramente podríamos continuar enumerando muchas mas situaciones por muchos
de nosotros conocidas, y en este punto me pregunto ¿Cómo haremos para
inculcar en las generaciones actuales y futuras que gobernar de esta manera
es llevar a la República Argentina a su quiebra social, económica y moral?
Todavía estamos de pie porque la situación internacional beneficia los
precios de nuestras materias primas exportables y China e India necesitan
esas materias primas. Pero dejamos pasar oportunidades que ayudarían a
captar inversiones extranjeras con la consiguiente creación de empleos
legales y permanentes.
Así como por donde pasaba Ethor el caballo de Atila no crecía más la hierba
aquí en la República, al parecer no crecerá la noción de respeto a la
autoridad ni a la Constitución Nacional y todos los principios y garantías
que en ella se proclaman, sin una gran toma de conciencia. Quizá solo un
camino puede salvar a la Nación y es la educación pero lejos estamos de que
un gobierno aplique seriamente recursos en el rubro educación. En primer
lugar porque no rinde votos en el corto plazo y en segundo lugar porque un
pueblo culto no elegiría jamás gobernantes como los de las últimas décadas.
Solamente saldremos de la decadencia y mediocridad crónica que nos agobia
cuando realmente comprendamos los ciudadanos y los gobernantes que la
educación es el principio del largo camino para que la Argentina se
recupere.
De no asumirlo entre todos seguiremos viviendo una fantasía de supuesta
bonanza para luego afrontar una descomunal crisis.
Educar al soberano nos posibilitará recuperar la República y en ese camino
recuperaremos el desarrollo económico y social al que toda persona de bien
aspira, con una distribución del ingreso justa y digna que tome en cuenta a
los más necesitados.
Alejandro Olmedo Zumarán.
alejandroolmedozumaran@fibertel.com.ar
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