GASTAN A RADICALES

ELECCIONES 2007
"GASTAN" A RADICALES EN EL ACTO
CRISTINA KIRCHNER Y JULIO COBOS.
“Pan y Vino, Pan y Vino, el que no grita Perón para que carajo vino”, fue una de las letras que los peronistas que colmaban el Luna Park ofrecieron a sus socios electorales como símbolo del rol que les otorgan en la llamada “Concertación” oficialista.

Se sumo a este clima poco “plural” la frondosa cartelería vinculada a los líderes del peronismo, así como las recurrentes entonaciones de la “Marcha Peronista”.

Los radicales k que vienen soportando con bastante hidalguía el creciente ninguneo del kirchnerismo, que ha rechazado de malos modos sus sondeos para iniciar negociaciones sobre la integración de un eventual gabinete cristinista, reaccionaron y hubo algunos roces que no pasaron a mayores y que los locutores oficialistas se apresuraron a tapar.

La tensión reinante fue rápidamente decodificada por la candidata quien en su discurso enfatizó las bondades de la alianza con los radicales, para al menos halagarlos desde el discurso ya que por ahora estos han fracasado en sus intentos de garantizarse espacios de poder importantes, más allá de la vicepresidencia

"La concertación es el resultado de una reflexión, de un análisis de las cosas que nos han pasado a los argentinos", afirmó la candidata en el acto del Luna Park, cuya organización causó un notable caos en el tránsito porteño.

La puesta en escena para revalorizar la Concertación comenzó en rigor desde el inicio del acto cuando se proyectó un video con declaraciones de antiguos dirigentes peronistas y radicales y continuó con las declaraciones de Cobos, quien afirmó un tanto tibio que la alianza celebrada con el kirchnerismo es el producto de "un conjunto de hombres y mujeres de distintos sectores políticos y sociales para tratar de conformar un proyecto común".

Lo cierto es que más allá de los discursos, como reveló La Nación días atrás, los radicales k que lidera Cobos ocupan un rol absolutamente marginal en las decisiones del poder, hasta el punto que la propia Cristina sólo consideró necesario mantener algunos pocos diálogos superficiales con su compañero de fórmula, casi como si se tratara de un accesorio.