KRISTINA ¿POR QUE ESTA TAN ENOJADA?
Por Malú Kikuchi
Finalmente, llegó el día tan esperado por la senadora. El jueves 19/7, puntual (cambio notable con respecto al Presidente), en el elitista Teatro Argentino de La Plata, ante personas invitadas especialmente, con cuidada puesta en escena, se produjo el lanzamiento de la candidatura a la presidencia de la mujer del Presidente.
Todo estaba milimetradamente calculado, de acuerdo a las órdenes de la senadora. Los invitados, con tarjeta, dijeron presente; desde su marido, Néstor Kirchner, hacedor de su candidatura, hasta el gabinete en pleno. Estaban los gobernadores, los intendentes y los funcionarios K. También fueron los legisladores y los sindicalistas K, las madres y las abuelas de Plaza de Mayo. Sólo faltaba el pueblo, pero la candidata no lo había invitado. Todo estaba como debía estar, entonces, ¿porqué tanto enojo?
La senadora, particularmente mona, adecuadamente vestida, discretamente enjoyada; estaba, bien. Fue la única oradora, nadie le hizo preguntas, nadie desvió la atención de su persona, la escucharon como en misa; entonces ¿porqué se la vio tan, pero tan enojada?
A lo largo de 47 minutos, la senadora y candidata a la presidencia, habló. Habló enojada. Hizo gestos de enojo, señaló con el dedo personas, hechos, historias, personajes; todo ameritó el índice admonitorio. ¿Porque? ¿Porque está tan enojada? ¿Con quien está tan enojada? ¿Contra qué está tan enojada?
Mirando desde afuera, la senadora tiene una vida envidiable; su familia está bien, que es lo más importante; se presume que está sana, su apariencia física es agradable (y muy cuidada), tiene dinero suficiente para financiar sus gastos (que son caros), es laboralmente exitosa y ahora, aunque sea a dedo, ha conseguido ser candidata a la presidencia de la Nación. ¿Porque está tan enojada?
A lo largo de 47 minutos, la senadora, enojada, habló. ¿Qué dijo? Dijo que el cambio que ella representa, es la continuidad. ¿¿?? Perdón, ¿qué quiso decir? ¿El cambio es el no-cambio? No habló de la corrupción en el gobierno de su marido. ¿Eso no va a cambiar? No habló de la inseguridad que padecen los habitantes del país durante la administració n K. ¿Tampoco promete que va a cambiar la inseguridad por la seguridad?
No habló de la crisis energética. ¿No la va a solucionar? No habló de la preocupante y creciente inflación ni de los dibujos del INDEC. ¿No va a cambiar nada al respecto? No esbozó un programa de gobierno. Y todo lo que dijo,- ¿qué dijo?- fueron palabras bien hilvanadas, enojadas, despojadas de pasión (a pesar de los gestos), que dejaron en claro muy poco: el cambio es el no-cambio y el Presidente es un hombre poco común. Obvio, diría un chico, ¡si el marido!
La senadora esposa del Presidente de la Nación, candidata a la presidencia, es una abogada con una larga trayectoria política, lleva 20 años haciendo política. Eso sí, ha cambiado de políticas a lo largo de los años, siempre de acuerdo al lugar que ocupaba en el momento correspondiente. Ardiente defensora de los poderes del Legislativo y en contra de los Decretos de Necesidad y Urgencia en tiempos de Menem, mutó en ardiente defensora de los DNU en cuanto estos dependieron de su marido, el Presidente (campeón absoluto en cantidad de DNU decretados).
Enemiga declarada de los superpoderes anticonstitucionale s (artículo 29 de CN) en tiempos de De la Rúa, cuando eran para Domingo Cavallo, pero aceptándolos graciosamente en tiempos de Kirchner, cuando son para Alberto Fernández. Del lado de una Justicia independiente con cualquier gobierno … hasta que llega el de su marido. Entonces manipula el Consejo de la Magistratura para poder presionar a los jueces.
¿Cuál Cristina va a ser la candidata y quizás la Presidente? ¿La de ayer, con otros gobiernos o la del gobierno de su marido? ¿A qué partido pertenece la candidata? Viene del PJ combatiente de los 70 (¿si?), apoyó la privatización de YPF con Menem y fue constituyente en el 94. Hoy está en Frente para la Victoria. Pero el Frente para la Victoria (no tan victorioso últimamente), ¿es un partido? En el minimalista escenario del Teatro Argentino de La Plata no había simbología de ningún partido. ¿Además de su marido y los funcionarios de su marido, ¿a quién representa?
¿Serán estas y otras preguntas las que enojan tanto a la candidata? ¿Será que no ha sido designada después de ganar una interna contra otros precandidatos, sino gracias al dedo presidencial/ marital? ¿Será que las acusaciones de corrupción contra las otras mujeres del Presidente (hablamos de ministros y secretarios, Miceli, Picolotti, Garré) han coincidido con su lanzamiento como candidata?
¿Será que el mal olor de los gasoductos (SKANSKA y otros) flota en aire y lo enrarece mientras ella se postula? ¿Por eso está tan enojada? ¿Será que el mal humor de los habitantes crece a medida que el frío deja al desnudo la negada crisis energética? La falta de gas y de electricidad, de gas oil y de fuel oil que afecta a la gente, ¿eso la enoja? ¿Será que la irrespetuosa inflación no le tiene miedo a Guillermo Moreno, el inefable Secretario de Comercio, y se dispara sin obedecer a las dibujadas cifras del INDEK; mientras ella habla del cambio del no-cambio?
Recorre el mundo, visita lugares maravillosos, viaja en aviones especialmente acondicionados para su comodidad, sus interlocutores son reyes y presidentes, los desfiles privados la esperan en todas partes; entonces, ¿porque está tan enojada?
No recorre las villas del conurbano de la provincia que representa; no sufre ni el frío ni el calor de las viviendas precarias, su trabajo es bien remunerado; no espera ni soporta infinitas colas para subirse a un tren que a menudo no funciona o a un colectivo a veces trucho para volver a casa después de largas horas de trabajo. No sabe lo que es pegar la nariz al vidrio de una tienda soñando con comprarse algo que no se podrá comprar. ¿Entonces porque está tan enojada?
Preguntas, demasiadas preguntas sin respuesta. Nada queda claro, salvo que la candidata está enojada. Perdón, también ha quedado clarísimo que “(Cristina) Será el nuevo amanecer de la patria”: Néstor Kirchner, Puerto Santa Cruz, viernes 20 de julio 2007. ¿Será una elíptica manera de parte del Presidente de reconocer que estamos en medio de una negra noche?
También queda claro, a pesar de todo, que algún cambio se va a producir si la senadora accede a la presidencia. Dijo la candidata: “No esperen que yo me ponga mocasines, me quedarían horribles. Además, jamás abandonaría mis tacos altos”. ¡Todo un programa de gobierno!
Dicen por ahí, los mal dicentes de siempre, que el remozado enojo de la senadora y candidata, en verdad se debe a los resultados de las encuestas. Esas encuestas que no se dan a conocer públicamente, pero que existen.
De todos modos y como siempre, el 28 de octubre, la única encuesta que vale es el resultado de la elección, y ése, de Usted depende.
P.D.: Hay una razón para el enojo de la candidata, además de las encuestas; la muerte del Negro Fontanarrosa le opacó el acto, invadió los medios y enlutó la Argentina.
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