No fue casualidad que a dos días de consolidarse como el máximo referente opositor tras su victoria en la ciudad, Mauricio Macri se haya encontrado con el cardenal Jorge Bergoglio. Por eso, tampoco llama la atención que un recrudecimiento de los cruces entre el electo jefe de Gobierno y el gobierno por el traspaso de la policía concluya en un nuevo encuentro de Macri y el religioso.
El equipo de prensa del titular de Compromiso para el Cambio (CPC) envió un minimalista comunicado, el cual sólo señala que Macri "realizó hoy una visita de cortesía al Arzobispo de Buenos Aires, el Cardenal Jorge Bergoglio" donde dialogaron sobre "dialogaron sobre distintos aspectos de la realidad social y política de la Ciudad y de futuras líneas de cooperación y trabajo en conjunto".
Sin embargo, detrás de esas dos escuetas líneas se encuentra un claro mensaje hacia el presidente Néstor Kirchner y sus voceros, el jefe de Gabinete Alberto Fernández y el ministro del Interior Aníbal Fernández, quienes repudiaron la conferencia de prensa de ayer en la que el líder de PRO cuestionó la "palabra" del presidente de facilitar el avance de la derogación de la Ley Cafiero, el traspaso de la policía al control del gobierno de la Ciudad y la cesión de recursos presupuestarios para financiar la policía porteña.
La realidad es que desde hace ya bastante tiempo Bergoglio no es recibido por Kirchner, sobre todo después de que el cardenal comenzara a adoptar un fuerte rol político, trasformándose en un duro crítico del gobierno y participando activamente en, por ejemplo, los comicios porteños.
Bergoglio mantiene una estrecha cercanía con varios de los principales actores de la oposición kirchnerista, como la compañera de fórmula de Macri, Gabriela Michetti, el jefe de Gobierno, Jorge Telerman, o la misma Elisa Carrió.
Según informó hoy Clarín, Michetti admitió en un reportaje que a Bergoglio lo frecuenta "habitualmente", cuando necesita "conversar con alguien que me imparta sabiduría". "Cuando tengo ganas, lo llamo y tengo el honor espectacular de que él me conceda rápidamente una entrevista. Una vez por mes, una vez cada dos meses. Me encantaría verlo más seguido, pero tampoco lo quiero molestar tanto", cerró la legisladora.
"Macri no dará detalles de lo que se conversó porque fue una charla privada", aseguró el vocero de Macri, Ivan Pavlovsky, al matutino porteño, y agregó:"El diálogo es permanente y continuará. Con Mauricio y con gente de PRO, eso sin duda".
De esta forma queda demostrado que lo importante del encuentro no fue en realidad lo que allí se trató, sino justamente el encuentro en sí, una especie de "mostrada de dientes" por parte del macrismo al gobierno en plena guerra mediática.
Clarín informó a mediados de junio de este año que la Iglesia espera que tras las elecciones presidenciales —sea quien fuere el que las gane— se inicie "una nueva etapa" en el país, en la que mediante el empeño del Gobierno, la oposición y toda la sociedad se "fortalezcan las instituciones, haya mayor diálogo, se busquen consensos y se avance en la reconciliación".
El anhelo fue expresado por el presidente de la estratégica Comisión de Pastoral Social del Episcopado, el obispo Jorge Casaretto, quien señaló que, si bien los obispos reconocen "los progresos que hubo en los últimos años, todavía los índices de pobreza y exclusión son altos, y debemos seguir trabajando para bajarlos".
FTE: La politica on line
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