La historia de guerras civiles argentinas, puede esquematizarse como la lucha entre la riqueza del puerto de Buenos Aires y el estancamiento del interior del país. Durante la Colonia, la diferencia no era tan marcada. Se dijo que “la Constitución (1853/60) es todo lo unitaria posible bajo la designación de federal”. Los porteños se consideraban los más capaces para dirigir el país, atavismo arcaico que en el siglo XXI, aún está en algunos cerebros.
La riqueza de Buenos Aires se generó con los impuestos centralistas que cobraba la aduana, que los pagaba todo el país, y posteriormente, con el auge de la pampa húmeda. Se organizo la nación con esos parámetros, apareciendo la oligarquía portuaria y unitaria. En la actualidad el unitarismo del sistema impositivo está agravado, y las provincias carecen de recursos para impulsar sus economías y cubrir los requerimientos de educación y sociales.
La disparidad de riqueza produjo la migración de pobladores del interior al conurbano bonaerense, que retroalimenta el desequilibrio político nacional.
Restaurar el federalismo requiere: - la facultad exclusiva de las provincias para establecer y recaudar impuestos, las que deberán aportar los fondos para las necesidades del tesoro nacional – que las atribuciones del gobierno nacional se reduzcan a las relaciones exteriores, a la defensa nacional y a controlar el cumplimiento de la Constitución.
28/12/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@ fibertel. com.ar
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