ABORTO
El 14/11, el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, vetó la ley aprobada por el Congreso de su país por la que se legalizaba la práctica del aborto. En sus fundamentos expresó que “la legislación no puede desconocer la realidad de la existencia de vida humana en su etapa de gestación, tal como de manera evidente lo revela la ciencia. La fecundación in vitro y el ADN dejan en evidencia que desde el momento de la concepción hay allí una vida humana nueva, un nuevo ser. Tanto es así, que en los modernos sistemas jurídicos, el ADN se ha transformado en la “prueba reina” para determinar la identidad de las personas. El verdadero grado de civilización de una nación se mide por cómo se protege a los más necesitados. Porque el criterio no es ya el valor del sujeto en función de los afectos que suscita en los demás o de la utilidad que presta, sino el valor que resulta de su mera existencia”. Para los que se erigen en paladines de los Derechos Humanos y en su nombre promueven el asesinato del ser más indefenso, el veto comentado es una lección de humanidad y coherencia. Tabaré Vázquez es hombre de izquierda, no religioso y médico; ha demostrado ser un auténtico humanista y un hombre de Estado.
Horacio Saleme
hsaleme@arnet.com.ar
viernes, 21 de noviembre de 2008
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