lunes, 16 de marzo de 2009

EL VIROLO PATEO EL TABLERO


El país ya no es el mismo y Néstor pateó el tablero

por Carmen Coiro
¿Qué les pasa a Néstor y a Cristina Kirchner? ¿Qué impulsó a la presidenta a anunciar, ante la complaciente mirada de su esposo, un intempestivo adelantamiento de las elecciones?
Horas antes de la confirmación oficial, un grupo periodístico --el que maneja Daniel Hadad-- tuvo la primicia exclusiva. En sus medios es donde los miembros del Poder Ejecutivo, y la propia jefa del Estado, se sienten más cómodos a la hora de ser entrevistados.
A ellos les regalaron la frutilla, envidia de todas las demás emisoras, diarios y canales de televisión: el gobierno había decidido anticipar la fecha de los comicios legislativos.
Mauricio Macri se debe seguir autoflagelando por haber inspirado la sorprendente jugada: un día después de dar a conocer su resolución de fijar el test porteño para el 28 de junio --para despegarlos, justamente, de la gran puja nacional--, el oficialismo nacional lo copió y eligió exactamente la misma fecha.
La determinación, quizás, brotó de golpe por varias circunstancias.
La Argentina actual no es la misma que aquella cuando Kirchner, en la Casa Rosada y en su mejor momento político, llamó a la primera compulsa de su mandato recogiendo todas las mieles que necesitaba para alimentar la continuidad.
Un siglo parece haber pasado entre aquella fecha y hoy. Kirchner ya no es el líder político indiscutido que emergió entre un mar de dirigentes desgastados por la terrible crisis de 2001.
La ciudadanía sabe hoy que están lejos los tiempos en los que el poder "K" impulsara la reforma política tan reclamada en tiempos de los cacerolazos y del que "se vayan todos".
Si se ejercita una mirada retrospectiva a sus declamaciones y a las de la propia Cristina en campaña, se constata que la política argentina sigue adoleciendo de insuficiencia vitamínica en honestidad, sinceridad y, lo que es peor, de respeto a las instituciones democráticas.
Tal vez una cruel imagen de aquella paradoja la haya pergeñado el propio Néstor cuando se amontonó con Ramón Saadi y José Luis Barrionuevo en su desesperación por ganar las primeras elecciones legislativas que inauguraron este año electoral.
Como la derrota en Catamarca fue estrepitosa, el hombre --que, en las sombras, maneja excluyentemente la vida del país-- decidió dar un portazo y salir con uno de sus gestos de "niño terrible".

Carmen Coiro/DyN

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