sábado, 9 de enero de 2010

TITANIC


Estamos viviendo momentos de suma gravedad en la República Argentina. El gobierno, cual barco sin timón, con una conducción enardecida de soberbia y arrogancia, ha perdido el control de si mismo.



Toda opinión o resolución de un funcionario que, integrando un ente autárquico e independiente, resulte contraria a sus deseos ilegales, es calificada por la presidente, su marido y su séquito como golpista y conspiradora. Acostumbrados a ignorar la ley, como nunca antes lo habían hecho gobiernos democráticos que los antecedieron, han llegado al colmo de ponerse por encima de las normas y leyes que constituyen la columna vertebral de la República. Se han ubicado en una especie de estado supralegal en el cual la ley se aplica o ignora según sus deseos y necesidades.



La Presidente de Chile MIchelle Bachellet, en un reportaje reciente sostenía lo siguiente:



"En la política, hay que ser ética y estética. Además, en todo, y en la política en particular, no hay que hacerse nunca un traje a medida. La política tiene que tener reglas claras y permanentes para todos, y no pueden cambiarse al gusto de uno u otro liderazgo".



Estas reflexiones muestran a una presidente que gobierna para todo un pueblo, dejando de lado los proyectos personales, en pos de un proyecto de Nación. Una mandataria que aun teniendo un 80% de popularidad, se pone en manos de lo que dice la ley, sin intentar violarla, evitando en todo momento y circunstancia adecuarla a sus fines y beneficios personales. Sus actos expresan siempre la conducta que guía lo que siente, dice y hace quien detenta con honor e hidalguía la primera magistratura de una República.



¿Tenemos conciencia los Argentinos de lo que está haciendo este gobierno, gobierno que jamás tuvo apego a lo que prescribe la ley.?



Con la decisión de expulsar a Martín Redrado, Presidente del Banco Central de la República Argentina , han casi terminado de destruir las instituciones de la República.



El escaso respeto con que algunos periodistas consideran a la organización del País, los faculta a criticar a la oposición y expresan entonces que todos somos culpables. Por ejemplo señalan que de autoconvocarse el congreso nacional a sesiones extraordinarias, la oposición estaría a la misma altura que el gobierno, afirmación que es preocupante porque de ninguna manera es así. Otros profesionales de dudosa independencia de criterio ponen al aire al mejor estilo de los programas que reproducen lo dicho por los protagonistas a los que quieren descalificar con manifestaciones que en otros contextos eran válidas, pero que en estas circunstancias siembran más confusión en la ciudadanía.



No entienden que quienes siempre fuimos críticos de esta gestión no defendemos a Martín Redrado, a Mauricio Macri, Julio Cobos o Abel Posse sino que intentamos impedir que naufraguen la democracia y sus instituciones al percatarnos que día a dia las estamos perdiendo.



Asimismo lo que consiguen con esta maniobra, al defender los atropellos y las violaciones flagrantes a la Constitución Nacional, es que la República y sus instituciones se vean anuladas por este accionar.



Por ejemplo en Chile la prensa local tituló la expulsión del presidente del BCRA identificando este hecho con lo que hizo Chávez en Venezuela.



¡Así es, estamos casi igual que Venezuela!



Para quienes nunca vimos nada transparente por parte de este gobierno no es sorpresa lo que ocurre, aunque nos embarga la tristeza cuando corroboramos que se van dando todas y cada una de nuestras apreciaciones.



¿Cómo creen que Chávez en Venezuela destruyo al país, hasta lograr que sus habitantes sufran lo que ahora están soportando?



No fue en un día sino de a poco, perforando las instituciones una por una, rompiendo las redes que protegían al orden del país de los tiranuelos, y así está ocurriendo hoy aquí en la Argentina.



¿Resta algo por corroer?

El congreso expulsando por decreto a los opositores y a los pocos jueces independientes que queden.

Tenemos dudas de cómo terminará esto en la justicia, por ahora la Jueza María José Sarmiento ha actuado con la debida idoneidad y esto no significa que hizo lo que muchos queríamos sino que priorizó la aplicación de la Constitución Nacional y las leyes ante el avance ilegal de un gobierno que no entiende que la ley se ha hecho para ser cumplida.



Acabamos de horrorizarnos con la absolución del matrimonio gobernante, en varias causas en su contra, con pocos o casi ningún argumento.



Volvemos a lo que una vez planteamos en anteriores escritos, los psicópatas no sienten culpa en el logro de sus objetivos. Hagan lo que hagan, todo vale para la consecución de sus propósitos y esta patología, que afecta a los protagonistas principales del gobierno, se ha extendido a sus socios, que no son pocos.



Esto nos lleva a una penosa conclusión: harán lo que quieran sin importarles nada de nadie. Se creen dueños de todo, hasta de la ley y la vida de nosotros los Argentinos.



Terrible momento que está viviendo el país y al cual en el corto plazo no le vemos solución.

Alejandro Olmedo Zumarán.

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