jueves, 24 de junio de 2010

COSAS POR SU NOMBRE


A LAS COSAS, MEJOR LLAMARLES POR SU NOMBRE, O NO MENCIONARLES.


¡Sí!; soy consciente que el título le puede resultar medio “encarajinado; nunca “largo” esta vez.

¿Sabe por qué se lo digo?. Porque apenas entendemos las cosas a las que se llama por su verdadero nombre; de hecho, ¿cómo llegar a entender a esas a las que se les cambia el nombre?. ¡Le parece más encarajinado todavía?. Me alegro, esa es mi intención…hacerle pensar, algo así como lo que hoy parece ser una “Misión Imposible”. ¿Se acuerda de la serie...esa a la que al tipo se le prendía fuego el grabador “Geloso” una vez recibidas las instrucciones respecto “lo que debía hacer”?. Si tiene mi edad y hasta bastante menos, se tiene que acordar. Si tiene mucha más edad que yo, es posible que ya no se acuerde “de nada”. Disculpe.

Y esto de no llamar a las cosas por su verdadero nombre, se debe a un único e insoslayable motivo; temor, o “cagaso” si le resulta más simpático. Es entonces cuando uno, alcanza a escuchar la conversación que animadamente sostienen dos o tres tipos sentados en la mesa “contigua” a la que eligió para apurar un cafecito. Y si está aburrido y se le ocurre prestarles un poco de atención, se podrá dar cuenta que hablan “como en otro idioma”, así mucho no le cuesta adivinar, se trate de alguna de las novedosas trapisondas de éste Gobierno, fuente inagotable de trapisondas, curros y tipos mal paridos. Si en cambio uno no les presta la debida atención, o padece de aguda “sordera”, podrá llegar a interpretar que están tramando un asalto “tipo comando” a alguna Institución Bancaria. Y digo Bancaria, porque Zanola incluído, parece ser la única Institución que queda en pié en este país. ¡Ni hablar por supuesto, cuando “el que dice”, es un periodista que no tiene la talla moral de un Majul, de un Leuco, de un Joaquín Morales Solá o de una Magdalena Ruiz Guiñazú, por citar a algunos emblemáticos.

¡Por supuesto que el llamar a las cosas por su verdadero nombre, de modo alguno implica el “disparate” o la ofensa gratuita; Implica solo eso, llamar a las cosas por su nombre. Y entonces y a modo de ejemplo, mal puedo decir que este Gobierno está errando el camino, cuando en realidad sé y me consta que está y nos está haciendo transitar un camino perversamente pergeñado, o sea que “no está errando nada”. ¿Me explico?. Por favor, le ruego que esta vez me diga que sí me explico. Caso contrario, me meterá en un “brete” del que difícilmente “pueda salir”. ¡Gracias!; yo también “lo quiero”.

¡Claro! Ud. entonces me podrá decir, que esos periodistas que le mencioné y otros que no le mencioné, como Nelson Castro, Pepe Eliaschev y Guillermo Cherasny por ejemplo, lo único que consiguen es que “LES ESCRACHEN” o sometan a juicio público en el estrado improvisado de LA VERGÜENZA. ¿Sabe que pasa?; ser periodista en serio, implica en nuestro país, correr ese riesgo y como tal, el periodista en serio, debe “asumirlo”. De otra manera, en lugar de ofrecer información veraz, que es la esencia de tan sagrada profesión, ofrece un menjunje de palabrerío que a Ud. confunde más de lo que ya está, o lo que es peor aún, le DESINFORMA o MAL INFORMA.

La carta de hoy, la redacté en éstos términos porque así lo sentí y tuve la necesidad de “hacerlo”; le digo más; fue esa necesidad la que me desveló – de ello puede dar crédito mi amiga Alicia Lucía Farroni que una verdadera dama nocturna -, y me va a convertir por el resto del día en un verdadero “ZOMBI”, ¿le suena?.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

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