sábado, 26 de junio de 2010

EL IMPRESENTABLE


Interesante análisis del pasquín La Tarde, con el que propició el pronunciamiento
del 24 de marzo de 1976. El vínculo con David Graiver, financista montonero.
Los riesgos de su gestión y las complicadas contradicciones que implica.

HÉCTOR TIMERMAN, DE

GOLPISTA A CANCILLER DE

CRISTINA F. DE KIRCHNER
Por Carlos Manuel Acuña

El interesante y primer informe que leerán a continuación y consignamos tal como nos llegó, pone de manifiesto dos aspectos principales de la designación de Héctor Timerman como ministro de Relaciones Exteriores y Culto. De alguna manera están relacionados entre sí pues por un lado el nombramiento revela la orfandad de este gobierno para encontrar candidatos para un cargo que debería ser muy importante y por el otro el impulso para seleccionar sin sopesar las consecuencias a quien es considerado más amigo que otros y al margen de su personalidad o trayectoria ideológica y profesional.

Timerman hacía rato que se acercaba cauto, incisivo e insistente a las orjeas de Cristina y de Néstor para socavar la estabilidad de su amigo Taiana hasta que llegó el momento oportuno. Ayudado por esta tarea de zapa, se convirtió en el nuevo ministro de Cristina y aludió a una necesidad de circunstancias para llegar al Palacio San Martín: sus presuntas buenas conexiones con el poder político de los Estados Unidos. Por cierto, no explicó que esos vínculos eran muy parciales, que carecían de la amplitud y fuerza necesaria para cumplir un rol trascendente y ubicar al gobierno kirchnerista en una situación que le permita mantener su buena relación con Hugo Chávez, el Foro de San Pablo y el régimen Iraní que gozan de la simpatía K, y simultáneamente con Wáshington y su política exterior. En estas variables entran otras cosas igualmente destacables como por ejemplo, la relación con el estado de Israel si se profundizan los conflictos en el escenario mundial, las derivaciones que deja el recuerdo de la bomba que destruyó a la Amia (entre ellos el reclamo argentino para que Irán extradite a los funcionarios sindicados como presuntos responsables de tamaño crimen contra la colectividad judía en la Argentina) y finalmente la verdad de la actual nacionalidad norteamericana de Héctor, que tiene un pasaporte que así lo atestigüa y cuya fotocopia circula - todavía entre susurros y con marcada reserva, sin que se conozca como se obtuvo - entre algunos despachos del Palacio San Martín.

Los temas no son menor pues si el oficialismo argentino modifica su actual orientación, obviamente le surgirán problemas internos con los distintos sectores de la izquierda local en la que busca y logra respaldo. ¿Apoyará Timerman la insólita candidatura de Estela de Carloto al Premio Nobel? En Timerman todo es imprevisible salvo en los negocios y para no extendernos en demasía ni explorar lo inexplorable como es la ambivalente postura exterior del actual gobierno, vayamos directamente al primer informe demostrativo de la dualidad intrínsica a este flamante Canciller quien llega debilitado desde su origen. Antes, nos plantearemos el interrogante relativo a su posible conducta cuando las cosas cambien y se les haga insoportables al matrimonio presidencial que se apresta como clara demostración de su incapacidad creciente y pérdida del control de "la caja", a vetar la ley para suprimir la antidemocrática delegación de superpoderes por parte del Congreso.

# LA TARDE #

El vespertino de la usina de la conspiración, dirigido por Héctor Timerman [20] nació una semana antes del golpe del 24 de marzo de 1976 y dejó de publicarse cuando murió David Graiver, cinco meses más tarde en un extraño accidente de aviación.

El socio de Jacobo Timerman en el matutino “La Opinión”, Abrasha Rotenberg, relató en su libro “Historia Confidencial” que el vespertino “La Tarde” fue inspirado a principios de 1975 por un equipo que integraba junto a Jacobo Timerman, Luis Clur y Oscar Ruiz. Y de cerca lo observaba otro socio de Timerman, el financista David “Dudi” Graiver.

El modelo fue el alemán “Bild Zeitung”. Rotenberg relató que él pretendió dirigir el vespertino, pero que Timerman se negó. En su lugar fue nombrado Héctor Timerman tan sólo por llevar el apellido de su progenitor. Disconforme con esa decisión Rotenberg se alejó del proyecto: “Para mí ‘La Tarde’ ya no existe”, le dijo de manera terminante a su socio. Tiempo más tarde, frente al desorden que reinaba en la redacción y el desconcierto de sus contenidos, Rotenberg fue llamado y prestó su auxilio.
Entre varias criticas que le hizo al vespertino en ciernes, dijo que “La Tarde” “pecaba de un notorio divorcio entre las premisas teóricas que conformaban su filosofía y la manera de aplicarlas: era una suma de excelentes materiales en busca de un objetivo desconocido.” Ese fue el punto central, lo “desconocido”, porque Jacobo Timerman no se lo contó. Oficiales navales que rodeaban al almirante Emilio Eduardo Massera relataron que “La Tarde” nació el 16 de marzo de 1976 para crear el clima de lo que sobrevendría una semana más tarde, el golpe militar. “Lo apantalló” fue la respuesta mas directa.

Si se observan algunos de sus ejemplares – no resultó fácil encontrarlos, porque fue un fracaso y duró solamente cinco meses – se verá que se convirtió en una obscena usina del apoyo que Jacobo y su hijo Héctor Timerman, brindaron al “acontecimiento” castrense.

Así, el miércoles 17 de marzo, en su segundo número, todos los títulos de la tapa atizaron el clima caótico. Resaltaron el clima de la crisis. La palabra “golpe” esta en un recuadro de la tapa en el que se relata una anécdota del ministro de Defensa.
El título, a toda página: “Transportes: Alza y repudio popular”. Otro: “Se acentúa la falta de alimentos.”
“Argentina hoy: bombas, secuestros y carestía”, una radiografía perfecta de la realidad que años más tarde no es reconocida. También en la tapa figura un dibujo en el que se ve a cuatro individuos secuestrando a una persona, con el siguiente comentario: “Al principio, impresionaban. Luego, se sucedieron en tal escala que dejaron de ser novedad. Todos los días algún secuestro, sobrecogiendo el ánimo argentino.”

Junto a una foto en la que se ve a varias mujeres se lee: “Ola de atentados: anoche fueron 6 atentados en Barrio Norte. Antes, una salvaje demostración que mató y mutiló a militares y civiles. Las bombas son plato diario del nacional.” Otra foto, a dos columnas, retrata a una señora, acompañada de otras mujeres, bajo el titulo: “El país que dijo adiós al bife. La madre intenta explicar a sus hijos: no hay carne.” La central fue patética: como era el primer día de clase, mostró una serie de fotos de edificios escolares desvencijados, derruidos, por la falta de manutención estatal.

El ejemplar Nº 6 del lunes 22 de marzo de 1976 llevó en la tapa una volanta y un título catástrofe: “Un récord que duele: cada 5 horas asesinan a un argentino” y a renglón seguido “Terrorismo: sigue la escalada de crímenes.” Una gran foto del teniente general Jorge Rafael Videla, rascándose la punta de su bigote, ilustra el comentario que informa que junto a sus pares, el jefe del Ejército continua “analizando el desenlace de la crisis político-institucional que afecta a la republica.” Al lado de esa foto otro título: “Matan a Santillán.”

En la página 2, la habitual columna de Horacio de Dios tuvo un final angustiante. Luego de referirse a que “no sólo de elecciones vive la democracia” y a “la sangre que sigue corriendo a raudales” en el país, continúa: “La hiperinflación ha llegado a la violencia. Los records de asesinatos y bombas sólo pueden compararse a los alcanzados por los precios. Dos formas del terror que pueden convertir al cuarto oscuro en un espejismo de cartón pintado...”.

“Terrorismo: Se acentuó la escala asesina. Acuartelamiento de la policía bonaerense”, fue otro de los títulos de tapa en los días previos al miércoles 24.
El día del golpe, el vespertino tituló: “Prestó juramento la Junta Militar, para reorganizar a la Nación.”
Otro: “Videla denunció una campaña de difamación.” Y con letras mayores informaba sobre la “Vigencia de Derechos Humanos”.
Luego del golpe, en su ejemplar Nº 10, con fecha 26 de marzo de 1976, a toda página anunció: “Videla es Presidente.”
Una foto muestra a Jorge Rafael Videla con uniforme de verano haciendo el saludo militar con los ojos entreabiertos. No se sabe si la foto poco propicia era una crítica a lo que se vivía, o que ya había comenzado la tarea de desgaste a Videla por parte del almirante Emilio Eduardo Massera.
A una columna y con el titulo “Numerosos detenidos”, se publica el listado de los dirigentes justicialistas detenidos, llevados a los buques “Bahía Aguirre” y “Ciudad de Buenos Aires”. Para dar un poco de optimismo a los lectores se informa que existe “normal abastecimiento” en el país.
Adentro, en la página 4, se acentúa el optimismo: “Sorpresa, hay alimentos y a menor precio”.

La contratapa no tiene parangón. Tituló a cuatro columnas que “EE.UU. reconoció a la Junta y llega crédito del FMI”. Y el artículo siguiente, con foto, informó: “Phillipeaux detenido cuando fugaba”. Trata sobre el teniente coronel (R) Adolfo Phillipeaux, ex Secretario de Deportes, detenido cuando intentaba fugarse a Chile portando armas de guerra y 100 millones de pesos (el dólar paralelo se cotizaba a razón de 35.000 pesos por dólar). Muchos comunicados encontraban lugar en el vespertino.

También otros que informaban sobre “Ex diputados detenidos. Abal Medina dirige célula extremista”.
Lo que a todas luces era una gigantesca mentira.

A principios de agosto, “La Tarde” seleccionó cuatro ciudadanos “notables” para los argentinos: El general Antonio Domingo Bussi; monseñor Vicente Zazpe; el cardiólogo René Favaloro y el Ministro de Educación, Ricardo Bruera, simplemente por enaltecer los “objetivos y sentimientos comunes a todos los habitantes del país.”

El 7 de agosto de 1976, en un accidente de avión, murió “Dudy” Graiver, el socio capitalista de Jacobo Timerman. A lo pocos meses dejó de salir “La Tarde”. Y en abril de 1977 se destapó la conexión financiera entre la organización Montoneros con Graiver, en el que éste aparecía administrando fondos logrados a través de secuestros, robos y crímenes. Lo que dio en llamarse “el caso Graiver”.

El jueves 18 de marzo, el embajador Guillermo de la Plaza envió desde Uruguay el cable Nº 217 “Secreto” informando al canciller Raúl Quijano que en ocasión de la celebración del aniversario de la Fuerza Aérea uruguaya, el ministro del Interior, general Linares Brum le dijo en un aparte, confidencialmente, que su área recomendó a los medios locales “no difundir noticias e informaciones de la Argentina que carezcan (de la) necesaria prescindencia y mesura informativa. Me dijo (que el) proceso (de) nuestro país y sus características corresponden exclusivamente a (la) voluntad de los argentinos. Expresó además que el gobierno oriental no desea (que los) medios informativos locales se conviertan en factor de perturbación dentro (de las) actuales dificultades (de) nuestro país, entendiendo cumplir así su deber respecto (a) dos naciones fraternalmente vinculadas.”
El viernes 19 de marzo, Carlos H. Perette cumplió su rutina de las últimas semanas. El jefe del bloque de senadores radicales tenía una gran relación con los representantes de las Fuerzas Armadas en el parlamento. Con uno de ellos - muy conocido por su sobrenombre - llegó a un acuerdo:
- “Mirá, le dijo, vos sabés que todos los viernes viajo a Entre Ríos a ver a mi madre y vuelvo los martes a la mañana. Te pido que si va a ocurrir algo el fin de semana me lo digas, así me quedo.” Y a continuación le hizo una pregunta que reiteraba desde algunas semanas antes: “¿Puedo viajar?”
- El oficial le preguntó: “¿Cuándo volvés?”.
- “El martes a la mañana”, respondió Perette.
- “Si volvés el martes a la mañana, andá nomás. [21]”

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