domingo, 19 de diciembre de 2010

GOL DE MACRI




Por Elena Valero Narváez (*)

La foto que mostró la prensa del país donde vimos a los jefes de gabinete de Cristina Kirchner y de Mauricio Macri, Aníbal Fernández y Horacio Rodríguez Larreta, respectivamente, anunciando las medidas para solucionar el conflicto de las tomas de los predios en la Capital, tiene un valor interesante para el análisis del futuro político de Mauricio Macri.

Cuando decimos que es muy difícil predecir el futuro sobre todo en política pensamos en que siempre es probable un cambio que de vuelta la opinión de los sufragantes. La muerte de Kirchner, por ejemplo, ha fortalecido la admiración de una parte de la juventud universitaria que ha descubierto en su figura condiciones de luchador y niño rebelde capaz de enfrentarse al statu quo. Ello beneficia a Cristina Kirchner quien, con la ayuda del grupo que lidera su hijo Máximo, y los resortes que le permite el Estado, dedica esfuerzos en resaltar los atributos del fallecido ex presidente.

La preocupación llegó al Gobierno, cuando se extendió la ocupación de predios. Al principio del conflicto, no solo dejó hacer, sino que incentivó y prohijó los desmanes creyendo que con ello minimizaría la imagen de Macri, candidato potable para hacerle frente en las elecciones del año próximo.

La inagotable prédica populista iniciada por su marido y prolongada por ella, provocaron que la acción directa se hiciera común para pedir lo que no se puede conseguir por medios legales.

Las ocupaciones de predios no solo se perpetraron en la ciudad de Buenos Aires sino que afectaron la tranquilidad de gobernadores de varias provincias. Se convirtieron en el canal de aspiraciones de mucha gente que sufre la falta de vivienda o los altos alquileres que provoca la política inflacionaria del Gobierno.

La gente, a medida que avanzaban las noticias de los medios, notó que la ocupación del predio Indoamericano fue liderada por el militante oficialista, Alejandro Salvatierra, quien, de un día para el otro, cambió su postura: cuando la situación se hizo difícil, no solo para Mauricio Macri sino para el Gobierno Nacional, incentivó a los okupas a que declinaran su actitud. ¿De quién fue la orden?.

Casi no cabe duda que la ocupación del parque fue una operación kirchnerista para desestabilizar al Jefe de Gobierno de la Ciudad. Se agrega a otras zancadillas: le obstruyen las calles maestros y estudiantes, el Colón no funciona por la acción directa de los sindicatos, los barrenderos hacen huelga, le hicieron renunciar a un excelente Ministro de Educación, lo complicaron con acusaciones de espionaje y, por último, otra maniobra, que cómo bien dijo el ex presidente Duhalde y otros dirigentes políticos, no tienen otro sentido que sacarlo del medio.

El Gobierno Nacional es el que debe proteger a la Ciudad de Buenos Aires. Es fácilmente demostrable porque consta en la llamada Ley Cafiero y existen declaraciones de Cristina Kirchner donde lo afirmaba cuando el Gobierno Nacional se negaba a dejar bajo el mando de Mauricio Macri a la Policía Federal. Si se lo hubiera permitido la responsabilidad de garantizar el orden hubiera correspondido al gobierno de la Ciudad.

Macri metió un gol: Cristina Kirchner intentó mostrar la debilidad del Jefe de la Ciudad para solucionar un conflicto que necesitaba de las fuerzas de seguridad que dependen del gobierno para actuar. Le salió el tiro por la culata ya que, gracias a que aún existe prensa libre, se pudo ver claro, no solamente la acción mezquina del Gobierno Nacional, sino como una política populista y autoritaria , para opacar a los opositores con prestigio social, no tiene reparos en poner en jaque la tranquilidad de la República.

En ésta oportunidad Macri actuó muy bien. Pidió conversar con la Presidente para solucionar los conflictos, juntos. Ella no le dio la policía y cuando debían reunirse no lo llamó. Los acontecimientos posteriores los conocemos todos: el Gobierno no tuvo otra opción que acceder al pedido del gobierno de la Ciudad, como lo ilustra la foto anteriormente mencionada.

El único error de Macri fue la frase infeliz sobre la inmigración que, por otro lado, no lo convierte en racista como se intentó hacerlo aparecer en los medios oficiales. Es cierto que no se le hubiera escapado a alguien con más cintura política.

Por otro lado, tal vez, el final de este episodio permita ver en él, al único opositor real al gobierno kirchnerista. No solo lo demuestra la permanente actitud hostil de la presidente hacia su persona sino la contextura de ideas distinta a las del Gobierno. También su forma de gobernar.

No tiene locuacidad, pero se dedica a resolver los problemas de la Ciudad, sin discursos populistas y sobre todo, respetando las leyes. Su modelo es mucho más cercano al que manda la Constitución. Tal vez sea un error, ya que los argentinos aún necesitamos de promesas irrealizables, de líderes que nos prometan lo imposible.

Mauricio Macri ha tenido dificultades enormes por la acción del Gobierno Nacional, el cual se negó a colaborar con su gestión pero, aunque ello le obligó a atrasar algunas de sus metas, hizo mucho más que gobiernos anteriores.

Algunos creen que hubiera tenido menos problemas un gobierno de signo kirchnerista. Es cierto, pero hubiéramos continuado prisioneros de la ineficacia y la corrupción.

El ex presidente Alfonsín se preguntó en varias oportunidades, cuándo los argentinos tendríamos el gobierno que nos merecemos. Creo que siempre los tuvimos. Votamos a dictadores, a gente inepta para gobernar, llevamos a la presidencia, una y otra vez, a líderes que van en contra de lo que necesitamos para mejorar el nivel de vida.

Le pedimos peras al olmo, por ello votamos a quien promete más o nos dejamos llevar por “sentimentalismos” lo que en política muchas veces es letal.

Ante los candidatos opositores, evidentemente, Macri representaría el cambio más radical al modelo kirchnerista. Me pregunto si los argentinos lo desean.

Por otro lado, hoy, aunque su imagen es conocida a nivel nacional, es improbable que pueda ganar en una elección presidencial, salvo que se debilitara la figura de Cristina y Duhalde pudiera armar, con éxito, una coalición con los intendentes del Conurbano, como lo hizo en otra oportunidad, y la pusiera a disposición del actual Jefe de Gobierno. Es solo una conjetura.

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo por gentileza de su autora, Elena Valero Narváez. (Autora de “El Crepúsculo Argentino” Lumiere. 2006)

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