domingo, 26 de diciembre de 2010

MALEVAJE


MALEVAJE: ( tango…música Juan de Dios Filiberto – letra Enrique Santos Discépolo)



“…El malevaje extrañao, me mira sin comprender…me ve perdiendo el cartel, de guapo que ayer…”. Lo parió que era un verdadero fenómeno este Discepolín. Algo así como el Julio Verne de la literatura porteña.

¡Es verdad!; uno lo aplica por extensión. Ocurre que a veces, no resulta del todo desacertado el tema de la extensión, que poco tiene que ver con las que se hace un amigo mío con aires de “melenudo”. ¡Ah!, me dice que su señora también se las hace y le quedan preciosas!. ¡Me imagino!, se trata de conservar o perfeccionar la armonía. ¡Bella palabra!...Armonía, dícese en primera acepción, de la conveniente proporción y correspondencia de unas cosas con otras. A mi amigo en cambio, no le quedan bien; se trata de un pelado basal, quien de ese modo prolonga hasta la cintura lo que queda de sus casi imperceptibles crines, y le convierten en un soberbio ridículo.

Le hablaba de la extensión, y entonces en el imaginario, asocio el malevaje al resto de los países del planeta que viven en Democracia, entendiendo y aceptando sus ciudadanos el verdadero concepto del tan traqueteado término. Algunos le llaman, el menos imperfecto de los sistemas de gobierno. Nosotros…nosotros no podemos darnos ese lujo; de ahí lo de “extrañao”, y el hecho que “nos miren sin comprender”. Ocurre que hemos perdido el cartel de guapos por educación y formación que nos encumbraba entre las sociedades más instruidas y civilizadas de “ese malevaje”. ¿Comprende o lo estoy encarajinando demasiado?. Ud. me dice que lo confunde lo del malevaje. Tómelo entonces como una consecuencia, producto de esa costumbre que nos anima a sentirnos o sabernos “los mejores”. ¿La tiene más clara?. Me dice que no; que lo único que tiene claro es el color de sus ojos. Está bien; se lo acepto como una extravagancia, pero no olvide nunca lo de “la armonía”. ¡Que la claridad de sus ojos entonces, se encuentre en armonía con su claridad de pensamiento. Por otra parte, fíjese que ojos y neuronas son prácticamente “vecinos”.

Como habrá advertido, me estoy tomando un pequeño recreo, no obstante el ser un convencido que las malas palabras no existen. Si en cambio, existen las palabras que no están en sintonía o en ARMONÍA con el resto de lo que se dice o pretende decir y en el momento que se dice o pretende decir. ¡Me mira sin comprender!...se lo anticipé, el genio escribió estas letras, allá por el 1929. ¡Imagínese el picnic que se haría hoy con Ud., conmigo y con unos cuantos más, cuando ya estamos metidos “de cabeza”, once años dentro del siglo XXI.

Hoy, 26 de diciembre del 2010, y a las puertas del nuevo año por comenzar, me anima la única intención de llegar a Ud., para desearle un próspero año nuevo. Del que ya está agonizando, mejor no hablar más.

Lo quiero; créame que lo quiero. Si a veces lo maltrato, lo hago en la única intención de ayudarle a que abra esos ojos claros de los que tan orgulloso se siente.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

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