lunes, 27 de diciembre de 2010

OLOR A 2001



Pasaron casi diez años de la caída de Fernando De la Rúa y pareciera que la historia se repite.



Tenemos un gobierno que se asoció con lo más desprestigiado del mundo y de la Argentina, un gobierno que ha hecho un trapo de piso desvencijado de la Constitución Nacional, la Ley, los Códigos, la Justicia y las Instituciones.



Lo anunciamos hace años y lo venimos reiterando desde entonces que esto no terminaría bien.



Fueron muchos los que se empecinaron en querer transmitir una fantasiosa realidad que no existe y aún hoy niegan la gravedad de esta situación.



Falta dinero en los bancos, escasea la nafta, los precios aumentan implacablemente, la pobreza es inocultablemente escandalosa, hay hambre y necesidades extremas.



Contradictoriamente nos anuncian superavits, crecimiento en las ventas, aumento del empleo mentiras que enfrentan a una realidad que muestra todo lo contrario.



Al mismo tiempo tratan de instalar la idea que la presidente crece en su imagen posítiva, (por lo menos hasta hace unos días), que ganaría las elecciones con el 40 % de los votos y que sus seguidores no llegarían ni al 15 %.



Por el contrario de esa intencion de tergiversar la realidad para instalar el cristinismo, vivimos diariamente la toma de tierras públicas y privadas, cortes en rutas, avenidas y vías ferroviarias para exigir viviendas, aumentos de sueldos, trabajar en blanco y demás demandas.



Resulta entonces por demas evidente que el anuncio estrella de este gobierno es una falacia, nos referimos a la distribución de la riqueza, que por lo visto tiene como destinatarios a los que menos tienen, que han quedado en una situación de indefención y vulnerabilidad extrema.



Los hechos vandálicos del Parque Indoamericano, el corte de las vías del Ferrocarril Roca y demás actos violentos, no fueron apadrinados por la oposición, como intentaron hacernos creer. Son el reclamo de una ciudadanía que empieza a tomar conciencia que ha sido engañada con un discurso populista-demagogo, que a través de cómplices intentó crear un "Modelo" de subsidios económicos que fueron útiles en los comienzos de la crisis años atrás, que hoy han dado como resultado esta situación de anomia y crisis socioeconómica al parecer incontrolable.



Los que más tienen pagan por ejemplo 50 $ por bimestre de agua, o 70 pesos para contar con provision de gas o electricidad. Los más necesitados pagan por una garrafa de gas que dura diez días y solo para usar en la cocina 35 pesos.



Los transportes públicos fuertemente subsidiados para mantener este "Modelo" de maltrato a la población, la obligan a viajar en condiciones pésimas, inseguras e insanas, indignas para un ser humano.



No obstante esto intentan que creamos que hay un "Modelo" de reactivación económica, de inclusión social y de transparencia.



Preparémosnos para escuchar las excusas e inventos más inverosímiles en el intento de justificar la inacción de siete años y este laissez-faire que beneficia a todo aquel que incumple las leyes o a quien reclame algo para si o sus compañeros.



La responsabilidad de estos acontecimientos no es de ningún tercero sino de quienes dirigen actualmente los destinos de la Nación.



El intento de convencernos que la presidente había dado un giro a la derecha con medidas más razonables quedo desbaratado ante la realidad que nos coloca en la realidad del diario vivir: un estado de indefención e inseguridad donde vale todo.



Se creó un nuevo ministerio con una ultra K como jefa, de cuyos antecedentes me ocupare en otro momento. El Procurador General del Tesoro fue reemplazado por otra ultra K sin méritos para tal cargo, solo por una lealtad que no alcanza a cubrir tal responsabilidad. Así ratifican quienes detentan el poder que no hay giro posible en beneficio de los habitantes, por lo cual el rumbo los dirige directamente hacia un muro que representa a la realidad que intentan ocultar, cambiar o deformar, contra el cual chocarán una y otra vez golpeando no solo su propia humanidad bien protegida por cierto, mientras que todos los Argentinos la sentimos en carne propia.



Sus verdaderos objetivos, encubiertos con un fin loable, son espurios, es por ello que toda situación crítica los sobrepasa. Asi la criatura incontrolable por ellos creada los obliga a intentar con un último manotazo de ahogado, a buscar culpables no ya solo entre opositores sino en sus antiguos socios.



Se están quedando solos en el laberinto de la corrupción, la soberbia y la ineptitud.



No hace falta cuestionar como hacen algunos cuando plantean porque si los índices económicos son tan favorables la gente se enfurece segundo a segundo contra el gobierno. Los índices han sido y son falaces así como las encuestas que hasta hace unos días daban a Cristina como ganadora de las venideras elecciones presidenciales.



Nada de eso es creíble, salvo lo que muestra la realidad de los hechos. Una década atrás nos hicieron creer que un peso era igual a un dólar, hoy que el país crece a tasas chinas, con inversión, distribución de los ingresos, inclusión social, pleno empleo, disminución de la pobreza, etc.



Los hechos muestran a un país ofendido y encolerizado con el gobierno por haberlo engañado, para acabar, al cabo de siete años, en un escenario casi similar al de 2001. Injusticia mayor si la hay, dado el viento de cola que nos hubiera permitido recuperar una calidad de vida que, en manos de quien estamos, hoy nos lleva a pensar que esta irremediablemente perdida.



Alejandro Olmedo Zumarán

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