miércoles, 16 de marzo de 2011

AFICHES Y HECHOS


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AFICHES Y HECHOS / ¿Alguien creerá en verdad que están desvinculados?El edificio de los Tribunales porteños amaneció el pasado Lunes empapelado con carteles y afiches con la foto del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, y con leyendas que afirmaban: “Señores jueces: los próximos juzgados serán ustedes”, “mientras la justicia está persiguiendo causas de hace 35 años, gastando presupuestos millonarios, no se ocupa de la inseguridad actual”. Si bien los mensajes no tenían firma, se trata de un argumento discursivo que suelen utilizar los familiares y defensores de represores. Anteriormente, un hecho “confuso” sucedió en una dependencia militar que estaría ¿vinculado con inseguridad?. Según trascendió, un costoso vehículo importado, con personas armadas a bordo, fue perseguido a alta velocidad por la pista de la base aérea de El Palomar por camionetas de seguridad de la Fuerza Aérea y un patrullero de la policía bonaerense, antes de que el auto derribara una reja y escapara del predio. Si bien no hubo ningún tiroteo, los intrusos quedaron en un momento cara a cara con la guardia de prevención militar, apuntándose con pistolas. Personal de la comisaría 6a. de Morón investiga el hecho, que en el Edificio Cóndor fue calificado como la acción de delincuentes comunes que habrían intentado robar en el barrio militar aledaño a la base. Considerándose que el episodio se desarrolló en una base militar, con la particularidad de tratarse de la base aérea donde descansan los aviones presidenciales, que de inseguridad es un hecho difícil de “disfrazar”, que intervino un vehículo posiblemente blindado, y que los carteles pegados en tribunales señalaban que “mientras la justicia está persiguiendo causas de hace 35 años, no se ocupa de la inseguridad actual”, ¿alguien creerá en verdad que un hecho está desvinculado del otro?.


El edificio de los Tribunales porteños amaneció el pasado Lunes empapelado con carteles y afiches con la leyenda “Señores jueces: los próximos juzgados serán ustedes”, y la foto del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti. Si bien los mensajes no tenían firma, se trata de un argumento discursivo que suelen utilizar los familiares y defensores de represores. El objetivo de los afiches, que ya fueron retirados, era escrachar al ministro de la Corte luego de su discurso de apertura del año judicial. A fines de febrero, Lorenzetti destacó “el avance que han tenido los juicios de lesa humanidad” y aseguró que “no se trata de persecuciones políticas sino de actos criminales”.

Los afiches, que además son reproducidos en un portal de Internet (www.lorenzetti.net76.net), no tienen firma de ninguna organización y acusan a Lorenzetti de ser un “violador de los Derechos Humanos”, en relación a las causas que se siguen por los delitos cometidos en la última dictadura. Puntualmente, responsabilizan al presidente del máximo tribunal de “120 muertes y 1000 argentinos ilegalmente detenidos”, cifras que suelen exhibir los organismos que defienden al terrorismo de Estado sobre los procesados y condenados que se encuentran encarcelados por crímenes de lesa humanidad. Los carteles también señalan que “mientras la justicia está persiguiendo causas de hace 35 años, gastando presupuestos millonarios, no se ocupa de la inseguridad actual”.

Entre los argumentos que se pueden leer sobre la ilegalidad de los juicios, el texto llega al absurdo de comparar los crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado con incumplir una prohibición de no fumar: “La Corte Suprema está violando el principio de legalidad: para juzgar por lesa humanidad se aplican leyes sancionadas décadas después de los ’70. Si mañana prohíben fumar no nos pueden encerrar por haber fumado ayer”, se quejan. Como fue señalado, si bien los afiches no llevan firma, hace apenas dos semanas Cecilia Pando, titular de la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de la Argentina, firmó un comunicado que cuestionaba en los mismos términos al titular de la Corte. “Si prostituir a una niña es un crimen abominable, prostituir a la señora Justicia no es un crimen menor. La maduración de la sociedad exige jueces dignos que apliquen la ley. Es este el verdadero reclamo del pueblo argentino”, decía su escrito.

Pero un hecho “confuso” sucedió en una dependencia militar que estaría ¿vinculado con inseguridad?. Según trascendió, un costoso vehículo importado, con personas armadas a bordo, fue perseguido a alta velocidad por la pista de la base aérea de El Palomar, donde descansan los aviones presidenciales, por camionetas de seguridad de la Fuerza Aérea y un patrullero de la policía bonaerense, antes de que el auto derribara una reja y escapara del predio. Si bien no hubo ningún tiroteo, los intrusos quedaron en un momento cara a cara con la guardia de prevención militar, apuntándose con pistolas. Personal de la comisaría 6a. de Morón investiga el hecho, que en el Edificio Cóndor fue calificado como la acción de delincuentes comunes que habrían intentado robar en el barrio militar aledaño a la base.

Pasadas las 22 del martes, el automóvil de alta gama -según las fuentes se trataría de un Audi- frenó delante de un puesto de guardia de la base, ubicado en una de las entradas del barrio en el que viven oficiales y suboficiales de la Fuerza Aérea. Momentos antes había pasado por el lugar otro vehículo, cuyos integrantes declararon después que habían sido acosados por el automóvil agresor en la avenida que da ingreso al sector militar. Al detenerse frente a dos suboficiales que se encontraban de guardia, uno de los ocupantes del vehículo de lujo bajó con una pistola en la mano y apuntó a los hombres de la Fuerza Aérea.

Como los guardias reaccionaron parapetándose y apuntando a su vez con sus pistolas al intruso, éste gritó: "¡Soy policía, entreguen las armas!". Otro grito fue la respuesta de los suboficiales: "¡Mostrá una identificación!". Siguieron segundos de insultos cruzados y nerviosismo, momentos aprovechados por la guardia para dar la alerta. El hombre se metió en el vehículo y se inició entonces otra de las fases del hecho que lo vuelve más preocupante: el automóvil aceleró y se introdujo en la base.

Un patrullero de la policía bonaerense que circunstancialmente pasaba por el lugar fue convocado por los primeros guardias atacados y se lanzó en la persecución dentro de la guarnición militar. Los intrusos recorrían en esos momentos la zona más cercana a la plataforma de vuelo, donde están estacionados el Tango 01 y otros aviones de la flota presidencial. El automóvil que incursionó ilegalmente en el predio tomó velocidad al verse perseguido por el patrullero y por camionetas de la Fuerza Aérea.

En un intento por acorralar a los intrusos fueron cerrados los portones de ingreso a la base, pero de manera increíble el vehículo perseguido encaró una reja cercana a la terminal de pasajeros de LADE y derrumbó los hierros sin perder siquiera velocidad ni control. De esa forma, logró fugarse.

Según publicó La Nación, "Fue algo muy raro", señalaron aquellos que conocen la base y que no encuentran argumentos lógicos para la acción de estos intrusos. Llamó la atención de los investigadores que el delincuente bajara del automóvil y apuntara directamente contra los suboficiales de guardia, ya que si el objetivo era robar a los ocupantes del anterior rodado no resulta una maniobra práctica cambiar de blanco hacia personal militar armado. Además, la potencia del vehículo utilizado, un Audi que los investigadores creen que estaba blindado, también resultó llamativo para los militares sorprendidos por la audacia de los delincuentes.

Considerándose que el episodio se desarrolló en una base militar, con la particularidad de tratarse de la base aérea donde descansan los aviones presidenciales, que de inseguridad es un hecho difícil de “disfrazar”, que intervino un vehículo posiblemente blindado, y que los carteles pegados en tribunales señalaban que “mientras la justicia está persiguiendo causas de hace 35 años, no se ocupa de la inseguridad actual”, ¿alguien creerá en verdad que un hecho está desvinculado del otro?

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