jueves, 24 de marzo de 2011

MEMORIA SIN REENCUENTRO


Memoria

Hoy es el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, creado por la ley 25.633 promulgada el 2 de agosto de 2002 por el Congreso Nacional. En realidad no es otra cosa que un feriado político que sólo cumple los postulados de una forma hemisférica y, por lo tanto, parcial de ver la realidad; que sólo apunta a deformar la verdad histórica y a reclamar justicia para un solo sector a la vez que niega esos derechos a los demás.

Estos objetivos iniciales fueron aprovechados por Néstor Kirchner que en su gobierno lo transformó en un día no laborable, aunque intentando lograr que la fecha se pudiera mover a lunes o viernes para poder crear fines de semana largos, pero fue impedido por varias organizaciones de derechos humanos que consideraron impropio que un día donde se debía recordar pudiera convertirse en una ocasión aprovechada por los entes turísticos para la obtención de ganancia por los fines de semana largos. Esto ha sido solucionado incorporando los feriados “puente” como el de mañana, 25 de marzo en que se podría conmemorar el “Día del Niño nonato”, es decir, abortado, instituido en 1989. Un hecho no menor en Argentina que incluye el 40% de los embarazos en una cifra estimada entre un mínimo de 450.000 a un máximo de 615.000 abortos.

El día de la Memoria debía haber sido una fecha de reencuentro en la cual nadie alzase sus banderas pero en el que todos reconocieran sus errores. Un día en el que desde la verdad se iniciara el camino de la reconciliación. No sólo no ha sucedido eso sino que se han vuelto a abrir heridas cicatrizadas.

A la vez ha sido el punto de partida para fragmentar el país y repetir mentiras que muchos hoy suponen historia, como trasmutar terroristas en jóvenes soñadores e idealistas, cerrándonos la posibilidad futura de vivir en “unión y libertad” como era el deseo de los hombres de Mayo. Los argentinos, a diferencia de nuestros vecinos, no sabemos convivir ni evolucionar.

Ni más cierto ni más cercano, el ejemplo de José Mujica, Presidente de Uruguay, quien ya había dicho que no pretendía tener las cárceles llenas de viejos, y ayer, no mas, aparece visitando al General Dalmao, convaleciente de una angioplastía pero a la vez detenido por estar acusado de la muerte de una militante comunista. Algo que para su propia gente fue un gesto político, que apunta a reforzar la convivencia.

El senador nacional uruguayo por el Frente Amplio, Jorge Saravia, al referirse al encuentro dijo que Mujica “es un hombre sin ningún rencor; para él las deudas del pasado están laudadas hace mucho tiempo”. “Mujica entiende que fue un combatiente que fue derrotado en el campo militar. Él mira para adelante e intenta restaurar la convivencia de todos, incluidas las Fuerzas Armadas, es en todo el sentido de la palabra un republicano, que tratar de saldar deudas del pasado y que evita dividir la sociedad en dos mitades”.

La Argentina ni siquiera está partida por la mitad, ha sido fragmentada merced a la hipocresía de muchos que apoyaron aquel golpe de 1976 y luego miraron sorprendidos que quienes temían que los mataran hubieran sido muertos, y otros que, sin haberlo vivido, vienen hoy a contarnos cómo fue la historia.

Bueno sería que si algún día la Argentina se convierte en un país en serio, éste sea un día para pensar. Pensar no sólo lo que sería la Argentina hoy si no hubiese habido una guerra subversiva, sino lo que sería sí esa guerra hubiera tenido otro resultado

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