viernes, 25 de marzo de 2011

NEGOCIACIONES


NEGOCIACIONES PREELECTORALES

Cristina resignaría, finalmente, su candidatura, pero quiere asegurar su futuro. Bettini centraliza gestiones de alto nivel con la participación de Eduardo Amadeo y varios precandidatos. Macri sería presidenciable acompañado de un destacado justicialista bonaerense. Scioli perdería posibilidades y la izquierda infantil busca el camino de la violencia. Michetti para la Ciudad. A Timermancito le prohibirían hablar. La pregunta es si esta alquimia entre dirigentes puede solucionar los problemas de fondo y la disolución de lo que aún queda de la República. ¿Hay una respuesta?

Por Carlos Manuel Acuña

Pocas veces un proceso preelectoral es tan confuso y peligroso como el que vivimos. Por un lado se multiplican los disparates administrativos cargados de ideologismo y por el otro se desarrollan nerviosas negociaciones que se aceleran a medida que se acercan las distintas fechas de este proceso. Vayamos por partes. Entre los disparates podemos comentar la reciente disposición dictada por la Agencia de Recaudación Fiscal Bonaerense (ARBA) en el sentido de eximir del pago del impuesto territorial o similares a todos aquellos que hayan sido “víctimas del terrorismo de Estado”, medida absolutamente inconstitucional y que abrirá un abanico de problemas, reclamos, objeciones y trampas de toda clase. Por ejemplo, rompe con el principio de la igualdad ante la ley, al margen de que el organismo no puede modificar las obligaciones fiscales, norma que le está reservada exclusivamente al Poder Legislativo, pero como la República se ha convertido en un país al revés, sostenemos que por ahora todo es posible. Otro disparate -y mayúsculo- es el relacionado con la incautación de los bienes norteamericanos que traía el famoso avión con ayuda técnica a nuestra perseguida policía, lo que ubica a la Argentina en una situación que carece de explicaciones normales. Pero como la normalidad es ajena a este gobierno y en particular a determinados funcionarios, es muy posible prever que las dificultades -hablar de tensiones resulta muy difícil dada la precariedad en que está colocada la República- continuarán por un tiempo. Por ahora le dará argumentos a Hugo Chávez para sus declamaciones cuando llegue dentro de las próximas horas, calmará los ímpetus de nuestra izquierda infantil y le permitirá a Timerman figurar un poco más hasta que se lo recluya en el Palacio San Martín con la prohibición de abrir la boca.

Podemos hablar de muchos otros disparates que van desde la blandura en el comportamiento de Daniel Scioli, quien quedará relegado políticamente, hasta los conflictos gratuitos que provoca Guillermo Moreno o la AFIP con su pedido de día y hora del inicio de la cosecha de soja de esta campaña. Aparte de la obligación de hacerlo por escrito y enviar los datos por correo, no sabemos si se preverá un abarrotamiento del sistema, atento los cambios determinados por las alteraciones climáticas, el incumplimiento de las máquinas cosechadoras contratadas y las alternativas mecánicas que caracterizan a su trabajo. Hay sí disparates mayores que en su momento merecerán un tratamiento por separado, como lo fue la sexta condena a prisión perpetua para el general Menéndez y el Comisario Almirón, por la muerte en combate de cinco terroristas, hecho ocurrido en Tucumán, con el agregado de que ninguno de ellos era originario de esa provincia, que habrían sido entregados por un sexto guerrillero -como ocurrió en muchísimos casos- y que reafirma la tendencia de los “halcones doctrinarios” de la izquierda que a toda costa quieren continuar en el poder. Este suceso, determinó que una distinguida y reconocida periodista tucumana -Luz García Hamilton- escriba a sus amigos una nota personal para descargar sus emociones ante lo ocurrido y cuyo contenido dimos a conocer. Nuestras emociones y las de otros miles de argentinos, justificadamente también están a flor de piel, sentimiento, reflexión y convocatoria moral que crecerá, como ya se lo apreció con las palabras del presidente de Justicia y Concordia, doctor Alberto Solanet, con futuras propuestas que se acercarán en su momento a la opinión pública.

Como alimento para estas últimas, no podemos pasar por alto la curiosa amenaza de quien hace el papel de Canciller, Héctor Timerman, de llevar a prisión a los civiles que participaron del gobierno iniciado el 24 de marzo de 1976, olvidándose de que él fue uno de los instigadores del pronunciamiento militar, cuando de la mano del almirante Emilio Eduardo Massera dirigió el diario La Tarde, creado exclusivamente a esos efectos. No sabemos si Timermancito se entregará a la Justicia y si sus palabras se relacionan con el escrito del izquierdista Vicente Muleiro, quien analizó esos años desde el punto de vista de quienes querían alcanzar el poder por la fuerza y ahora propone lo mismo, pero lo cierto es que la aludida confusión del momento se destaca acorde con lo que vamos a informar a continuación.

Antes digamos que la lista de disparates que conforman el estilo y contenido de los actos oficiales nos tienta a seguir con ellos, pero optamos por la economía informativa para ingresar en un terreno más importante como, por ejemplo, la ratificación de que finalmente Cristina Fernández resignará su candidatura a la reelección e intentará en su lugar obtener un acuerdo político que contente a todos. Así, debemos decir que finalmente el embajador en España, Carlos Bettini -para quien no se ha designado reemplazante- se ha instalado en un coqueto departamento de la avenida Figueroa Alcorta, que hoy es un importante centro de operaciones políticas habida cuenta que su asesoramiento llega directamente a la Casa Rosada. El punto de partida de sus consejos, que son aceptados, es, precisamente, la no reelección de Cristina y el logro de un amplio acuerdo que la preserve en el futuro. Las gestiones pasan por el ministro de Planificación, que ha resurgido en su poder político y de tal manera De Vido habla con quien debe para hacer funcionar especialísimos vasos comunicantes que pasan por Macri, siguen por Eduardo Alberto Duhalde, bajan un poco más al ruedo del PRO y salen disparados hacia ciertos factores de poder.

Por el momento daremos a nuestros lectores pistas leves -a veces contradictorias con otras señales- porque las negociaciones modifican a cada rato este escenario móvil. Por un lado diremos que el extremista Carlos Kunkel ha morigerado su discurso y que hay marcados esfuerzos generalizados como, por ejemplo, los infructuosos esfuerzos del impresentable Luis D’Elía por entrevistar a la Presidente de la República. Concurrentemente, Scioli ya sabe que no sólo no puede soñar con su candidatura a la Primera Magistratura sino que es factible que tampoco pueda mantener la esperanza para un nuevo mandato a la gobernación de Buenos Aires. Dentro del mismo esquema, un amigo de todas las partes en juego, con experiencia política y en la administración pública, Eduardo Amadeo, tiene mucho trabajo estos días, lo que no le ha impedido concurrir a la Iglesia pero no a rezar, precisamente. Según se comenta en los ámbitos más cercanos a estas gestiones, Mauricio Macri fortalecería sus aspiraciones presidenciales, con lo que dejaría su lugar a la candidatura de Michetti ,quien habría limado ciertas diferencias -algunas muy serias- para alcanzar esta perspectiva. Los conocedores de este esquema -conocedores de todos los centros de un real poder electoral- aseguran que incluso están cerradas las conversaciones para ocupar puestos menores en las listas, lo que haría que todas las conversaciones pendientes deban remitirse a esta realidad que, esperan, sería la que se impondría para uno de los futuros más difíciles para cualquiera que aspire al poder. Para la vicepresidencia se habla de un hombre representativo del peronismo bonaerense, en tanto se espera que las internas radicales le den el triunfo a Ricardo Alfonsín, con lo que se asegura la derrota del viejo partido. Los planteos han llegado a ciertas gobernaciones importantes, para asegurarse un masa apreciable de votos para manejarse en el Congreso de la Nación con diputados afines y electos en base a esta eventual “concordancia” y al mismo tiempo permitir a los gobernadores un margen de maniobra local para afirmar sus propios intereses, pero a grandes trazos las fichas se mueven en la dirección que comentamos.

Deberíamos agregar más cosas pues al hablar de poder debemos referirnos a varios componentes ineludibles. Uno de ellos es la solución final, taxativa y absoluta que requiere la “cuestión militar”, que pasa por los presos políticos, al diseño de una recomposición de la capacidad defensiva del país, a la reconstrucción del desbordado orden interno y a restañar heridas múltiples e injustas en todo el cuerpo social y administrativo que incluye, en primer lugar, a la vulnerada Justicia, que ha dejado de funcionar como corresponde, al sentido del orden y jerarquía que debe ocupar la base de cualquier sociedad moderna y civilizada, a todas las Fuerzas, sin excepción, que deben remontar un acomodamiento de sus funciones, a la educación desvirtuada por el ideologismo y a la instalación de un esquema normativo difícil, arriesgado y desafiante que aleje el pensamiento ya instalado con firmeza, de la disolución final de lo que queda de la República Argentina.

Para cualquier observador estas inquietudes son válidas. ¿Se podrá aquietar el reclutamiento que se organiza a través de La Cámpora o de Milagro Sala o de la flamante indigenista bautizada Giros, por dar algún ejemplo de lo que ocurre? ¿Cómo se encararán las ocupaciones que crecen sin cesar? La liquidez que producirá el campo este año le dará al gobierno una capacidad financiera interesante pero... ¿Cómo la aplicará constructivamente, con coherencia y visión de futuro? ¿O se limitará a la compra de votos? Al proyecto de estirar hacia el ámbito civil la venganza que se ejerce sobre los presos políticos militares... ¿Cómo se lo contendrá? ¿Se pondrá fin al fantástico negocio de los “derechos humanos”? ¿Con qué respaldo y con cuáles instrumentos? ¿Se instalarán finalmente los radares para controlar al narcotráfico y que fueron adquiridos pero sin las bases físicas para que puedan funcionar? Ahora hay interesados en quedarse con empresas cuyos directivos serán acusados de estar comprometidos con presuntos delitos de “lesa humanidad”, lo que constituye otra fantástica maniobra económica, política e ideológica; los interesados... ¿desecharán la idea de apropiarse de lo que no es de ellos y a lo que únicamente podrían acceder mediante lo que se urde...? Y aquellos que queden afuera de los arreglos preelectorales y corren serios riesgos de ser enjuiciados ¿aceptarán esta “concordancia”? Obviamente, cualquier arreglo político requiere respuestas a estos interrogantes que aquí no se agotan, son inacabables y nos retrotraen rápidamente hacia los renglones anteriores referidos a la desintegración del país que se agota cada vez más rápido.

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