sábado, 5 de noviembre de 2016

ACUERDOS....

Panorama político nacional de los últimos siete días Acuerdos, gobernabilidad y erradicación de la pobreza Tras once meses de la presidencia de Mauricio Macri, en el país se va configurando una plataforma de gobernabilidad compartida, tejida con acuerdos y conflictos explícitos y también con conflictos y acuerdos tácitos: leyes aprobadas de conjunto, (acaba deaprobarse por abrumadora mayoría nada menos que el presupuesto), negociaciones, tironeos, leyes aprobadas y vetadas, paros gremiales votados pero no ejecutados… La base objetiva de esa plataforma reside en que Macri, más que al electorado propio de Cambiemos (que lo dejó en el segundo puesto en la primera vuelta de octubre de 2015), le debe la presidencia a los votos ajenos que hicieron gobernadora bonaerense a Maria Eugenia Vidal y volcaron el ballotage en su favor. El peronismo en sus distintas expresiones quedó como mayoría en la provincia (particularmente en el conurbano profundo). Vidal lo entendió rápidamente y abrió el juego a acuerdos orgánicos y también puntuales, tanto con los renovadores de Sergio Massa como con otros sectores. Macri llegó al protagónico lugar de los presidentes, pero quedó dependiente de una plataforma que no controla, con la que debe negociar para conducir. El prefirió los acuerdos puntuales y consiguió, en principio, el respaldo del peronismo post kirchnerista: el de los gobernadores y también el de los bloques del Congreso para aprobar leyes que iban en un rumbo común: remover los obstáculos que interferían en la reinserción internacional (arreglo con los buitres, levantamiento de trabas a la exportación, etc. Durante la campaña electoral el bosquejo del consenso se observaba en las coincidencias que mostraban los tres candidatos principales. El desplazamiento del gobierno K ha creado nuevas condiciones. A los puntos que ya se evidenciaban se agrega ahora la cuestión central de las políticas dirigidas a solucionar la cuestión de la pobreza. El gobierno ha dejado de mentar la consigna (incumplible) de la “pobreza cero”. Ahora se trata, más bien, de incorporar a los cálculos de la gestión eficiente aquello que a menudo los gestionadores dejan afuera como fruto de lo que el Papa definió como política del descarte. Ese punto –la `prioridad del tema pobreza- es la intersección de un nuevo consenso, más allá de las diferencias entre los distintos actores: no hay futuro para el país con más de un tercio de su población condenado a la marginalidad. La prédica de Francisco y de la Iglesia argentina ejerció su influencia. El Papa ha impulsado con vehemencia a los movimientos sociales que nuclean a los trabajadores del sector informal; la Universidad Católica ha monitoreado permanentemente la situación de la pobreza y la indigencia Pese a haber “tardado mucho en reconocer esa realidad” –como confesó HéctorDaer, uno de los triunviros de la CGT unificada- la central obrera, atenta a la palabra del Pontífice, abrió sus puertas a la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, y a otras organizaciones del sector informal. y se propone como instrumento de expresión, contención e inclusión. “Hay una nueva composición de la clase trabajadora, con millones de compañeros que no trabajan en condiciones dignas. Nuestra tarea es tender un puente con ellos”, resumió Juan Carlos Schmid., otro miembro del triunvirato cegetista. Se calcula que unos cuatro a cinco millones de trabajadores forman parte de ese enorme contingente: el 40 por ciento de la fuerza de trabajo. En esta etapa, los movimientos sociales que constituían el eje de las movilizaciones piqueteras, se han reencarnado: no reclaman subsidios; piensan en paritarias.. Organizados ahora como gremio sui generis (el ministerio que conduce Jorge Triaca les acaba de reconocer la “personeria social”, algo que el gobierno anterior les mezquinó y que les da legitimidad y legalidad para peticionar y negociar) se describen como “excluidos de los sistemas de protección laboral” aunque, “ forzosamente integrados a la economía global ya sea porque integramos las cadenas de valor de los procesos de acumulación capitalista o porque el mercado reabsorbe lo poco que ganamos cuando vamos a comprar al almacén….Somos excluidos pero -nuestra fuerza de trabajo y generación de riqueza forma parte elemental de la economía real y las cadenas de valor”. Juan Grabois, vocero de la CTEP y nombrado por el Papa como consulotor del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, en Roma, subrayó la importancia de la conexión con la CGT con palabras que evocan a Perón: “La CGT abrió sus puertas a las demandas de los que están más abajo, para que las podamos poner bien arriba en la agenda política”. Grabois y la CTEP fueron convocados a la Casa Rosada por el Jefe de Gabinete y la ministra de Desarrollo Social y ha colaborado con el gobierno en la concreción un censo de barrios de emergencia. No son oficialistas pero consideran “una canallada” que se defina su acción como “antimacrista” .Tienen una agenda positiva propia. El gobierno, que finalmente promovió el diálogo entre gremios y empresas que originalmente eludía, también aprendió a abrirse a la colaboración con las organizaciones de trabajadores informales. A través de esas articulaciones, ha ido buscando y encontrando un nuevo equilibrio, diferente del que le pedían sectores de su electorado propio y hasta algunos de sus cuadros. Por ejemplo, la Casa Rosada prefirió la estrategia designada como gradualismo en lugar del ajuste que le aconsejaban algunos de sus consejeros. Estos economistas, muchos de los cuales son adictos a Friedrich Von Hayek, deberían recordar esta frase del austríaco: “Un economista que es sólo un economista puede ser una calamidad. Hasta un verdadero peligro”. Más allá de asesores inexpertos o calamitosos, gobierno comprendió con realismo que no hay sustentabilidad económica sin sustentabilidad social. Y que no hay gobernabilidad sin acuerdos. El diálogo social, así como el diálogo político, aporta a un horizonte de previsibilidad en el mediano y largo plazo, para facilitar la inversión e incrementar la productividad y el bienestar de los argentinos. El país necesita un sistema político renovado que ofrezca esas señales. Lamaentablemente, el consenso que suscita la necesidad de afrontar el drama de la pobreza extendida no se extiende aún a las estrategias de desarrollo. No hay forma eficiente de sostener en la realidad un proyecto de justicia social sin encarar el desarrollo económico sustentable del país en las condiciones de la globalización. Argentina, enclaustrada tras la fórmula de “vivir con lo nuestro”, sufre los efectos de ser una de las economías más cerradas del mundo: el año pasado su participación en el comercio internacional se encogió a apenas 0,3% . Las resistencias a la apertura tienen como base un consenso anacrónico que es indispensable revisar. Su base de apoyo son los sectores menos competitivos de la economía que adhieren a un modelo económico autárquico agotado, de cuyo agotamiento son consecuencia, si bien se mira, la marginalidad y la pobreza de los grandes conurbanos, que no tiene oportunidades productivas ni sociales sustentables. El pronóstico que aseguraba que los países periféricos serían víctimas de la globalización, y que ésta sólo beneficiaría a los países centrales no parece haber acertado. En Estados Unidos y Europa se quejan ácidamente porque, con la globalización, la ocupación y los salarios caen dentro de sus propias fronteras mientras crecen en los países emergentes que participan activamente de la economía mundial, de su comercio y su flujo de inversiones. El consenso en marcha deberá ampliarse: una Argentina amurallada no puede combatir eficazmente la pobreza. Tanto en el caso de la brecha social, como en materia económica y política, hay que poner adentro lo que está afuera. Jorge Raventos

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