YO, PINGÜINO
CUANDO EL PEZ MUERE POR LA BOCA
El lunes 10 Néstor Kirchner cederá el bastón presidencial a su mujer, Cristina Fernández de K en el peor acto de continuismo nepotista de la historia argentina reciente. Peor aún que el de María Estela Martínez de Perón, alias Isabelita, pues cuando asumió la primera magistratura, su marido Juan Domingo Perón estaba muerto.
En vista de eso, conviene refrescar en la endeble memoria de los argentinos algunos hitos verbales de estos cuatro años, en los que la administración venida de la Patagonia sentó sus reales:
“No he llegado hasta aquí para pactar con el pasado. No voy a ser presa de las corporaciones. El retiro de la fórmula (Carlos Menem-Juan Carlos Romero) es absolutamente funcional a ciertos grupos económicos que se beneficiaron con privilegios inadmisibles en la década pasada, al amparo de la subordinación financiera”, Néstor K dixit durante la noche del 14 de mayo de 2003, en el programa A dos voces, o como puntualizó con certera ironía un lector de la web de La Nación, A dos sobres, por su inveterada obsecuencia. Cuatro años después, es harto comprobable que esos ciertos grupos económicos han hecho tan buenas ganancias como en la década de los 90 tan detestada por él.
“Cuando los dirigentes de estos sectores van a elecciones sacan el 2%, el 1% de los votos, con suerte, en todo el país”, en el mismo programa, el 10 de diciembre, refiriéndose a los dirigentes del Bloque Piquetero Nacional. La paja en el ojo ajeno, pues en su administración fue frecuente la compra y el robo de votos, la compra y venta de dirigentes y el más rancio clientelismo político.
“No van a tener suerte los hombres del FMI, porque no me van a doblar la mano. Ya no nos corren más, ni con el Fondo ni con los amigos del Fondo”, declaró efervorizado en un acto en La Matanza el 17 de marzo de 2004, mientras sus partidarios rentados coreaban “Ni un mango al FMI”. Meses después, plin caja, resolvió pagarle todo al voraz organismo internacional.
“Hay cosas hay que llamarlas por su nombre y acá, como presidente de la Nación vengo a pedir perdón por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades. No vengo en nombre de ningún partido, vengo como presidente y compañero de todos los argentinos. Este paso que estamos dando hoy, debe ser llevado adelante por las corporaciones tradicionales. No nos llenen el espíritu de odio, porque no queremos odio, pero tampoco queremos impunidad, queremos que haya justicia y recuperación de la memoria. Este paso que estamos dando hoy no es un paso que deba ser llevado adelante por las corporaciones tradicionales, que por allí vienen especulando más que en el resultado electoral que en la conciencia del que pensaban y que deberían haber pensado. Nosotros seguimos luchando, soportando los aprietes, pero no nos van a quebrar, aquella bandera y corazón que alumbramos será nuestra guía y también la bandera de la Justicia y la lucha contra la impunidad para lograr un país más equitativo, luchando contra la desocupación. La década del ´90 es el epílogo de las atrocidades que nos tocaron vivir. Gracias por el ejemplo de lucha.”, afirmó el 24 de marzo de ese mismo año. Paradójicamente, quien se la pasó embretado en la especulación inmobiliaria mientras sus compañeros de militancia en La Plata eran asesinados por los grupos de tareas, se arrogó el sayo de único defensor de los derechos humanos.
"Mi supuesta luna de miel con la sociedad existió los primeros tres o cuatro meses. Pero pasó. Ahora debo rendir examen cada día. Se podrían hacer diferentes lecturas, pero no es lo que corresponde en esta hora. Hay una demanda legítima y un padre al que le acaban de matar al hijo", reflexión con motivo de la primera y masiva marcha de Juan Carlos Blumberg al Congreso Nacional, que tomó de sorpresa no sólo al ahora saliente presidente, sino a la casi totalidad de la corporación mediática, el jueves 8 de abril de 2004.
La libertad de expresión, la libertad de prensa, es a dos puntas, es permitir también que se exprese la realidad concreta y real", disparó desde el Salón Blanco de la Rosada el 20 de abril de ese año, y puso la mira en aquellos que "detentan los medios y creen que le pueden imponer la opinión al conjunto de la sociedad". Si se quiere, toda una declaración de principios sobre la función de la actividad periodística que se prolongó durante todo su mandato.
(Los periodistas) “tienen la obligación de animarse a escribir artículos de fondo sobre la realidad argentina, opinar, algo que permita una discusión seria, no de la anécdota, no de la nota de color”. En fin, más de lo anterior, en fecha similar.
“Hemos subido dos escalones del infierno, pero no salimos. Uno no es Mandrake, pero hay que tratar de equivocarse lo menos posible, estando a la altura de este período histórico actual. El quiebre del 2001 fue muy grande. Siempre está en juego la gobernabilidad en la Argentina, porque hay intereses muy grandes. Las presiones y las extorsiones de las empresas ganadoras de los 90. Los intereses vienen y quieren más. Las reuniones con los empresarios no son reuniones de caballeritos, son los mismos de la década pasada. Ignorar el poder que tienen, es ignorar la realidad. No pude dormir la noche que ví a Blumberg. Esta violencia organizada y corporativa, nace con la corrupción del Estado nacional. Lo de la ESMA no fue un error, nunca quise descalificar a quienes trabajaron con los derechos humanos. Las empresas aprovecharon el momento de mi enfermedad, para golpear. Es cierto que taparon los pozos de gas. Pero vamos a superar la crisis energética. Estos analistas que siguen hablando hoy, pero nunca pagan los costos de lo que analizan. Me encanta la prensa crítica, el debate de ideas. No hay ni censura ni apriete, Radio Nacional está abierta para el que quiera. La plata de Santa Cruz está en Suiza. No me duelen las críticas de Elisa Carrió, pero cada uno tiene que hacerse cargo de las cosas que dice. Yo converso con todos los ministros. No quiero quedar preso de grupos corporativos, pues creo más en la movilidad social. Con Duhalde tenemos acuerdos y diferencias. No hubo luna de miel con la sociedad, pues ninguna dura tanto tiempo. Los empresarios no tienen porqué influir en la conformación de la política argentina. En esta mesa, he sufrido todo tipo de presiones pero tengo que estar al lado de la sociedad y del orden”, compilado de verdades K, proferidas en el programa de Luis Majul el domingo 23 de mayo de dicho año.
Concluyendo
A pesar de la bravata, ampliamente propalada por Clarín, recientemente bendecido por el regalito de Navidad de la fusión de Multicanal con Cablevisión, el "toco" de guita de Santa Cruz no regresó aún a engrosar las arcas nacionales. Además, Argentina sigue en el infierno con sus plagas sempiternas de inseguridad, exclusión social, inflación galopante y crónica, desempleo, atropellos a los derechos fundamentales de las personas y demás yerbas. Y para cerrar este compilado, a pesar del declamado respeto por la libertad de prensa, su gobierno fue el que más manipuló, censuró, persiguió y desacreditó al periodismo desde los oscuros tiempos del Proceso militar.
Vale rememorar todo esto, para que cuando se repita con creces en la naciente jefatura de su mujer, nadie diga que no se le avisó en tiempo y forma.
Fernando Paolella
domingo, 9 de diciembre de 2007
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