jueves, 11 de junio de 2009

AL MEJOR POSTOR


critica
Al mejor postor
Kirchner le ofreció a Chávez un porcentaje de YPF para que la petrolera haga frente a las deudas que contrajo Eskenazi en 2007. Susana Viau.
Promesas. Hace un año, la jefa de Estado anunció inversiones petroleras junto a Enrique Eskenazi.

Dos cuestiones resultan acuciantes para Néstor Kirchner: una, el resultado de los comicios del 28 de junio en la provincia de Buenos Aires. El presidente del PJ tiene como objetivo “ganar aunque sea por un voto, pero ganar”. A esa idea obsesiva le temen los cuarteles generales de la oposición, donde se preparan los antídotos para un eventual intento de fraude. La sombra del fresquismo es familiar en el territorio bonaerense: el cacique conservador hizo escuela y sus discípulos se jactan de la capacidad del aparato para multiplicar votos en el orden de los 5 y 7 puntos.

La otra gran preocupación del matrimonio santacruceño está centrada en YPF y sus dificultades para pagar las cuotas de este año a los bancos que prestaron el dinero para completar el down payment, que permitió a la familia Eskenazi entrar al negocio de la energía. La operación tenía un monto global de 2.000 millones de dólares. Una parte de ella fue financiada por la propia Repsol y la otra por un puñado de bancos entre los que se contaron el Crédit Suisse, el Itaú, el Paribas y una entidad mexicana. El resto fue tomado a cuenta de futuras ganancias de la propia compañía. Los prestamistas se garantizaban el pago con una cláusula de privilegio: el 90% de los dividendos sería girado al exterior para honrar la deuda contraída, una excepción de la que no goza ninguna otra empresa energética. Pero al formalizarse la operación, el barril rondaba los 140 dólares y en poco más de un año pasó a cotizarse a la mitad. Arabia Saudita había decidido abrir el grifo y poner en apuros a los nuevos países productores, cuyos costos eran infinitamente mayores.

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