LA MORDAZA K

LA MORDAZA K

Por Jorge Omar Alonso

En el manual de todo dictador, una de las principales lecciones a poner en práctica es la de silenciar a la prensa independiente.

Los medios con los cuales se ha de poner en práctica esto van desde los ataques verbales por parte del gobierno, la desacreditación del trabajo del periodista, hasta agresiones físicas y ataque a las sedes de los diarios.

La libertad de prensa es un reflejo fiel de la calidad de la democracia en una sociedad.

En nuestro País el crapuloso matrimonio gobernante ha comenzado una escalada de atropellos al grupo editor del diario Clarín. Sin embargo la estigmatización a la libre opinión comenzó hace ya bastante tiempo atrás.

Uno de los casos a propósito fue el del periodista Nelson Castro, por nombrar uno de tantos.

Todo tirano pretende usar a los medios de comunicación como canales que respondan a sus intereses espurios. Lo hacen a través de sugerencias y si estas no surten en efecto deseado, se procederá al apriete desembozado.

Si todo lo anterior no tampoco da resultado, se pasará lisa y llanamente a la amenaza, la clausura, el amedrentamiento y el asesinato.

Lamentablemente ante esta magnitud suele suceder que editores y periodistas, dejen de difundir y de investigar sobre temas de corrupción o negocios ilegales en el seno de un gobierno.

El silencio es salud para un gobierno corrupto como el de los Kirchner. De tal manera serían acallados los “enjuagues” sobre groseros manejos de los dineros públicos y los aportes a la campaña de la Presidenta, provenientes de negocios sucios con medicamentos y drogas, que al ser revelados a la opinión pública por Clarín han enardecido al régimen.

Cuando un Estado se comporta en forma delictiva; ¿cómo pensar que quien preside dicho Estado no cargue con ninguna responsabilidad?

Toda esta escalada de provocaciones contra la prensa resultará peligrosa a la larga, ya que de una simple pegatina de afiches callejeros puede pasarse a la agresión por parte de agrupaciones sediciosas que operan como grupos de tareas del régimen. Ya se los vio actuar en ocasión del conflicto con el campo amedrentado y golpeando.

Por ahora operan los “ranger” de la AFIP, instruidos para ataques por sorpresa.

Los embates contra la prensa son el resultado de la proliferación de gobiernos autoritarios que se vienen sucediendo en América Latina.

Es un fenómeno al que podríamos llamar chavización de ciertos gobiernos como los de Ecuador, Bolivia y Argentina, adeptos a la doctrina del déspota venezolano.

En Ecuador, Correa reiteradamente acostumbra a llamar “mediocre”, “corrupta” y “mentirosa” a la prensa local. Su confrontación con los medios obedece a difusión de notas periodísticas, que revelaron negociados hechos con el Estado por parte de un hermano suyo. (El Tiempo).

También el presidente nicaragüense Daniel Ortega arremetió contra la prensa de su país a la que culpa de desgastar la imagen de su gobierno.

La casa reinante argentina ha dado sobradas muestras de un manejo discrecional de los dineros del erario, como así también han alentado sospechas sobre sus abultados patrimonios. Y en esto los medios se han explayado abundantemente con cifras y nombres.

De todos modos en un Estado de derecho el robo a los ciudadanos se puede hacer bajo medios sutiles, que pueden llegar a bordear el Código Penal sin por ello caer dentro de su ámbito o ir preso. Es decir, se puede desvalijar al pueblo mediante infinidad de métodos refinados.

No obstante con una prensa esclarecedora y sin ataduras que pueda informar a los ciudadanos, dando cuenta del postrer estado a que ha sido llevada la República por la canalla kirchnerista, será posible medir la amplitud del desfalco y del drama total.

La putrefacción del régimen ya se huele y avanza inexorable, carcomiendo como metástasis el cuerpo de la República.-