sábado, 9 de enero de 2010

TRAGICOMEDIA


La tragicomedia kirchnerista no tiene descanso y promete prolongarse durante el Bicentenario. Hay quienes temen, por supuesto, que su propensión a sobreactuar derive en sobresaltos institucionales. Otros ya no los toman muy en serio a los Kirchner porque lucen mermados: derrotados en los medios a diario, destrozados por la opinión pública, con graves fugas entre sus adeptos y, básicamente, con menos 'caja' que en el pasado.



"¿No es poco serio tener un presidente del BCRA famoso por cornudo?"



En mi caso, nunca designaría a un funcionario al frente del Banco Central o cualquier otra función pública estratégica, que sea más famoso por un escandalete privado que por su performance pública.



Aún cuando resulte prestigioso, no lo designaría. Me pone en desventaja a la hora que él tenga que negociar en mi nombre. Y en esos temas no se puede comenzar 0-1.



¿Qué la mujer le haya sido infiel incide de manera directa o indirecta en su supuesto satisfactorio o insatisfactorio desempeño al frente del BCRA? (...)".



Lo grave no es la conducta privada de Piroska Nagy (ese es el nombre de esa mujer) sino la simple posibilidad de que él la hiciera pública o contribuyera a hacerla pública.



Yo nunca querría tener como presidente del Banco Central a un funcionario siquiera sospechado de que, para tomar una venganza privada, provocó o contribuyó a provocar un escándalo público.

Porque resulta que el perfil de esa persona sería el de una persona problemática, complicada.



Lo grave es que Mario Blejer afirmó que no era candidato mientras Martín Redrado permanezca en el cargo, más temprano Blejer le había dado a entender al ministro Amado Boudou, quien lo llamó por teléfono para ofrecerle la presidencia del Banco Central, que sí había aceptado.



Y lo más grave aún son los antecedentes de Mario Blejer, un economista del establishment internacional



Trabajó más de 20 años en el Fondo Monetario Internacional y estuvo en el Banco de Londres. Con prestigio internacional, tiene buena llegada al mundo financiero y a la comunidad judía.



Sonó como ministro de Economía de Cristina Kirchner, con quien ya mantenía una buena relación cuando era senadora. También iba a ser asesor en las sombras de Amado Boudou. La pelea con el titular del FMI por su ex esposa, su historia con Cavallo y Duhalde, y su paso por el Banco Central, donde ahora recalaría.



Mario Blejer es uno de los economistas más importantes del país. Hoy, nombrado como el sucesor de Martín Redrado en el Banco Central, supo pasar por la institución en 2002.



Desde 2004 entabló un contacto frecuente con Néstor y en especial, con Cristina Kirchner. De hecho en 2007 sonó como futuro ministro de Economía pero una complicada enfermedad lo marginó del cargo. Eso no impidió que durante meses le enviara una suerte de Newsletter de información económica al matrimonio de forma privada.



Un año más tarde, recuperado de su salud, aceptó ingresar en el directorio del Banco Hipotecario, de la mano de su amigo Eduardo Elsztain, y se mantuvo con leves críticas al gobierno nacional, en especial en lo que refiere al Indec. Sin embargo nunca dejaron de escucharlo en el seno del kirchnerismo.



De hecho, cuando Amado Boudou asumió en Economía se suponía que iba a ser su asesor. Lo que pretendía Blejer era que no trascendiera. Algunos allegados le advirtieron que concurrir a Olivos no iba a pasar desapercibido, pero el ex titular del Banco Central repetía que le habían dado garantías en el gobierno de que eso no iba ocurrir.



Así, en todo caso, sino no se mantenía en secreto iba a tener que salir a diferenciarse de las políticas kirchneristas. Pero se filtró y Blejer optó por seguir en el Hipotecario.



Carrera prolífica



Blejer tiene un curriculum envidiable. Ex director del Banco de Inglaterra, en Londres, corazón de las finanzas internacionales, le dio prestigio internacional y poder lobby en el mundo empresario.



Durante gran parte de su carrera profesional (más de 20 años) trabajó para el Fondo Monetario Internacional (el organismo de crédito que tanto critica el kirchnerismo), donde se desempeñó, desde 1980, como consejero en el Departamento de Asuntos Monetarios e Intercambio y además asesoraba en los Departamentos de Asuntos Europeos, Fiscales y de Investigación.



También, fue director de la Cátedra Walther Rathenau en la Facultad de Economía de la Universidad Hebrea de Jerusalén (donde había obtenido su Master) y enseñó en Boston University, New York University y George Washington University.



Sus contactos con la comunidad judía (en especial aquellos que viven en Estados Unidos y están vinculados con Wall Street) son un elemento central para explicar la predilección de Cristina Kirchner por él, ya que cultiva personalmente y con dedicación la relación con la influyente colectividad judía de Estados Unidos, a quien suele visitar en sus periódicas escapadas a New York.



La presidenta conoce de primera mano la influencia que tiene Blejer en estos sectores, y lo ve como una posibilidad cierta para atraer inversiones de diversa índole, mantener buenas relaciones con los organismos multilaterales de crédito e intentar recrear un clima de confianza en la economía local. Confianza que hoy no existe.



En el plano interno, Blejer es íntimo amigo de un viejo conocido de los Kirchner, el ex ministro Domingo Felipe Cavallo. A tal punto que ambos se conocen desde hace casi cuarenta años: estudiaron en el mismo colegio en Córdoba, y ambos se interesaron por la economía.



Sólo que Cavallo se especializó en la Universidad de Harvard, y Blejer lo hizo en la Hebrea , de Jerusalem, y en la de Chicago. A pesar de ello, y después que Blejer emigrara, no perdieron su relación y mantuvieron una fluida comunicación.



A su regreso, Domingo Cavallo lo llevó a su equipo cuando era ministro de Fernando De la Rúa , y con Eduardo Duhalde en 2002 fue vicepresidente y luego presidente del Banco Central, por un período de apenas seis meses, entre enero y junio de 2002.



Tiempo después, sus constantes peleas con el ex ministro Roberto Lavagna le costaron el cargo en el Central.



Hace apenas un año atrás un escándalo en se produjo en el FMI: Blejer tuvo que desmentir una denuncia al titular de la entidad, Dominique Strauss-Kahn, por presunto abuso de poder con su ex esposa, quien trabaja allí con él.



Volvió el fantasma de Paul Wolfowitz, quien renunció por corrupción al Banco Mundial en 2007.



El Fondo Monetario Internacional reconoció que investiga si su director gerente favoreció a Piroska Nagy, ex funcionaria húngara del FMI en África, a la que le pagó una jugosa indemnización extraordinaria. La Nagy habría mantenido una relación íntima con él. Y fue la esposa de Mario Blejer.



Le habría aplicado el derecho de pernada (en latín vulgar medieval, Ius primae noctis; en inglés se usa la expresión francesa Droit de Seigneur, aunque en francés es más acertada la locución Droit de Cuissage) que viene a ser el ius primae noctis, “el derecho a la primera noche”, que era un derecho feudal que teóricamente establecía la potestad señorial de tener relaciones sexuales con toda doncella, sierva de su feudo, recién casada con otro siervo suyo. Al que por supuesto la Nagy no se resistió.


http://saleconfritas.blogdiario.com/1263037622/

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