martes, 8 de junio de 2010
AMPULOSA
¿UD REPARÓ EN LA MANERA “AMPULOSA” DE APLAUDIR DE LA SEÑORA?
Aplaudir “ampulosamente”, implica separar una mano de la otra más de lo debido, como quien está tratando de señalarnos “el tamaño de la que nos vamos a comer”. Repare en el detalle, no tiene desperdicio y por otra parte, lo repite cuando extrañamente el orador “es otro”, o al retribuir los que le dispensan los obsecuentes y acomodaticios de siempre.
Y en este caso, nobleza obliga, debemos convenir en la autenticidad de La Señora, quien no deja de hacernos “comer una tras otra”, evidentemente persuadida de la notable capacidad de “asimilación” que nos caracteriza.
Le digo más; toda esta movida de los homosexuales, tiene y mucho que ver con la cosa; entienden que el resto somos homosexuales “reprimidos”, pero naturalmente proclives a que “nos la pongan hasta la manija”. ¡Advierto que Ud. menea la cabeza de un lado hacia otro, pero que no ha reaccionado como aquél a quien se injuria o calumnia!...dicho de otra manera, ni se ha “molestado conmigo” ni me ha mandado “a la reputísima madre que me parió”, toda una costumbre que igualmente nos caracteriza y nunca tiene por intención, descalificar a nuestra “hacedora”.
Por otra parte, a ese aplauso que La Señora reitera, por momentos le suma el ingrediente de “la mano abierta”, esto es, los dedos separados los unos de los otros, más de lo que naturalmente les tenemos. Y la lectura es sencilla; la que nos comeremos, será “grande y abarcativa”, como para que nadie se sienta o suponga exento del vejamen.
Otra observación y escucha que Ud. podrá hacer sin molestarse demasiado, tiene que ver con lo estentóreo del ruido que provoca La Señora, producto del choque de “palmas”; una más que “paqueta” manera de decirle que tarde o temprano, Ud se integrará a la extensa nómina de ciudadanos muertos por obra y gracia de la “inseguridad”, que es parte importante de los tantos objetivos perseguidos por su transparente gestión de gobierno.
Por último, admita la posibilidad de un “convite” por parte de La Señora, a través de los tan argentinos y coreados versos…”aplaudan, aplaudan, no dejen de aplaudir”, que en este caso, bien podría completarse con…” la grey de ciudadanos a punto de morir”.
Concluyo entonces, en que los sagrados versos de nuestro Himno Nacional que dicen: “…o juremos con Gloria morir”, deberían ser corregidos por el Legislativo o Decreto de Necesidad y Urgencia, y entonces todos podamos cantar a voz en cuello: “ o juremos sin gloria sobrevivir”.
Ricardo Jorge Pareja
parejaricardo@hotmail.com
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