domingo, 6 de junio de 2010

CHAU OYARBIDE





PERSONAS DE DISTINTAS TENDENCIAS PETICIONAMOS A NUESTROS LEGISLADORES LA PROMOCIÓN DEL JUICIO POLÍTICO AL JUEZ FEDERAL NORBERTO OYARBIDE ANTE EL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA.



La conducta del Juez Federal Norberto Oyarbide sienta un pésimo precedente pues incita a otros jueces flexibles a prosternarse ante los designios de los autoritarios que abusan del poder, ello proyectaría un futuro abismático de imprevisibles consecuencias. Puede observarse una conjunción de intereses reñidos con la ética y el derecho a través de un evidente mal desempeño de sus funciones. Sus extraños pasos procesales sugieren provenir de un pacto bastardo numerosas veces comentado con anterioridad por el periodismo. Se demostró su realidad en los hechos mediante una cronología de decisiones ulteriores de los protagonistas principales.



Desde el mes de octubre de 2009 tomó estado público un “encuentro” entre el ex presidente Kirchner y el Dr. Oyarbide a fin de acordar un sobreseimiento al matrimonio presidencial ante la denuncia judicial por enriquecimiento ilícito. El Dr. Kirchner exigió al Juez la necesidad de obtener su desvinculación de esa causa antes de finalizar el año 2009. Oyarbide manifestó la imposibilidad procesal y los efectos contraproducentes de llegar a tal sobreseimiento y ofreció dictar una “falta de mérito” lo cual fue rechazado categóricamente por Kirchner. El pacto empezó a corporizarse cuando Oyarbide argumentó -para llegar a tal propósito- la necesidad de adquirir una imagen de “juez independiente” a través de la profundización del proceso a la mafia de los medicamentos con la prisión del gremialista Zanola, su esposa y otros cómplices. Kirchner admitió esta fórmula para otorgar cierta chapa de independencia al Juez pero siempre que éste lograra un deterioro, temor y escarmiento en los diputados Solanas y Lozano, en el “candidato” Mauricio Macri y similares efectos en otros actos procesales referentes a distintas causas. El móvil de estos anhelos del ex presidente se vinculan con su obsesión por obtener un desgaste casi total de los legisladores mencionados y llegar al procesamiento del Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A medida que el pacto avanzara en operativos eficaces Kirchner haría funcionar su controlado aparato de espionaje del Servicio de Informaciones del Estado a fin de proveer las probanzas necesarias.



Por estos medios detectaron la actividad del periodista Roberto Larosa en busca de la información económica y pública que los elencos ministeriales se empeñan en ocultar. Al oficialismo le inquietaban los datos que el diputado Lozano denunciaba mediante su función legislativa y maquinaron a través del Juez Oyarbide, mediante su acostumbrado despliegue mediático, un episodio cinematográfico para la captura y detención del mencionado Larosa . La actitud arriesgada de este profesional de la prensa económica, cumplida con heroísmo, no fue tenida en cuenta por el Juez Oyarbide y procedió con fines intimidatorios contra el ejercicio de la libertad de prensa celosamente protegida por las normas constitucionales.



Llama la atención el Juez Oyarbide, extremadamente implacable con sus propios colegas de Misiones, quienes en ejercicio de sus facultades habían expedido autorizaciones de escuchas a investigadores de agencias particulares a los cuales hizo detener con peores tratamientos que a cualquier violador serial y no haya empleado el mismo celo contra los funcionarios oficialistas del S. I. en sus persecuciones a través de escuchas desembozadas contra un periodista investigador de la economía.



Esta actitud del Juez Federal tiene una sola explicación: Norberto Oyarbide cumple el pacto celebrado con Néstor Kirchner y se le descubre una evidente intención amedrentadora y claras motivaciones de seguimientos amañados, los cuales apuntan contra los legisladores Solanas y Lozano a efectos de proceder al desgaste de ambos y alejarlos de sus seguidores ideológicos cuyos votos anhela Kirchner arrebatar y mantener dentro de su colosal estructura clientelista con miras a las elecciones del 2011.



En el caso Macri surge implícita una nueva situación que debe preocupar a cualquier otro postulante presidencial. Kirchner sólo puede tener chances de llegar a un nuevo mandato mediante procedimientos fraudulentos, atento el incontestable repudio en las urnas con que el pueblo respondió a su propio plebiscito impuesto con prepotencia y malas artes, consulta efectuada mediante la candidatura testimonial a diputado del mismo Kirchner, jugada que le salió muy mal al ex presidente, quien por ese sólo resultado plebiscitario debería haber asumido la contundente derrota retirándose a sus cuarteles de invierno.



Ya el fraude tradicional en los comicios ha sido practicado habitualmente en los últimos siete años y el kirchnerismo ha afiatado esas prácticas. Ahora prepara un terreno resbaladizo fríamente calculado entre los instrumentos que el señor Kirchner dispone a la luz del día a sabiendas que la Constitución le prohíbe gobernar la nación por más de dos períodos consecutivos. Los casi cuarenta millones de argentinos sabemos a ciencia cierta: Néstor Kirchner gobernó fácticamente la Argentina durante el período que comenzó en el año 2007.



El pacto Oyarbide-Kirchner contiene instrumentos del siguiente tenor:



1º) La cúpula y cierta estructura del Servicio de Informaciones se encuentra integrada por personeros de absoluta confianza, intimidad y dependencia de Néstor Kirchner. Se ejerce allí la más indisimulada actividad de escuchas legalizadas por los jueces que le responden por temores y adhesiones manifiestas, y por otro lado las que se efectúan clandestinamente, las cuales, aún descubiertas por los afectados, éstos no logran evitarlas y se resignan a vivir espiados… ¿Cómo puede el Juez Oyarbide sin incurrir en el mal desempeño de sus funciones mostrarse tan riguroso, dinámico y estrepitoso con sus pruebas presuntamente amañadas contra los rivales electorales de Kirchner y hacerse el que ignora la actividad del espionaje desembozado que se ejerce contra toda persona que no adhiere al dogma kirchnerista…?. Es público y notorio el malestar existente al sentirse el país entero -tanto opositores como oficialistas- auscultados en su intimidad, atormentados por eventuales persecuciones para transformarse en posibles sujetos de las acusaciones más insólitas, con las probanzas más retorcidas, en base a la obediencia de ciertos jueces en muchos casos o al disentir contra los dicterios del señor Kirchner, amparados éstos en la cruda y mafiosa doctrina de moda, imperante desde 2003: “nadie aguanta un archivo…”



2º) Otro instrumento del “Pacto O.K” es la evidente actitud nunca imparcial ni objetiva del Jefe de Gabinete Aníbal Fernández en su control de la Policía Federal y demás organismos públicos afines, obedeciendo órdenes, pretensiones y antojos directos del diputado Kirchner, circunstancia a la cual el juez cuestionado obviamente nunca osa enfrentar, cuando por el contrario, su función es garantizar al pueblo una justicia independiente y la seguridad física de los habitantes.



3º) Se observa un control indisimulable del diputado Kirchner sobre las finanzas o “cajas” del Estado Federal con el fin de asfixiar financieramente a los gobernadores e intendentes y desde esa postura incidir para que adopten actitudes antinaturales, como ocurrió con los catorce jefes provinciales evidentemente obligados a sostener públicamente una posición inversa a los intereses genuinos de sus propias provincias con motivo de la coparticipación del distorsivo impuesto al cheque. Quedó probado este insólito manejo a través de las mendicantes peticiones de recursos exhibidas en reuniones constantes entre gobernadores “autónomos” asumidos en directa genuflexión ante el súper influyente ex presidente de la Nación. Déjese constancia que la sumisión exigida por Kirchner a los mandatarios provinciales tenía por objeto fondos que le pertenecían por su propio derecho a las mismas provincias, lo cual constituye un constante despojo. Estas anomalías no se le pueden escapar al Juez Oyarbide, quien se arroga un papel obediente y de fiel cumplidor de lo convenido con el poderoso diputado.



4º) Existe ante la evidencia pública una proliferación de medios informativos nítidamente oficialistas generados por los gastos públicos extravagantes junto a la inflamada publicidad del Estado y otros de origen privado solventados por los amigos del poder a su vez beneficiarios de los diversos negociados cuyas causas penales algunas permanecen en “estado catatónico” en los cajones del Juez Oyarbide, según la calificación del diario La Nación, en su editorial del 15-05-10, refiriéndose a la conducta del juez en casos como el de Skanska y otros de similar importancia que mantiene en rigurosa silenciación.



5º) El elemento relevante que conlleva al juicio político es la pública notoriedad –además de la divulgación periodística- del pacto celebrado entre Néstor Kirchner y el Juez Oyarbide donde éste se comprometía a sobreseer al matrimonio denunciado por enriquecimiento ilícito antes de finalizar el año 2009, circunstancia que cumplió en tiempo récord y a horas de vencerse el plazo convenido. El testimonio hecho público por el Senador (MC) Héctor Maya también da fe de la existencia –manifestada por el propio Oyarbide- del pacto impropio denunciado en estas actuaciones.



6º) Incide también la sola investigación a vuelo de pájaro del fulminante proceso sobre el enriquecimiento ilícito, con el propio contador de los Kirchner manipulando los secretos de la causa y dictámenes velocísimos emitidos por peritos cuestionados por la Corte Suprema y la celeridad asombrosa de Oyarbide para cumplir los plazos del pacto, salvando al matrimonio del innegable enriquecimiento exagerado, exhaustivamente reconocido con sus firmas por los imputados y, desde luego procesalmente, salvándolos del tiempo muerto de la feria judicial de enero que haría empalmar los hechos denunciados con el funcionamiento del nuevo Congreso elegido. El “modus operandi” contó con la sugestiva anuencia del Ministerio Público Fiscal, llama la atención que este órgano no recurriera el pronunciamiento exculpatorio. Todas estas maniobras acreditan la existencia del pacto y en consecuencia el mal desempeño del Juez.



La insólita cronología de estos acontecimientos da fe de su indudable acaecimiento y coloca al Juez Oyarbide en pasible del juicio político por mal desempeño de sus funciones. Esta petición tiene por propósito instar desde el Congreso de la Nación al Consejo de la Magistratura a constituir un jurado de enjuiciamiento y continuar los pasos necesarios para preservar las instituciones de la República.



Acudimos también a nuestros representantes en el Congreso de la Nación por la necesidad de recusar a los consejeros Carlos Kunkel, Diana Conti y Nicolás Fernández, por su demostrado apego y subalternidad con el diputado Néstor Carlos Kirchner y las reprochables actitudes públicas de estos legisladores a favor de determinados actos autoritarios del régimen. Estos tres consejeros han demostrado su absoluta incompatibilidad para constituirse en juzgadores del Dr. Norberto Oyarbide e incluso permanecer dentro de la composición del importante Consejo. El Poder Ejecutivo de la nación tiene sus propios representantes y no necesita armar nuevas versiones de “mayorías automáticas” en el Consejo para impedir el desempeño de una justicia independiente como han contribuido hasta ahora los referidos legisladores, devenidos en minoritarios desde el 28-06-09.



Recordamos a nuestros representantes la conducta cuestionable del Juez Norberto Oyarbide en otro juicio político anterior donde, por apretada votación, logró zafar de las acusaciones, lo cual si bien eso puede constituir cosa juzgada, no descarga al Juez de sus exhibiciones impropias reflejadas al público en las pantallas de los televisores y su fijación en la retina de la gente. Esta circunstancia y sus actitudes objetadas en esta presentación agravan y consolidan la detectada extenuación moral del magistrado para ejercer sus funciones. Cabe aclarar, de ninguna manera su escasez de ética puede atribuirse a situaciones diferenciales y privadas absolutamente respetables y amparadas por la Constitución, sino a personas que demuestran una dudosa aquiescencia con el poder y conductas estridentes o exhibicionistas no aptas para cualquiera que deba ejercer la magistratura jurisdiccional.



Como conclusión final de este pedido de juicio político afirmamos que el Dr. Oyarbide ha dejado de ser el “Juez Natural” que consagra como principio la Constitución Nacional. Sus actitudes han sido oscilantes entre favoritismos y persecuciones exacerbadas, sobreactuadas, mediáticas y en algunos casos con flagrante prejuzgamiento, constituyéndose prácticamente en defensor público del matrimonio presidencial, violando la condición indispensable de la imparcialidad, aplicando velocidades impresionantes para algunos casos y cajoneando por años otros procesos según afecten a sus gobernantes “cercanos”. La permanencia de este Juez cuestionado nos impide reverdecer la esperanza de una completa justicia independiente y evitar una nueva

estafa a los argentinos.

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