martes, 1 de junio de 2010

TAIANA


Taiana


por PlataformaCero

En un editorial de la Nueva Pcia de Bahía Blanca, titulado Taiana, por el actual canciller argentino, Jorge Taiana, se afirma que no es que hayan sido poco interesantes las revelaciones que hizo el ministro Taiana en su espontánea presentación al tribunal platense que investiga lo que fue la subversión en nuestro país.

Después de todo, continúa el comentario, un hombre público del presente que se confiesa agente de la subversión en el pasado es alguien del que puede predicarse coraje cívico, pero sobre todo es alguien que admite servir de prueba viviente de dos cosas: de que la subversión no fue, en Argentina, una empresa inorgánica de jovencitos románticos, sino que prestaron su concurso en ella jóvenes como Taiana, inteligentísimos, preparadísimos y llenos de contactos del más alto nivel; y de que, por mucho que se diga lo contrario, el terrorismo fue, institucionalmente hablando, menos víctima que victimario, pues de sus cuadros juveniles de aquel entonces han surgido funcionarios y legisladores, mientras que quienes se batieron contra ellos y los derrotaron pagan hoy su victoria en presidio.

Adúcese que el motivo para ellos es que eran asesinos, en tanto que sus derrotados eran combatientes. Si Taiana es combatiente o asesino, era cosa que bien pudo haber expuesto ante el tribunal. Porque estuvo ocho años preso por algo. ¿Fue o no fue ese "algo" una bomba colocada en una confitería céntrica cuya explosión costó la vida a dos personas? El ministro Taiana deberá contestar esta pregunta, finaliza el comentario de la Nueva Pcia. de Bahía Blanca.

Al respecto cabe consignar que este personaje Taiana, fue motivo de otro recordatorio que circula por internet bajo el título "Recordando a un cobarde" dando cuenta del mismo suceso ocurrido el viernes 4 de julio de 1975, bajo el gobierno de Maria Estela de Perón, cuando una bomba estalló en el baño de hombres del bar El Iberico de Buenos Aires.

El objetivo de aquel atentado fue el de asesinar a un oficial naval que tenía reservada una solitaria mesa en proximidades de la puerta que da a los baños. Casualmente ese día el marino no fue a tomar su café y en su lugar se sentó una mujer, completamente ajena a todo. El estallido la mató instantáneamente, juntamente con el mozo que la estaba atendiendo y un grupo importante de parroquianos recibió heridas de consideración, sin contar el bar que quedó destruido. Pocos días después se supo que el autor del atentado había sido Jorge Taiana.

En vista de su peligrosidad, lo alojaron en el Penal de Rawson, hasta que logró salir "bajo libertad vigilada", porque el juez de la causa consideró su particular situación familiar. Tenía dos hijos pequeños. El Estado Nacional lo indemnizó con una suma suculenta, por haber sido "víctima de la persecución fascista". Los que no pudieron salir de sus féretros con libertad vigilada, ni recibir indemnizaciones, ni cuidar de sus pequeños hijos, fueron la mujer y el mozo del café.

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