DECADENCIA

EL MÁS SÓLIDO ARGUMENTO QUE HARÍA POSIBLE LA REELECCIÓN DE LA SEÑORA.





Vive solo. Me comentó que le costaba adaptarse el núcleo de amigos del que forma parte. A veces el secreto consiste en allanarse, le dije. Ese mismo día, en lugar de abrir la puerta de calle de su casa con la llave original que posee, la derribó de una tremenda patada, acompañado de dos policías uniformados, a quienes solicitó labraran un acta que incluyera un minucioso inventario de todos los muebles y efectos hallados en el interior de la misma.

Evidentemente, no me interpretó, o hizo una mala interpretación de lo que le sugiriera. De cualquier manera, ya no ocupa el lugar de consideración que le tenía asignado.

En otra medida, es esto lo que ocurre con todos aquellos aspirantes a obtener un cargo político que dependa de la voluntad popular. No bien acceden al mismo, el nivel de consideración disminuye al punto de convertirle en “réprobo”, para la mayoría de aquellos que le consideraron, y quienes no.

Y varias son las preguntas que uno se puede llegar a formular. ¿El candidato no cumplió siquiera mínimamente con las expectativas depositadas en él, o fue indebidamente considerado?. Quienes le consideraron, ¿estaban en capacidad de hacerlo?. ¿Se trataba de lo menos peor que ofrecía la acotada lista de candidatos?. Ésta última pregunta, si Ud. la analiza debidamente, concluirá en que está “indebidamente” formulada, ya que tratándose de “lo menos peor”, poco era lo que se podía esperar de ese candidato. ¿Comprende?.

Si de ejemplos se trata, valga la cita de diputados, senadores, intendentes, gobernadores, y hasta el/la mismísimo/a Presidente de la Nación y compañero/a de fórmula. Ergo: ¡estamos más que jodidos!, y le diría que al paso que vamos, el complejo problema se agudizará, habida cuenta de la ostensible decadencia moral y profesional general, que incluye a todos los estamentos de la sociedad.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com