sábado, 28 de mayo de 2011
SARLO
SARLO, EL KIRCHNERISMO Y EL PERONISMO
Por Alberto Buela
El zahorí dibujante Nik de la Nación diario se burla hoy del programa 6,7 y 8 de la televisión del Estado por el papelón intelectual que hicieron ante la socióloga Beatriz Sarlo hace unos días, diciendo: not wich me, Barone. Respuesta que la ensayista le diera a uno de los mentores de dicho programa el ideológicamente voluble Orlando Barone.
En dicho programa la agarraron entre siete periodistas a Sarlo y la intentaron ridiculizar, destruir, contradecir, sobrellevar, desprestigiar, pero la vieja trotkista salió a flote y con holgura de todos los palos en la rueda que la pusieron los periodistas pagados por el gobierno argentino para hacer la propaganda y la apología del gobierno de Cristina Kirchner. El pato les salió gallareta o el tiro por la culata.
Es que ninguno de “los siete” tiene el nivel analítico de esta avezada profesora antiperonista. Y olvidaron la primera de las lecciones que hay que tener en cuenta cuando se discute con un “trosko”: no hay que regalarles el futuro.
Y así seis de los periodistas (había uno que se dice filósofo, titulo que le queda grande) al pararse en el progresismo discutieron a partir de ellos y desde la tara progresista que es incapaz de entender el futuro porque el futuro son ellos mismos, de ahí que su método sea siempre “estar en la vanguardia”.
El otro, Mariotto el secretario de Estado de medios, la enfrentó desde “la monserga peroniana”. Es decir, frases hechas desde 1945, actitudes de desafío en nombre del pueblo al estilo de Dantón: moi, je suis le peuple et le peuple et avec moi, y cosas por el estilo. Y entonces Sarlo, se hizo un pic-nic.
Si uno discute desde el peronismo con un trosko tiene que partir del principio de realidad. Para el peronismo la realidad es “lo que es” (la única verdad) más “lo que puede ser” (una revolución inconclusa). Y ahí se cae el argumento del trotkismo y del antiperonismo. Hay que estudiar un poco de filosofía en serio. Hay que reclamar una formación filosófica mínima para poder conducirse sin hacer papelones.
Estos “siete” alcahuetes oficiales rentados le hacen un daño terrible al “modelo cristinista”, porque no están en condiciones de defenderlo. Carecen de la enjundia intelectual propia, incluso, de los publicistas menores.
Creo que el tema no da para más y como este artículo no lo va a leer casi nadie, no vale la pena gastar pólvora en chimangos. Solo me queda decir que sean piadosos con Cristina que acaba de afirmar: he dado todo, estoy cansada. Y si quieren que sea de nuevo presidenta no le den “el abrazo del oso” y llámense a silencio.
Tampoco me estoy ofreciendo como “nuevo ideólogo o ideólogo de reemplazo”, porque a Uds., sobre todo a Borone, se le aplica el viejo dicho criollo: burro viejo no agarra trote. Sólo describí, fenomenológicamente, lo que sucede y sucedió y como debe encararse una discusión político filosófica con el trotkismo.
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