sábado, 28 de mayo de 2011

HUMALA Y SUS MODELOS


Ollanta Humala amaga con copiar el modelo jubilatorio argentino: ¿es lo más democrático y meritocrático?
Por GERARDO ALCÁNTARA SALAZAR
Pensión 65 es uno de las mayores promesas de Humala para todos los seres humanos del Perú que tienen 65 años a más, de manera que, quienes estén en ese rango de edad y los que se aproximen sin haber aportado nunca al sistema pensionario, tendrán derecho a una pensión de 250 cincuenta nuevos soles y Humala se asegura el voto de quienes formen parte de este universo.

¿Democrático, verdad? ¡Meritocrático también! Veamos. El monto máximo de la pensión que puede recibir un servidor público según la ley 1990 que se encuentra vigente es de 800 nuevos soles. Nadie, salvo el Presidente de la República que al dejar la presidencia recibe el sueldo de un Presidente en ejercicio y los militares que abogan por la cédula viva, vale decir el sueldo que gana un militar en ejercicio de su misma categoría.

Los demás servidores públicos cualquiera sea su categoría y el sueldo que hayan percibido mientras estaban en ejercicio, sólo recibirán una pensión mensual de 800 soles, unos 250 dólares, siempre que no se produzcan devaluaciones catastróficas que puedan reducir sus pensiones hasta convertirlas en simbólicas.

Durante el primer gobierno de Alan García el sueldo de un catedrático principal que ahora bordea los dos mil dólares se redujo a 85 dólares debido a la catastrófica hiperinflación. Estos mismos catedráticos de la máxima categoría y mejor pagados del sistema universitario al cesar en sus trabajos sólo tienen derecho a unos 800 soles de pensión, equivalente a la octava parte, es decir, al 21.5% de su sueldo. Por ese motivo hay catedráticos con más de 80 años de edad y más de sesenta años de aportes al Estado que siguen en sus puestos.

Realmente todo catedrático, especialmente los más calificados, aquellos que tienen más posibilidades de encontrar trabajo, lo hacen hasta el día de su muerte, si es que mueren de infarto. Muchos de ellos han muerto así y otros cumplen sus tareas hasta que caen en la invalidez. Claro, presumo que es preferible morir de infarto.

Actualmente no existe meritocracia en el Perú. La propuesta de Humala tiene a establecer un igualitarismo absoluto o aproximarse casi de manera definitiva al igualitarismo. El candidato de Gana Perú justifica la pensión de los ancianos que nunca han aportado al sistema pensionario. Claro, después de todo, los que más méritos tienen, logran la ventaja de morir de infarto mientras trabajan para no sufrir la indigencia absoluta a la que les condena el Estado.

El mayor problema será para tienen pensiones menores a los 800 soles, que pueden reducirse a la tercera o cuarta parte, si no se modifica la política general del Estado que ahora es creciente a diferencia de lo que sucedió antes de la década de 1990.

En otra nota explicaré el sistema relacionado al servicio médico, al que los que más méritos han hecho en la vida aportan más, pero en aras de la solidaridad con los más pobres, se les niega la atención por la paga. Mejor dicho, se les estafa.
¿Cumplirá Humala con la pensión 65 o será una simple treta electoral?

* Gerardo Alcántara Salazar es Licenciado en Sociología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Magíster en Sociología por la Pontificia Universidad Católica del Perú y Doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, Argentina; y es candidato a Doctor en Educación por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es catedrático de pre y posgrado e investigador de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y catedrático e investigador principal de la Escuela de Post Grado de la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta. Se ha desempeñado como catedrático de las unidades de post grado de Derecho, Educación y Comunicación de la UNMSM, y de las escuelas de Post Grado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional de Ingeniería y Federico Villarreal, entre otras universidades. Es, asimismo, catedrático de la Universidad Ricardo Palma.

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