jueves, 25 de octubre de 2007

DESCARO................

¡Qué descaro, qué vergüenza, ... qué impudicia!

Autor: Dr. Alfredo R. Weinstabl





Muy probablemente muchos argentinos se preguntarán de donde salen los fondos para sufragar la costosa campaña oficialista para instalar y fortalecer la imagen de la Sra .Cristina Fernández para los futuros comicios presidenciales.

Ya hace varios meses, inclusive antes que el dedo de su esposo la haya designado como candidata del oficialismo, la Zarina realizó un extenso periplo por doce países para lograr su posicionamiento internacional. Todos los viajes por supuesto, acompañada por una numerosa y variada comitiva.

Estos viajes se realizaron en su calidad de senadora de la Nación y como esposa del primer mandatario, pero el objetivo real era hacer su presentación informal como la futura presidente de los argentinos.

Todos estos viajes tuvieron suerte dispar. Podemos considerarlo más un fracaso que un acierto político.

Se mostró al mundo un hecho político que además de insólito e inaudito, puso de relieve la discrecionalidad en el uso de los dineros del pueblo por parte del presidente. Una actitud típica de una república bananera, en donde los fondos escapan a toda regulación y son usados a voluntad por el hombre fuerte en el poder.

Pero obviamente eso constituye solo una parte de los enormes recursos empleados en su promoción: la publicidad oficial, las encuestas digitadas, la difusión de los diferentes actos de lanzamiento, la transmisión satelital, los espacios en la radio y particularmente en televisión, los U$S 50.000 que habría costado la foto con el ex presidente Clinton, etc.

Un aspecto que merece destacarse es además del uso de los fondos públicos, es la utilización de bienes y efectos del Estado.

Y en particular uno de los más irritantes es el uso de aeronaves del gobierno. La Presidencia tiene cinco aviones propios y uno facilitado por el Ejército, pero además chartea dos helicópteros, salvo las veces que la pareja imperial alquilan aeronaves particulares, como la que recientemente se le despistó a la Zarina en Sauce Viejo; o el Jumbo para 400 personas que usaron para viajar a Nueva York llevando tan sólo a 40. El gasto por hora de vuelo en las aeronaves de la presidencia no baja de U$S 4.000.- por hora de vuelo.¡Un claro ejemplo del despilfarro del dinero público!

Un conocido semanario hizo una estimación mediante un cálculo analítico de la campaña que arroja la friolera de $133.000.000.- ¡Una verdadera fortuna gastada, no en solucionar los infinitos problemas que padece nuestro país, sino en asegurar la continuación de la dinastía.! Seguramente se podrían haber salvado vidas de muchos argentinos que actualmente en el norte del país, se están muriendo por desnutrición o enfermedades, que de disponerse de dinero se podrían haber salvado.

Pero el objeto de esta nota es básicamente señalar dos aspectos:

· Por un lado la distorsión y ventaja superlativa que recibe el proselitismo oficial con respecto a la campaña de los otros partidos, constituyendo una asimetría y una inequidad manifiesta para la competencia electoral, que lesiona y vulnera lo que deben ser comicios limpios y transparentes en un democracia real. Una cita muy conocida del refranero popular dice que la Zarina “corre con el caballo del comisario”. Ello constituye sin lugar a dudas un verdadero y grosero acto de corrupción..

· Por el otro lado, el origen de los fondos para la campaña oficial. Los actos públicos y los bienes del Estado son solventados con los impuestos de todos los ciudadanos y se entremezclan con los actos de gobierno. Las obras públicas son un ejemplo, en el cual Kirchner aprovecha para promocionar impúdicamente a su pareja (decimos pareja y no esposa porque según algunos medios, no es una asociación matrimonial sino una asociación política, ya que este insólito matrimonio no lo es, desde ya bastante tiempo).

También y es necesario puntualizarlo, la Zarina se ha convertido, con nuestros impuestos y demás aportes impositivos, en una bella y atractiva mujer. ¡Lastima que no tiene, en sus atuendos, el gusto adecuado para cada circunstancia y esos largos cabellos sueltos cayendo displicentemente sobre sus hombros, parece más una veleidosa integrante de la farándula que una funcionaria de Estado! Lamentablemente le falta el porte, la elegancia y distinción que debería tener una persona que aspira a tan alto cargo.

Hace unos pocos días apareció en la TV una larga publicidad, de varios minutos, sobre la candidata oficial. Seguramente costó al erario público una verdadera fortuna.

Nos pareció una afrenta, una descarada impudicia, un verdadero desvergonzado acto de corrupción, que esa publicidad la estemos pagando nosotros, que precisamente estamos en la antípoda de este circense gobierno.



Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL

alfredo@weinstabl.com.ar

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