Hola mamá: ¿cómo estás?...Hace tantos años que no te escribía...espero que te alegren mis palabras y te ayuden a salir adelante.
Hoy a la mañana estaba trabajando y de pronto sentí un dolor muy fuerte, como si el pie de un gigante hiciera presión sobre mi pecho, entonces tomé un vaso de agua y respiré profundo. Pensando por unos instantes llegué a la conclusión de que ese dolor era la consecuencia de tu estado. ¿Sabés? No me gusta verte así, inmóvil, sin voz, sin casi poder moverte. Quisiera que despiertes, que cantes, que crezcas, que seas feliz, que todo el mundo vea lo mismo que veo yo, que todos sigan tu ejemplo.
¿Qué fue lo que te dejó así? ¿Por qué no puedo encontrar ayuda para vos? ¿Por mucho tiempo más vas a estar así? ¿Qué les pasa a mis hermanos que no me ayudan a levantarte? ¿Acaso están tan encerrados en sí mismos que no se ocupan? Que triste es ver que no caminás...como antes.
¿Te acordás cuando iba al colegio y me regalaron un librito en 7mo grado? Lo encontré cuando lo abrí me llevé tremenda sorpresa. Estaba ahí. ¿Cómo no se me ocurrió antes? La respuesta, el remedio para tu enfermedad... ¡Mami, lo encontré! Dice así: “Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución, para la Nación Argentina”
¿Te das cuenta mamá? Tus padres redactaron esto para que siempre te respetemos, nosotros, por ser tus hijos. Es tu corazón y está lastimado, tenemos que curarlo, pero sólo entre todos. No alcanza con que lo hagamos algunos. En unos días tenemos la oportunidad, espero y deseo con todas las fuerzas de mi corazón que podamos lograrlo. Mientras tanto, mamá, te pido disculpas por tanto dolor y por tanto olvido; te juro que voy a hacer todo lo que pueda para que no vuelva a pasar.
Te amo mamá Argentina.
Cecilia
viernes, 26 de octubre de 2007
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