31 de octubre de 2007
¿La bailarina o la vedette?
Bailando por un sueño llega a su fin. Un análisis de lo sucedido a lo largo del certamen más polémico de este año.
Más de siete meses de show por la pantalla de canal 13. Aquel que versó entre luces, baile, escándalos y glamour. Además de algunos chiquitajes y el ya tradicional me dijo, le dije, le digo.
Marcelo Tinelli fue el gran presentador del cuarto Bailando por un Sueño. Bailando 2007. Veinticinco famosos con sus respectivos soñadores que luego se transformaron en treinta cuando se produjo el cuestionado repechaje para que ingresaran cinco de un abanico de parejas que habían quedado fuera del programa.
Un escenario por el que pasaron figuras de los ámbitos más diversos. Desde Nina Peloso hasta la boxeadora “locomotora” Olivera.
No faltaron las vedettes, las actrices y tampoco las modelos.
Hubo de todo y para todos los gustos en un espacio que además de baile proponía, por ser funcional al rating, una especie de talk show.
Impulsado por Marcelo Hugo y sustentado por Moria Casan, especialista en lograr que los participantes hagan la catarsis correspondiente, el certamen se convertía, por momentos, en un reciclado de Intrusos, o bien, de Los Profesionales de Siempre.
Dimes y diretes entre las distintas participantes famosas y confrontaciones con el jurado, fueron algunas de las variedades que pudieron observarse a lo largo de estos meses.
Un jurado criticado por sus puntuaciones y por la forma de relacionarse entre ellos que alimentó a todos los programas de televisión. Jurado que a diferencia de los que muchos delirantes creen, jamás creyó que el éxito era personal. Por el contrario.
Sofovich, Casan, Lafauci y Alfano tienen brillo propio.
Trayectoria en el medio en diferentes e iguales rubros. Dependiendo el caso con un camino más pronunciado y sostenido, y en otros, menos. Pero figuras todos.
Por tales motivos, cada quien aportó lo propio sin dejar de ser concientes que sin Tinelli, el show, no sería el mismo.
Es decir, los golpes bajos y las subestimaciones hacia cualquiera de ellos, por carácter transitivo, eran reproches al conductor, ya que él tomo la decisión de que el jurado estuviese así compuesto. Razón por la cual, revelarse contra ellos era revelarse contra él. Era una contradicción erigir a Tinelli y demoler al jurado.
Ahora bien, lo cierto es, que hasta los noticieros se hicieron eco del fenómeno.
Nadie quiso quedarse afuera. Ni siquiera los críticos, que en su afán de querer intelectualizar la TV actual, terminaron dándole más prensa al programa.
Porque más allá de las críticas y de los frustrados intentos por denostar a algunos miembros del jurado, poniendo en duda su parcialidad e idoneidad, Bailando siguió su cursó y se consagró como el show que los televidentes querían ver.
El programa vendió todo aquello que la sociedad de consumo deseaba comprar. Y si bien el rating tuvo una leve caída, nunca bajó de los 23 puntos. A lo que debe sumársele, los picos de medición.
Un combo que no se parece a nada en la televisión. Tanto es así, que muchas de las figuras que fueron eliminadas por decisión de la gente prosiguieron en el show por fuera del mismo.
Cargadas de alter ego y sumidas en una infantil indignación, varias famosas se encargaron de cada uno de los miembros del jurado. El caso más relevante y significativo es el de Carmen Barbieri.
Ganadora de uno de los bailando, Barbieri tuvo un fuerte entredicho con Sofovich y a partir de entonces todo el cariño y el respeto que ella decía tenerle se esfumó.
Desde el fracasado programa que conduce todas las mañanas por la pantalla de AMERICA, Barbieri le dedica un espacio al productor teatral. Intenta que las famosas que la visitan hablen mal de él y cae en un grotesco que no levanta ni medio punto.
Lamentable papel de una de las figuras más talentosas de la colonia artística de nuestro país.
Otra de las participantes polémicas fue Silvia Süller. Se fue del programa enojada pero luego volvió. Por lo tanto, sus acusaciones y denuncias no pueden ser tomadas en cuenta.
No obstante, así son las reglas de juego. Y como se ha dicho en el blog más de una vez, si alguien conoce de eso, es Gerardo Sofovich.
Sus años en el medio le otorgaron la suficiente templanza y sabiduría para saber sobrellevar todo aquello que encierra Graciela Alfano en su mundo. Comprender la forma extrovertida que Casan tiene de presentarse en el medio y asimilar, a veces, los dislates de Lafauci que nunca dejan de ser divertidos y adolecen de maldad.
Todo forma parte de un juego en el que hay sueños involucrados que por divismos, cuestiones yoicas, veleidades o indiferencia, en muchos casos son dejados de lado.
Sin embargo, de todas las parejas que concursaron, las cinco que llegaron a la final son las que más hicieron hincapié en los sueños de sus respectivos parteners.
Carla Conte, Celina Rucci, Liz Solari, Paula Robles y Florencia de la V. De estas cinco, las cuatro últimas llegaron a las semifinales. Y de estas cuatro, la gran final será entre Paula Robles y Celina Rucci.
La primera logró trascender el ser la mujer de Tinelli y la segunda demostró una formidable evolución. Paula es bailarina y Celina no.
Celina tuvo varias confrontaciones con el jurado, quedó sentenciada en distintas oportunidades y experimentó otras tantas el voto de la gente.
En cambio, Paula recién ayer se sometió a la decisión popular y también ayer realizó su primer tour mediático, dado que era conciente que necesitaba de la legitimidad de la gente para llegar a la final.
Nunca discutió con el jurado y su perfil siempre se caracterizó por ser bajo y tranquilo.
Ella debía competir con Florencia de la V. Quien no es bailarina pero tiene un carisma único y el plus de haber sido otra ganadora de otro de los bailando.
Luego de terminar con los tres bailes estipulados y obtenida la preferencia de cada uno de los jurados, las parejas tuvieron la oportunidad de expresarse.
Y fue en ese entonces cuando Florencia mostró su parte más humana.
Despojada de su ego y atenta a la humildad de Robles, la figura más importante que dirige Gerardo tuvo palabras para con la mujer de Tinelli pocas veces escuchadas en la hoguera de las vanidades.
Por unos instantes el show tuvo un matiz menos frívolo en el que los soñadores fueron parte protagonista porque las famosas se lo permitieron.
Como lo hizo Liz y Celina en la semifinal del lunes.
El martes que viene finaliza Bailando 2007. Paula o Celina.
¿La gente votará a la mejor bailarina con su técnica y bajo perfil u optará por la vedette que en diversos programas cuestionó al jurado y que fue creciendo gala tras gala?
por Laura Etcharren
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