Editorial
de
La Nueva Provincia
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Miserable
El asesinato de tres policías en La Plata, el viernes pasado, a nadie pasó inadvertido. Pero mientras buena parte del arco político lo condenó sin adelantar teorías conspirativas ni tratar de sacar rédito de tan bárbaro hecho, hubo, cuándo no, una excepción: Néstor Kirchner.
Con absoluta falta de vergüenza --cosa en él habitual--, en lugar de condolerse por las muertes y guardar silencio, no tuvo mejor idea que acusar a grupos que no identificó y levantar alguna sospecha respecto de Juan Carlos Blumberg, en una actitud verdaderamente miserable.
Claro que, en tren de especular libremente acerca de los posibles autores de la masacre, los únicos que en nuestro país se dedicaron a matar impunemente a policías fueron las organizaciones subversivas --ERP y Montoneros-- , muchos de cuyos integrantes, hoy, son funcionarios del gobierno kirchnerista.
jueves, 25 de octubre de 2007
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