jueves, 18 de octubre de 2007

¿ UNA HIJA OCULTA DE KRISTINA KIRCHNER ?

Las valijas encontradas en Aeroparque llevaban dólares para la campaña de Cristinita. Desde Venezuela. Era una valija más, de las tantas por mes. Dólares chavistas. Los servicios de inteligencia venezolanos conocen el procedimiento: son los encargados de la supervisión de todos los envíos. Una maniobra de reacomodamiento del precio del crudo con Irán añadió un pedido especial: hacer caer una valija en Buenos Aires. Exigencia de los servicios de inteligencia iraníes. En retribución al protestantismo kirchnerista. Al anuncio publicitario de la inculpación contra Irán. En calidad de responsables del atentado a la Asociación de Mutuales Israelitas, en Argentina. Fue la primera advertencia: la caída de una valija con dólares kirchneristas en el Aeroparque porteño.

«Específicamente: dólares para el abanderamiento disciplinario de todo Buenos Aires. Con los afiches photoshopeados de la Senadora. Fue ante uno de esos, ante uno de esos con el Cristina, Cobos y vos, escrito en blanco, que la nena de 36 años dijo algo de su madre. En medio de la calle. La señaló a la Senadora y dijo mamá». La voz de la fuente del staff es alta. Es segura. Es elegante. Acaba de bajarse de su auto. Las ruedas están salpicadas con el barro del barrio Tolosa, en La Plata. Sus zapatos, ahora, relucen bajo las luces de La Biela.

No una, todas las cosas sobre la casona de la Avenida Alvear, entre Rodríguez Peña y Montevideo, son verdaderas. «¿Desde cuándo recibe la Senadora a su hija de 36 años ahí? Caballeros, lo hace desde que todos los contribuyentes pagan las cuentas. Quiero decir: desde que ni las cuotas del Centro de Rehabilitación San Juan de Dios ni los tutores especiales en la casa de su madre en Tolosa corren por su cuenta. No es barato criar a un enfermo mental. Un error en el par 21 sale caro. En todos los sentidos, caballeros». ¿Cuál es el secreto para que los zapatos de la fuente fulguren con ese poderío? Se trata de un miembro del staff desde la primera hora. Un auténtico convencido. No lo disuadieron los llamados intimidatorios. Tampoco el sobre amenazador que llegó a su casa.

«La hija con síndrome de down de la Senadora Falsa Abogada tiene 36 años. El padre de la bestia… No es Néstor Carlitos. Es un antiguo cuadro montonero. Ella era demasiado joven. Él demasiado viejo. Una falencia genética puede tenerla cualquiera. La Senadora es una cualquiera». Llegar al hombre de los zapatos fulgurantes ahora en La Biela en fácil. Quienes ya lo han hecho saben que pueden encontrarlo ciertos sábados al mes en cierto centro médico especializado en padecimientos infecciosos.

«Las discusiones en la casona de la Avenida Alvear han sido salvajes. Él no está contento con la recuperación de la hija perdida de su actual esposa. Ella intenta hacerla patinar con sus propios patines. Los mismos que usa en Olivos. Pero no hay caso. No logra el equilibro. Falla. Se cae. Una vez él mismo quiso ayudarla. Quiso expresarle algo de la adhesión paternal que la nena nunca había conocido. Ella lo vio a solas con la nena y le recriminó que fuera demasiado cariñoso». El encono en el staff contra la fuente –zapatos relumbrantes, infaltables gemelos de oro con sus iniciales, corbata de seda italiana–, es siempre el mismo: contar sus datos, primero, en cierto centro de infectología. Y, después, en La Biela. Pero su labor de infiltración en el corazón del kirchnerismo es pura: un juez de la Corte Suprema, un juez pro-abortista, un juez a favor de la despenalización de ciertas drogas blandas, lo ampara casi con la misma ternura con la que le suministra información.

A la fuente –que el staff prefiere llamar el Ángel Rubio– no lo intimidó, ni siquiera, el mail con su fotografía y la bala con la punta ahuecada en forma de K dibujada sobre su frente. Tampoco lo intimidó el casco marcial del individuo que el martes, por la mañana, desde una motocross, lo abordó con prepotencia y le dijo dejate de joder con la próxima presidenta. Esa misma tarde, alguien había revuelto todo su armario. No había robado nada: lo había destruido todo. Camisas, trajes, corbatas, relojes, vestidos, algunos tan elegantes, tajeados con rencor. «La misma Hebe se ocupó de recuperar a la niña de 36 años desde 2003. No fue gratis, por supuesto. La Senadora le dirigió giros suculentos a través del Banco Macro. Todos partían del mismo lugar: la cuenta número 0125015321154 en el Banco Nacional de Cuba. Apenas la localizaron, a la portadora del par 21 deficiente, los sicarios de Hebe la reubicaron tan sana como pudieron en Tolosa. Al cuidado de la señora Ofelia. Que se resiste a usar cualquier pañuelo en la cabeza. A propósito, ¿conté por qué las listas detalladas de los llamados telefónicos desde la Universidad de Hebe rebalsan de números ubicados en Madrid? La próxima, la próxima…». Como bisnieto del ministro de Economía del presidente Manuel Quintana, dice una de las voces del staff, tengo el deber patriota de defender mi Nación. Por eso me voy a ir a París con Jacques. No lo descarto. Por la seguridad de Cipriano y Carino. Desde París se puede comandar la investigación. Porque no está infestada de negros peronistas como este país. La guerra contra el Kirchnerato ya empezó.

fte: MAVRAKIS.COM.AR

1 comentario:

Anónimo dijo...

Increible, pero es cierto, ayer conocí a una de las personas encargadas de atender a la hija no reconocida de la presidenta, me comento con muchisima discreción este tema. En un primer momento dude bastante, porque no puede ser que una noticia semejante no sea publica, recien busqué en google y encontre muchisimos blogs e info ( como este )que cuenta la misma historia.

Ahora lo creoooo!!!

CRV.