Raúl Castro destacó algunos graves problemas de Cuba: precariedad
salarial, corrupción, la necesidad de incrementar la inversión
extranjera y
la falta de productividad de la economía. La sociedad cubana está en la
indigencia, pero la ideología de su hermano Fidel rechaza cualquier
cambio.
El pueblo argentino no tiene el grado de indigencia del cubano,
pero
los problemas se asemejan. Se estima que los asalariados que ganan
hasta mil doscientos pesos, que son la inmensa mayoría, en sus gastos
diarios pagan la mitad por impuestos y la otra mitad por el costo real
de lo
adquirido. Esa mayoría está en el límite de la pobreza o por debajo,
por
su precariedad salarial. La corrupción en el gobierno es un escándalo
diario que destroza nuestras bases culturales. Ambos problemas no
preocupan al gobierno ni hará nada para superarlos.
La inversión extranjera, que mejoraría la productividad de la
economía, está paralizada por las políticas del gobierno. Dependemos
de la inversión nacional, que solo puede incrementarse si se eliminan
los
impuestos que impiden la acumulación de capital, la inversión, la
capacitación laboral y la incorporación de tecnología para mejorar la
productividad. Estos temas tampoco son preocupación del gobierno.
El pueblo argentino está ante un porvenir de pobreza.
16/10/2007
Dr. Marcelo J. Castro Corbat
segundarepublica@fibertel.com.ar
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