Cuenta regresiva para el conflicto agropecuario 2da. parte (o la traición de Schiaretti)POR FRANCISCO DEL CASTILLO
¿Qué hizo el Ejecutivo Nacional para impedir un nuevo conflicto agropecuario? Nada. Pero una caída en los precios internacionales agrícolas con un Estado dispendioso y sin superávit fiscal real (¿Superávits mellizos? Jajajá) no parece en condiciones de reducir la presión impositiva al campo.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Juan Schiaretti, gobernador de Córdoba, pudo resolver algunos de sus problemas financieros más acuciantes gracias a la crisis agropecuaria que, en su 1ra. parte, lo tuvo entre sus circunstanciales aliados.
No fue el único que obtuvo beneficios utilizando la causa agropecuaria, pero es el caso más interesante: hoy Schiaretti le aconsejó al campo que no regrese al conflicto. No vaya a ser que Schiaretti deje de percibir la asistencia para el sistema previsional cordobés.
Es verdad que Schiaretti debe gobernar con recursos que, en una porción significativa, le desembolsa el Ejecutivo Nacional, pero es un político torpe si no advierte que una tromba se aproxima a la economía nacional y, por lo menos, debería intentar no perder el capital político que logró con el conflicto agropecuario anterior.
Porque el conflicto es inevitable. Los Kirchner, que deben echar manos a los recursos disponibles como activos y pasivos del Estado porque con la recaudación ya no alcanza para afrontar vencimientos, no se encuentran en condiciones de aliviar la presión impositiva sobre el campo, en días de precios declinantes respecto a los que conocieron los productores (y el Fisco).
Schiaretti debería considerar que tanto necesitan dinero los Kirchner hacia el futuro que intentan -mal, tardíamente, inútilmente- pagarle al Club de París al contado y avanzar en una reapertura del canje para los bonistas hold-out porque creen que así se le abrirá otra vez a la Argentina la posibilidad de conseguir financiamiento externo.
Sí, la Argentina es capitaldependiente pero desde siempre, y deberían haberlo tenido en cuenta el 25 de mayo de 2003, cuando el (ladri) progresismo llegó al poder. Ahora ya es tarde.
Luego, además de no expresar la decisión política necesaria para imponer un plan de austeridad que recupere un equilibrio fiscal genuino, los Kirchner tampoco cuentan con imaginación como para proponer algunas medidas de aliento agropecuario inmediato.
Los Kirchner han dilapidado el tiempo, probablemente porque con el conflicto agropecuario quieren ocultar otros problemas, o porque el conflicto agropecuario es el telón necesario para tomar algunas decisiones pendientes, vaya uno a saber cuál es el motivo del desinterés de los Kirchner por promover el conflicto agropecuario capítulo 2.
La rabia entre los productores es considerable y, si bien nadie está promoviendo el corte de rutas ni la ocupación de espacios públicos, sí hay ánimo para movilizarse, inclusive hasta la Ciudad de Buenos Aires, en días cuando los Kirchner han perdido aliados.
Su única defensa es exhibir encuestas que afirman que la población urbana vería como algo negativo un nuevo conflicto agropecuario, pero son como todas las encuestas de los Kirchner: tergiversadas, utilizadas para la 'operación política' y no para conocer genuinamente qué le ocurre a la opinión pública.
Entonces, ya corre la cuenta regresiva para el conflicto agropecuario 2. ¿Se pudo evitar? Sí, pero los Kirchner han elegido provocar hasta el choque.
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