QUE NO OFENDAN NUESTRA INTELIGENCIA
Por Roberto Cachanosky (*)
Pedirle al matrimonio Kirchner que cambie su forma de ser o de actuar es un esfuerzo vano, pero al menos les rogamos que dejen de insultar la razón y busquen mejores argumentos para sostener sus ideas.
A esta altura del partido, las afirmaciones de Cristina Fernández de Kirchner diciendo que los datos del INDEC son absolutamente confiables no me conmueven. De acuerdo a las crónicas periodísticas, CFK habría dicho, ante una pregunta de los asistentes en un almuerzo en EE.UU.: “no sé si usted sabe de estadísticas”, para luego desafiar a cualquiera “a discutir no con encuestas, sino con datos absolutamente científicos" la veracidad de las mediciones oficiales.
Esta defensa de la versión oficial sobre los datos de la economía me hace recordar nuevamente a una frase sin desperdicios del destacado economista Mancur Olson, quien 30 años atrás sostenía en uno de sus libros: “hoy en día los economistas disponemos de tal herramental estadístico, matemático y econométrico, que podemos torturar las estadísticas hasta que confieses lo que queremos”. O, aquella otra frase que dice que hay tres tipos de mentiras: la mentira lisa y llana, la mentira piadosa y las estadísticas.
La realidad es que lo relevante de los datos estadísticos es la honestidad intelectual con que se los trate. Si no hay honestidad intelectual en el uso de las estadísticas, estas no sirven para nada. Por ejemplo, yo puedo decir que la producción de tractores aumentó el 100% porque pasó de 1 a 2 tractores. Pero si no aclaro que el promedio de producción era de 20 tractores, voy a estar diciendo una parte de la verdad. No voy a ser honesto en el manejo de las estadísticas.
Ya que la presidente está tan convencida de que el INDEC es absolutamente confiable, tendría que explicar el siguiente dato. La recaudación del IVA bruto (sin reintegros) aumentó el 37,5% al compararse el primer semestre de este año con el primer semestre del año pasado. Por definición sabemos que el IVA es el impuesto al valor agregado. También sabemos que el PIB es el valor agregado generado por la economía, por lo tanto, si la alícuota del impuesto no es modificada ni la tasa de evasión cambia sustancialmente, la evolución de la recaudación del IVA debería ser similar a la del PIB. Bien, según nos cuenta el INDEC, el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), que anticipa la evolución del PIB, aumentó el 7,8% en el primer semestre de este año respecto al mismo período del 2007. Si, en las comparaciones del mismo período, la recaudación del IVA aumentó el 37,5% y el EMAE el 7,8%, ¿podría señora presidente explicar científicamente la diferencia del 27,5% que existe entre ambas tasas? ¿No será que la diferencia es pura inflación? ¿Qué ese 27,5% es el resultado de aplicar el 21% del IVA sobre niveles de precios cada vez más altos? Pero dado que nuestra presidente parece ser experta en producción ganadera, yuyitos, lácteos y ahora estadísticas y econometría, seguramente tendrá una explicación racional mucho más solida que la de usar la vía de las conspiraciones para contestar a este interrogante.
Mi visión es que ese 27,5% de aumento en los precios tiene que ver con la inflación, número que es bastante consistente con el promedio de expansión del circulante en el primer semestre de este año respecto al mismo período del 2007. El circulante creció a una tasa del 22% anual. Si le agregamos una caída en la demanda de moneda por huída del dinero, me parece que los números del INDEC no son tan confiables. Pero, en fin, seguramente la presidente podrá tomar el desafío de explicar la diferencia entre el IVA y el EMAE planteada más arriba.
La otra afirmación curiosa de la presidente es la que sostiene que, refiriéndose a la inflación: “Los datos son absolutamente verificables y coinciden con los de las principales consultoras". Obviamente se estaba refiriendo a las estimaciones de inflación que envían algunos estudios al BCRA y que este publica en su página web. Claro, CFK se olvidó de aclarar que esos estudios no envían estimaciones sobre la inflación verdadera, sino que estiman cuál va a ser la inflación que va a inventar Moreno para el mes siguiente. Dicho en otros términos, las estimaciones a las que se refirió la presidente son estimaciones sobre el dibujo de la inflación, no sobre la inflación.
De la misma manera, tampoco es tan cierto que el BCRA tenga reservas por U$S 47.000 millones. Cuando el gobierno alardea de sus reservas parece haberse olvidado que Fray Lucas Pacciolo inventó, por el 1450, la partida doble, que nos dice que en los balances hay un activo, un pasivo y un patrimonio neto. Cuando nos dicen que el BCRA tiene U$S 47.000 millones de reservas se olvidan de contarnos qué tiene en el pasivo. Y en el pasivo tiene, además de la base monetaria, Lebacs, Nobacs y pases pasivos por un monto equivalente a los U$S 20.000 millones, pasivos de corto plazo emitidos para restringir parte de la liquidez generada por el BCRA para adquirir reservas. Dicho en otras palabras, hay, aproximadamente, unos U$S 20.000 millones de reservas compradas contra deuda. En definitiva, otro ejemplo sobre cómo pueden usarse las estadísticas en forma poco transparente.
Otro de los datos que se olvidó de comentar CFK sobre la credibilidad del INDEC fue el papelón que se mandaron el año pasado cuando en el Índice de Servicios Públicos cambiaron la producción de gas por la del consumo de gas para que les diera más alto. Tal fue el papelón que tuvieron que esconder el índice en la página del INDEC.
Mientras CFK nos trata de convencer sobre la solidez de su política económica y nos da cátedra de estadísticas, tratando de mentirosos a quienes ven una realidad distinta a la que pinta el INDEC, seguimos esperando los U$S 30.000 millones de inversiones chinas que anunció su esposo varios años atrás, los créditos hipotecarios para los que alquilan, los créditos baratos para el consumo que anunció Néstor antes de las elecciones del 2007 y también sería bueno saber en qué quedó el pago al contado al Club de París anunciado pocos días atrás con bombos y platillos. Y, por cierto, no vale la pena preguntar por los fondos de Santa Cruz porque sería irresistible escuchar otra historieta más explicar este tema.
En síntesis, no les pido a los Kirchner que cambien su forma de ser porque eso es muy difícil cuando uno ya es grande. Solo les pido un favor: que no sigan ofendiendo nuestra inteligencia.
(*) Artículo editado en "Economía Para Todos" por Roberto Cachanosky Licenciado en Economía - Universidad Católica Argentina (1980). Consultor económico. Autor del libro "Economía para todos" y "El Síndrome Argentino". Columnista de temas económicos en el diario La Nación. Con anterioridad, ejerció la misma tarea para los diarios La Prensa (1985-1992), El Cronista (1992-2001) y La Nueva Provincia de Bahía Blanca (1992-1998). Conductor del programa de TV por cable "El Informe Económico". Profesor titular de Economía Aplicada en el Master de Economía y Administración de ESEADE, profesor titular de Teoría Macroeconómica en el Master de Economía y Administración de CEYCE. Presidente del Centro de Estudios Económicos e Institucionales. Asesor económico de la Cámara Argentina de Comercio (1983-2002) y de la Cámara Argentina de Importadores (1992-1993).
lunes, 29 de septiembre de 2008
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