escribe Osiris Alonso D’Amomio
Consultora Oximoron, especial
para JorgeAsísDigital
1.- Bonnie and Clyde
En el esplendor de la debilidad, merced a la obediencia parlamentaria, el kirchnerismo consigue el máximo triunfo. El que lo condena.
Trátase de la medida más trascendentemente inútil de su administración. La captura de los fondos previsionales. Por ley, para la esfera pública. Hasta la próxima privatización cíclica.
Las AFJP, como pronto el kirchnerismo, son parte del pasado.
Turno del incienso y del réquiem.
Prisionero de la victoria, a través de la condena del triunfo, se asiste a otra resurrección vigorosamente artificial.
Según un informe reservado de Consultora Oximoron, los Kirchner podían haber explotado con superior sagacidad el descalabro internacional. La argentinización súbita del mundo. El desconcierto que legitimaba el propio fracaso de las construcciones imaginarias, generadoras del pretexto justificatorio.
La recesión, la estanflación que anuncia Domingo Cavallo, incluso el riesgo del default, podían perfectamente atribuirse a los peronistas improvisados de la Reserva Federal.
Los Kirchner perdieron la oportunidad de erigirse como estadistas conyugales de magnitud. La situación, servida para el reclamo solemne del gesto de grandeza, hubiera paralizado hasta a la tenue oposición. Podían exhibir el temple de los conductores, de estadistas que se ponían el país al hombro, a lo Winston Churchill, a lo Konrad Adenauer. Pero los Kirchner prefirieron quedar en la historia como Bonnie and Clyde. Astutos primereadores, ante la desconfianza de la sociedad agobiada.
46 a 18. Una goleada del estatismo hacia la privacidad. Triunfo que admite la fantasía de suponer que abandonaron la fragilidad. Que recuperaron, junto a la iniciativa, la fortaleza que suele abrumar entre los fondos de olla. Donde flotan los opositores.
2.- Sujetos
En los fondos de la olla se gestan dos agrupamientos que se disputan, según un destacado sofista cordobés, la animación del post kirchnerismo.
Por una parte la señora Carrió, junto a los radicales inalterables de Morales, con la conjunción de los socialistas desparramados.
Por otra, el oximoron del peronismo disidente. Un conjunto de damnificados de Kirchner que intentan demostrar sus fuerzas el próximo 10 de diciembre. Con un cotillón en Parque Norte, que renueva aquel amontonamiento emocional de Potrero de Funes.
Una aglomeración de Sujetos entrañables en búsqueda de predicados.
Exploración de las lícitas vanidades de los que resisten. De las saludables proyecciones individuales, ante el hartazgo colectivo de sectores de la sociedad incrédula que suplican liberarse de los arrebatos de Los Kirchner. Sociedad condicionada, por si fuera poco, por el pánico que estimula las visiones más irracionalmente temerarias. Porque se los cree, a esta altura, capacitados para encarar cualquier chavismo. Causales de la desaparición, casi total, de la confianza. De la voluntad que impulsa, si nunca más invertir, al menos, a consumir.
3.- Desvelos
En la actualidad triunfalista, a Kirchner, el Jefe, poco lo desvelan, según nuestras fuentes, las denuncias espectacularmente funcionales de la señora Carrió. Las cuales atormentan, en cambio, a los recíprocamente desconfiados Lázaro Báez y Cristóbal López. Son los que creen, por separado, según nuestras fuentes, que otros empresarios, para no ser denunciados, ”estimulan” espiritualmente a los denunciantes. Los coalicionistas cívicos deberían explorar entre sus allegados acerca de la persistencia de algún travieso, que suele reclamar espiritualidad entre las empresas, para disfrutar del beneficio del silencio. Es un mensaje solidario del Portal.
Tampoco lo desvelan, a Kirchner, las sucesivas muestras de autonomía del vicepresidente Cobos. Con las que Cobos suele distanciarse, ya sin retorno.
Cobos es el Plan B que comparten la totalidad de los flotadores del fondo de la olla.
Es Cobos la “gran equivocación” de Kirchner. Como La Elegida suele reprocharle a diario (Otros Pingüinos afirman, en cambio, que la madre de todas las equivocaciones fue designarla a Ella).
Cuentan Gargantas que tampoco lo desvela, al Jefe, la capacidad de Macri para pasar indemne, entre las balas programadas, especialmente dirigidas. Con huelgas docentes o cortes espeluznantes.
Lo que si debiera preocuparle es el probable acercamiento de las huestes de Felipe Alcibiades Solá, con las del caudillo popular Pancho de Narváez. Esquema que cuenta con el patrocinio parental de Duhalde, el “armador” que entra y sale de la historia, como del club de tenis.
4.- Bernabé, entre Kirchner, los Werthein y Magnetto
Magnetto es, exclusivamente, quien desvela a Kirchner.
Los altibajos de la litigiosa relación Kirchner-Magnetto se encuentran regulados por las portadas de Clarín. O por la aplanadora de los encabezamientos, cada media hora, de TN.
Magnetto es, para Kirchner, el único opositor técnicamente temible.
Sabe Kirchner que las telecomunicaciones van a ser, sí o sí, para Clarín. Aunque el espinel sea merodeado, con distintos anzuelos, por otros pescadores solidarios de mares embravecidos. Como Mindlin, Brito, Miguens.
La negociación es compleja. Entrecruzada y globalmente indescifrable. Superpoblada de otros altibajos y contradicciones.
A través de Magnetto, Clarín se impone, sin partenaires, como el socio indeseable de los doblemente acosados Werthein.
Aunque los italianos de Telecom van a “hacer uso”. Al menos, de la opción de compra de las acciones, en poder de los Werthein.
Hoy suponen, incluso, entre todos los jugadores citados, haber desplazado del escenario al paisano Carlos Slim. Mejicano y descendiente de árabes, es sobredosis.
Pero según evalúa Consultora Oximoron, se confunden. En cualquier momento Slim vuelve a la mesa principal.
Mientras tanto las tensiones, en Buenos Aires, prosperan hasta el aburrimiento. Pero la complejidad se estanca en Roma. Con don Franco Bernabé, El Padrino, consejero delegado de Telecom Italia, empresa casi controlada por Telefónica de España.
Don Franco Bernabé convirtió en personaje, meramente de adorno, al signore Galatieri, el presidente virtual de Telecom Italia. Don Franco se encuentra empecinado en renovar la opción en Telefónica Argentina. A través del copamiento del artificio de Sofora Telecomunicaciones, donde aún deben convivir con los Werthein. Los W ingresaron a Sofora después del raje, razonablemente polvoriento, de France Telecom.
La complejidad telefónica internacional se complementa con el apretado asedio, constantemente irreparable, de Clarín.
Sin embargo El Padrino Bernabé es quien empantana cualquier avance clarificador. Poco puede preocuparle Magnetto, desde Argentina, cuando don Franco debe soportar, en Italia, las intrigas cotidianas del presidente Berlusconi.
(La trama merece el inicio de una disparatada miniserie de Oberdán Rocamora. Con personajes fascinantes, ya transitados en el Portal, como Magnetto y Rendo. O el poeta desplazado Alberto Fernández, alias Paladino. Y los pintorescos tanos Galatieri, Bernabé, Verdicchio, Livigni, con la participación especial de Sua Eminentza Berlusconi. Y los hermanitos Werthein, Gerardo y Adrián, hijos de Noel. Con Carlos Slim y, sobre todo, Kirchner. Mantenerse conectado).
El arreglo con Kirchner, por las acciones condenablemente maléficas de Telecom, es el exclusivo factor que condiciona, en el Grupo Clarín, el ejercicio especulativo del periodismo.
Circunstancia, relativa suma de concesiones, que pueden demorar la implosión inexorable del kirchnerismo. Con una estructura gubernamental ampliamente desquiciada, carente de fe, siquiera, en sus propios hombres.
En tanto mantenga el control de los resortes fundamentales del Estado, como la Secretaría de Comunicaciones y la Comisión para la Defensa de la Competencia, para Kirchner -según evalúa Consultora Oximoron-, es hasta conveniente que los acuerdos se dilaten.
El encaraginamiento peninsular de los italianos, controlados por los peninsulares españoles, favorece la estrategia insular de la duración que moviliza, atropelladamente, el hombre que manda, aún, en la Argentina. Hasta que se estrelle contra la imperdonable realidad.
Entonces el juego de los altibajos va a ser previsiblemente largo. En referencia al tiempo. Valor que no le sobra a Magnetto, por otros motivos menos enaltecedores.
Advertencia: la miniserie no es recomendable para los ansiosos.
Es recomendable, tan solo, para los perversos.
Osiris Alonso D’Amomio
con colaboración de Oberdán Rocamora
para JorgeAsísDigital
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