lunes, 9 de febrero de 2009

CHANCHO ARGENTINO


Una nueva raza de chanchos, el 'Argentino' (“¡Si te dan comida gratis, cuidate!")A continuación, un UR nos cuenta una historia de su viaje por Santa Fe que deja una interesante enseñanza acerca de nuestro Gobierno. “Si te dan comida gratis”: ¡Cuidate, que te van a cerrar la tranquera!".


En esto de hacer vacaciones gasoleras, anduve dando vueltas por el norte de Santa Fe, que linda con monte cerrado Chaqueño. Allí en un pueblito quise comprar un jamón crudo casero, y me recomendaron ir a la chacra de “Don Boris”, por ser exquisitos y de gran tamaño ….- Me acerqué a la chacra, y me atendió muy amablemente, un “gurí o tape”; como le dicen a los jovencitos allá; muy rubio de ojos claros.

Me hizo pasar y me dijo: “Voy a llamar a mi abuelo”. Mientras tanto me acerqué al chiquero que tenía una chancha de un tamaño nunca visto por mí, a pesar de ser yo un hombre de familias con campos. De la casa muy artesanal; hecha a mano y esfuerzo, pero con muy buen gusto y un jardín muy bien cuidado lleno de flores, emergió un hombretón gigante, muy prolijo, de tez colorada y abundante pelo blanco espuma. En eso de cómo somos los del campo, de dar vueltas en la conversación antes de entrar tema: ¿Me vende un Jamón? Le pregunté: ¿ Don Boris, cómo logró una raza tan grande de chanchos, y cómo se llama esta raza? A paso cadenciado y sin prisa, de los hombres seguros y acción; me invitó, con un ademán, a que nos sentáramos junto a un mesón bajo la higuera que nos protegería del sol.

“El tape o gurí” presuroso, venía de la casa con una botella de una bebida destilada casera, y dos generosos vasos. “Es licor de Nuez”, dijo Don Boris, “Lo hacía mi padre en Ucrania”. Allí sirvió dos medios vasos, y levantándolo me hace el “Salud”, y lo bebió de un trago. Para no despreciar, hice lo mismo, sintiendo que me caía fuego por gargüero y el cerebro se me inflaba por golpe del alcohol.

Don Boris empezó su historia, diciendo que había llegado a la Argentina , en 1946, a los 18 años con un hermanito de 14. Eran huérfanos y estaban solos en el mundo, porque toda su familia había sido exterminada en la guerra. Había traído unos pocos rublos, y algunas joyas de oro de la familia, y con eso habían logrado comprar esa chacra, con algunos animales, para vivir, trabajar y comer. … y continuó: Al poco tiempo observé que en el monte espeso chaqueño había inmensos chanchos salvajes. La chacra tenía su alambrado, pero contra el monte quedaba abierta a la espesura. Se me ocurrió que tirándoles comida en el descampado cercano, quizás podría cazar algunos. Primero y en la noche aparecieron dos que se comieron todo. En los días siguientes seguí poniéndoles abundante comida, y ya aparecían aún de día a comer, y en más cantidad; la comida rica, fácil y abundante los tentaba. Entonces se me ocurrió en vez matarlos, tratar de cazarlos vivos, y construí una alambrada de 60 metros, de unos de los laterales de un cuadro. Fue entonces que no aparecieron de día, sino de noche, y deben haber sido unos pocos porque sobraba comida. Seguí poniendo comida abundante, y a los pocos días, ya volvieron de día, a esa comida rica y gratis. Entonces fue que me animé a construir los otros dos laderos del cuadro, quedando el que daba al monte, abierto. De nuevo, fue la desconfianza de la piara, pero a los pocos días, ya venían aún de día, y cada vez eran más. El paso siguiente fue construir el cierre con una amplia tranquera abierta. Ya el período de desconfianza, apenas duro dos días, y al tercer día tenía una piara de 60 animales estaban comiendo. En silencio, fuimos por detrás, y cerramos la tranquera.

Durante algunos días fue un griterío, y un correr desesperados al descubrir su encierro. Yo, para calmarlos, les tiraba montones de comida, que calmó a casi todos, menos a algunos chanchos enormes y viejos, que seguían muy salvajes y violentos, armando bulla. A esos los maté con mi Winchester, y los colgué despanzurrados en un árbol, que estaba dentro del corral, para que la piara los viera y oliera pudriéndose. Se quedaron mansos y disfrutando de la comida fácil y mucha agua. En el tiempo solo de vez en cuando, en algunas pariciones aparecían “algunos lechones bravos” que molestaban, a esos los matábamos y hacíamos una fiesta con los vecinos, asándolos frente al corral. Ya hace años que los puedo dejar crecer, y hacer los ahora son muy conocidos los “Jamones Don Boris”, que los vendo al que quiera y hasta los exporto.

A mi me gusta contar esta experiencia, y se la cuento a mis nietos y a extraños como Usted. A esta raza de chanchos la llame: “ARGENTINO”, porque veo que los gobiernos populistas del país, actúan similar con los planes sociales, las cajas “PAN” de otras épocas, “Planes trabajar”(que no los trabajan), o logran jubilaciones sin haber trabajado ni aportado nunca. El poder de turno logra los votos que les permiten perpetuarse en el poder, apoderándose del País. Al gurí siempre le digo: “Si te dan comida gratis”: ¡¡¡¡Cuidate, que te van a cerrar la tranquera!!!!!

Yo entre chupado, conmovido y mudo por el relato, pague mi pata de jamón “Don Boris” de chancho “Argentino”. Le di un fuerte apretón de manos, y un emocionado ¡¡¡ Gracias por todo!!!!, y desde entonces no puedo dejar de contar lo vivido, y todo lo que me hizo pensar ….

Martín Schinner

DNI: 22.435.666
ur24

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