lunes, 2 de febrero de 2009

ELUKUBRACIÓN


ELUCUBRACIÓN IDEOLÓGICA

Por Jorge Omar Alonso

“El socialismo es el único camino para salvar este planeta” vociferó Hugo Chávez; “Si los pueblos del mundo no somos capaces de sepultar el capitalismo, el capitalismo sepultará al planeta” profetizó Evo Morales; “El Dios mercado quebró por irresponsabilidad” sentenció “Lula”.

El 29 de octubre del año pasado habíamos dado cuenta en Crónica y Análisis del regodeo de las izquierdas “progresistas” del continente ante la debacle económica mundial, que proclaman el fin del capitalismo.

Muchos años antes “los muchachos peronistas” cantaban: “combatiendo al capital”.

El capitalismo se ha vuelto mala palabra aunque es evidente que la sobrevivencia del mercado como mecanismo económico autorregulado, es parte de aquel sistema. Y entonces cabe hacerse una pregunta: ¿desaparecerá la economía de mercado?.

En el prólogo a “La Gran Transformación” de Karl Polanyi el escritor Joseph Stiglitz, manifiesta que una de las tesis centrales en dicha obra era que “los mercados autorregulados nunca funcionan”, por lo que se hace necesaria la intervención del gobierno.

Ahora bien, enfocándonos en esa tan demonizada palabra “mercado”, podríamos decir que hay muchos mercados. Un mercado de autos para los que quieren comprarlos, un mercado de computadoras para los que quieren valerse de ellas, mercados de bienes y servicios, hasta un mercado del sexo. ¿Será tan malo el mercado?

Es dable advertir por otra parte que hay algo que resulta evidente aparte de toda elucubración ideológica: una economía como sea se derrumba por el desorden cívico, por la corrupción burocrática propugnada por un Estado en manos de intereses estrechos, de saqueadores y mendaces como los Kirchner.

¿Qué proponen los socialismos? La planificación económica. El control no solo de la economía sino de toda nuestra vida.

Ya no sabríamos si nos sería dable satisfacer nuestras necesidades como mejor nos convenga. No podríamos decidir por nosotros en cuanto a nuestras preferencias.

De allí en más el Estado controlador no se limitaría a la vida económica exclusivamente, intervendría también en nuestras vidas.

Escribió Friedrich Hayek en un libro cuyo título es toda una reflexión: “Camino de Servidumbre” con referencia a los socialistas que “el ideal de justicia de la mayor parte de los socialistas se satisfaría con solo abolir las rentas privadas procedentes de la propiedad” y que por otra parte estos son unos convencidos de la transferencia al Estado de los medios de producción. Poder éste que hará que dicho Estado lo extienda sin duda a otros ámbitos de la vida comprometiendo la libertad.

Los socialismos anulan esa verdad incuestionable “que el sistema de la propiedad privada es la más importante garantía de libertad, no solo para quienes poseen propiedad, sino también y apenas en menor grado, para quienes no la tienen” (Hayek).

Es necesario en pleno siglo XXI poner de nuevo a la economía bajo el poder no de los totalitarios, sino a la luz de principios éticos humanos, en la ley moral bíblica.-

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