miércoles, 4 de febrero de 2009

KRISIS DE DIRIGENTES


CRISIS DIRIGENCIAL ARGENTINA




La carencia de dirigentes políticos de primer nivel es, ya, algo patológico para el país.



El "pragmatismo" de los gobernantes lleva a decidir permanentemente sobre casos coyunturales. El país es muy grande para ser aprehendido por mentes pequeñas. Ya lo decía Abel Posse, cuando describía la sensación que tuvieron los diputados porteños cuando fueron a Tucumán en 1816.



Todo es "agonal" para estos mediocres gobernantes sedientos del poder por el poder mismo. Todo y todos son usables... y descartables en su afán de fortalecer su posición individualista, egoísta.



¿Y lo "arquitectónico? ¿Qué es eso?



De eso no se habla: cuesta dinero (se reduce la "caja"); lleva tiempo y la aprovecha algún sucesor en el poder. ¿Y el Pueblo? ¿Y la Nación ?...



Entonces, ¿en qué nos quedamos?



En una dirigencia incapaz - de por sí este adjetivo encierra otro atributo más: corrupción – de abarcar de “una mirada” al país todo… y surgen los problemas y no aparecen las soluciones… y los problemas perduran… y surgen las mentiras.



Mentiras que ¡vaya uno a saber las causas médicas!, producen una serie de malestares físicos y psíquicos en los gobernantes: paranoicismo (ven golpes de estado por todas partes); esquizofrenia (euforia / depresión o blanco y negro); narcisismo (no solo visual ante el espejo, sino también auditiva ante el micrófono); una tendencia hacia el aislacionismo, donde se es feliz viviendo en un micromundo o microclima (ya lo había dicho en cierta oportunidad Ricardo Balbín), lo cual lleva, además a una especie de contorsionismo físico que los lleva a mirarse (mejor dicho a enroscarse) más allá del ombligo y, repito, no conozco las raíces médicas, en que la mentira conduce a la miopía.



Terminan, así, en el cortoplacismo temporal y en el “cortometrismo” espacial.



Hubo ya bastantes casos, en que los presidentes de la República Argentina terminaban compitiendo con el intendente de la Ciudad de Buenos Aires y/o con el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, como por ejemplo Menem cuando le molestó ver las villas miserias que se extendían desde el aeropuerto de Ezeiza a Buenos Aires, o, también, el paredón que tapaba la “parrilla” de rieles de Retiro, ahí por la avenida del Libertador.



Hoy tenemos un presidente en las “sombras”, a quienes su entorno concurre a verlo a la “Quinta Rosada de Olivos” y una “para”-Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, quien al mejor estilo de un estadista “number one” de nivel mundial, anuncia con bombos y platillos – y con explicación del caso, como corresponde a una maestra ciruela - la futura tarjeta electrónica para los medios de transportes de la Ciudad de Buenos Aires.



La verdad, es que siento vergüenza ajena.



Ricardo Molina

rbmf2@yahoo.com.ar

Buenos Aires

República Argentina

4 ENE 09

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, solo entré para decirte que estás en el blog ContraKRA

Saludos.

Lic. Scolaro dijo...

GRACIAS !!!