sábado, 19 de junio de 2010
DECORO ???
Castellanos - 19-Jun-10 - Opinión
Editorial
Cuando truena el escarmiento
Dicen que todo el mundo tiene una reserva de decoro, aunque sea mínima, Taiana parece que abrió un viejo archivo y la encontró. Ayer, tras ser puesta en duda su lealtad por Cristina Fernández dejó de ser el virtual Canciller al presentar su renuncia indeclinable.
Había sido designado como vicecanciller el 25 de mayo del 2003 por Néstor Kirchner y nombrado, finalmente, en 2005 al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores, para ser ratificado en el cargo por la presidente Cristina Fernández el 10 de diciembre de 2007. La realidad es que como todos los ministros de estos últimos siete años nada hizo por propia voluntad que no hubiera sido ordenado previamente por Néstor Kirchner.
En su caso era más evidente que en otros por la sencilla razón de que con Kirchner dejamos de tener Relaciones Exteriores y la Argentina dejó de existir para el mundo, salvo por su disposición para pasar papelones.
Su renuncia fundada "en la falta de apoyo y diferencias que sentía para la implementación de decisiones políticas que afectan el desarrollo de la Política Exterior de la Argentina", no es sino la muestra de que Néstor Kirchner ha redoblado la disciplina interna y sólo quienes puedan demostrar una sumisión absoluta a sus órdenes podrán seguir acompañándolo.
Hay quienes aseguran que los días de Taiana estaban contados desde las denuncias de Eduardo Sadous por los casos de coimas en negocios con Venezuela, un escándalo de esos que el gobierno suele encargar a jueces amigos.
El nuevo Ministro de Relaciones Exteriores es Héctor Timerman, alguien que nada tiene que ver con la diplomacia pero que primero fue cónsul y luego embajador en los Estados Unidos por obra y gracia de la gestión Kirchner.
Hombre de lealtades tornadizas, es periodista, hijo de Jacobo Timerman director de La Opinión; y él, a su vez, fundador de un diario, "La Tarde", que salió cuatro días antes del golpe del 26 de Marzo de 1976, duró 5 meses, dedicado a hacer la ponderación del Proceso de Reorganización Nacional.
Pero, finalmente arrepentido, en 1979, Héctor Timerman se exilió en Los Estados Unidos. Luego de muchas vueltas el ARI de Elisa Carrió lo tuvo entre sus filas y llegó a ser candidato a diputado por ese partido en 2001.
Pero el progresismo K pudo más y en 2003 se rindió a las promesas de Néstor. De allí en más, obsecuente, insistente, disciplinado, subyugado, persistente, pero ambicioso, se puso los zapatos con clavos y comenzó a trepar.
Lo de Héctor Timerman no es una hazaña, es tan sólo un juego de lealtades y traiciones como muchos otros que hay en la política. Lo que cuenta no es su encumbramiento sino el cambio interno que lo permitió. La necesidad de tirar una cabeza en la mesa de ministros para que todos vieran que nadie, dentro de este esquema, la tiene segura sobre los hombros.
De aquí a 2011 todos deben saber que cualquier error se puede pagar caro y que los cargos son sólo una mera designación, que las decisiones de todas y cada una de las áreas ministeriales no son sino de Néstor Kirchner.
Él no está dispuesto a tolerar manifestaciones independientes, decisiones personales, ni tibiezas a la hora de defender su estructura de poder.
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