martes, 22 de junio de 2010

EL VERSO SUBE


Ante las elecciones de 2009, el Gobierno prometió el SUBE; ante las de 2011, vuelve a prometer el SUBE

¿Qué relación hay entre el boleto electrónico y las elecciones? Pues, para el Gobierno, el primero es antesala y 'garantía' del éxito en la segunda. Pero hay una diferencia importante: cuando llegan las elecciones se factibilizan, y en el peor de los casos se anticipan; el SUBE no deja de ser una promesa, que ni siquiera sirve como garantía. Quedó demostrado el año pasado.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- En febrero de 2009, ante la inminencia de unas elecciones clave como fueron las legislativas del 28 de junio del año pasado, el Gobierno de los Kirchner anunció con bombos y trompetas que el boleto único electrónico para el transporte público sería un hecho en apenas 90 días. Y en efecto hubo un intento, que duró una semana, justo la anterior a la votación.

Ya el 8 de mayo de 2009, a 4 días de la fecha fijada por decreto presidencial para la implementación del sistema que busca integrar el transporte público de pasajeros (trenes, subtes y colectivos) de Buenos Aires, el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, argumentó que la complejidad técnica había aplazado los tiempos de ejecución fijados. Entonces, estableció un nuevo plazo: el 22 de junio del año pasado.

Pasó el tiempo, casi un año y medio, y ya se acercan otras elecciones, las de 2011. No menos relevantes, pues habrá elección presidencial. Ante esta situación, el Gobierno de los Kirchner, a través de la secretaría de Transporte, vuelve a anunciar el boleto. El mismo, claro. Y promete que estará listo para diciembre.

El secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, señaló al diario 'La Nación' que para finales de julio tendrán instaladas las 10.000 máquinas que ya están licitadas y adjudicadas, mientras concluye otro llamado a licitación por otras 7000 lectoras que serán activadas dentro de tres meses.

En la actualidad, existen unas 5800 expendedoras colocadas en varias unidades de colectivos, aunque muchas de ellas todavía no están funcionando. Según detalló el funcionario, resta conectar la central que se encarga de reunir los datos de las tarjetas y distribuir los ingresos a las empresas de transporte para que puedan tener acreditadas las transacciones.

"La pretensión es terminar de cablear todas las unidades y luego interconectarlas con la central. El sistema de comunicación y recepción de información de las 17.000 máquinas va a estar cubierto para finales de 2010", adelantó. "El esquema va andar. No nos vamos a apurar", aseguró, sin dejar de subrayar que el móvil que se persigue con el boleto elctrónico es lograr un control mucho más eficiente que el vigente.

Schiavi anticipó que SUBE apunta a poder identificar a los usuarios del plan y ofrecerles un subsidio, algo que desde el organismo entienden como un rasgo distintivo respecto de los sistemas aplicados en otras ciudades del mundo. "Estamos dejando que fluya y evaluando cuánta gente lo utiliza", describió.

Cuando la Presidente anunció el plan, prometió que el nuevo sistema iba a terminar con la "mafia de las monedas" . Al respecto, el funcionario aseguró: "El problema de las monedas va y viene. No está ni mejor ni peor. No descartamos que haya un mercado negro. El SUBE pasa a ser vital, en este sentido, por su función utilitaria".

Para contrarrestar las demoras en la implementación del boleto electrónico, reducir las pérdidas de tiempo de compra y ofrecer un medio alternativo de pago que evita el uso de monedas, algunas empresas de transporte decidieron impulsar sus propias iniciativas. Algunas de ellas, implementadas con una tecnología similar a la del Monedero, un sistema de dinero electrónico que funciona desde 2002 en la ciudad de Buenos Aires y que concentra 2.500.000 usuarios.

En ese contexto nació a principios de mayo pasado Unica, de Ticketrans, una tarjeta prepaga que opera en los trenes de Buenos Aires (la línea Sarmiento, ramal Once-Moreno y la línea Mitre, ramal Retiro-Tigre) y las líneas 253, 312, 322, 317, 503 y 635, todos servicios que escapan al área que cubre SUBE.

Según informó el vocero de Plaza, la tarjeta Unica es compatible tecnológicamente con el sistema ideado por el Gobierno. Al respecto, el propio Schiavi afirmó que la idea es "compatibilizar SUBE con las otras tarjetas para que puedan funcionar con el mismo back office, aunque el objetivo central sea masificar mayormente el sistema nacional".

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