ENCUESTAS TRUCHAS

EL KIRCHNERISMO DECIDIDO A NO PERDER LA GUERRA DE LOS NÚMEROS

¿Encuestas truchas de encuestadoras serias?

Por Guillermo Cherashny (*)

A quince meses de las próximas elecciones -si es que se mantiene la fecha-, el gobierno ha decidido instalar que Néstor Kirchner individualmente está por encima de todos los candidatos opositores, que se encontrarían dispersos. A tal fin, habrían aparecido las encuestas de Hugo Haime y Julio Aurelio, sosteniendo que el gobierno tiene más del 40% de aceptación. Pero es un hecho que la confiabilidad de éstos está en duda después de las elecciones del 28-j pasado. El siguiente paso de la operación oficial sería -según dejaron trascender operadores del gobierno- conseguir que dos empresas que acertaron los resultados en las elecciones pasadas publiquen encuestas no tan groseramente truchas. Esto explicaría en buena medida que Poliarquía haya publicado el domingo anterior un trabajo que ocupó la tapa de "La Nación". El mismo sostiene que más de un 40% ve con optimismo el futuro del país, contra un 25% de hace ocho meses atrás. Las correspondientes explicaciones de Sergio Berensztein y Fabián Peredchodnick fueron difíciles de entender. Apuntaban a significar que el gobierno estaba mejorando su imagen positiva. Sin embargo, entre la opinión pública informada -que es poca, pero influyente- la enorme publicidad dada al estudio, y el estudio mismo, fueron interpretados lisa y llanamente como una truchada. Ayer también La Nación, pero en un segundo título, publica otro trabajo de Poliarquía, que señala que dos tercios de la población apenas llega a fin de mes con su sueldo y no logran ahorrar, en tanto que el resto no llega a fin de mes. De este modo queda claro que la situación económica del país no está nada bien, lo cual se da de patadas con los números -también de Poliarquía- difundidos la semana anterior. Tal vez se podría interpretar que más del 45% de la población ve un futuro venturoso porque percibe que los Kirchner se van. Ése bien podría ser el principal motivo por el cual la gente estaría superoptimista.

Correcciones

Como se advierte, Poliarquía corrigió a tiempo su evaluación, por presión de la opinión pública informada, que se diferencia del gran público, sector al que apuntan las encuestas truchas a las que el kirchnerismo nos tiene acostumbrados.

Pero la secuencia sigue: ayer apareció una nueva encuesta de Management & Fit, que viene de acertar con los triunfos electorales de Francisco de Narváez, Carlos Reutemann y otros muchos resultados. En esta nueva encuesta, Management afirma que el 42% de los encuestados está de acuerdo con la gestión gubernamental. Esto contrasta con las mediciones, en el mismo período, de Datamática y Raúl Aragón, que le dan al oficialismo solamente el 23%, un número que parece bastante más realista. Pero la mayor falsedad de la encuesta de Management & Fit se refiere a que Eduardo Duhalde tiene peor imagen que Cristina y Néstor Kirchner. Éstos contarían con una imagen negativa del 70% y un 23% de intención de voto. Ocurre que Guillermo Seita -dueño de la encuestadora- trabaja en el equipo de De Narváez y lo da éste como segundo en la carrera presidencial y a Mauricio Macri tercero, ambos con el 9%. En cambio Duhalde aparece más atrás con el 6%. A todo esto resulta que De Narváez lo rifó a Macri ayer declarando que es bipolar y derechoso y aceptó que Chiche Duhalde o Graciela Camaño lo acompañen para gobernador. Daría la impresión de que Seita terminó la encuesta sin saber lo que iba a decir el fin de semana quien le encarga las encuestas.

Además, la medición en cuestión sería anterior a situaciones que habrían producido cambios en la opinión pública: el espectacular triunfo en la interna de Ricardo Alfonsín y la foto de todo el Peronismo Federal la semana pasada, que le quitó la iniciativa política al kirchnerismo. Ahora el gobierno no sabe cómo retomar la iniciativa, porque se lo dificulta el desbande salarial en las paritarias, el alza del dólar paralelo y el retorno de la alta inflación a partir de junio.

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de Guillermo Cherashny por gentileza del Informador Público