martes, 22 de junio de 2010
HIPOCRESÍA
El viernes 4 de julio de 1975 una bomba estalló en el céntrico bar porteño El Ibérico. La finalidad del atentado fue asesinar a un oficial naval. Murieron dos parroquianos. Un mozo y una mujer en la puerta del baño; varios resultaron heridos.
Poco días más tarde fueron detenidos Jorge Enrique Taiana, cofundador de Descamisados, y su esposa, Graciela Iturraspe, alias “Inés”. Ella fue conducida a la cárcel de Devoto (por tener dos hijos menores) y él, a La Plata.
Más tarde, Jorge Taiana fue trasladado al penal de Rawson en el que eligió prestar tareas en la panadería, hasta salir en “libertad vigilada”.
Taiana, que hace treinta años se dedicaba a poner bombas y matar gente, ayer como canciller de la Argentina se llenó la boca con la defensa de los derechos humanos. Hay hipocresías siniestras.
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