domingo, 6 de junio de 2010

INFILTRADOS


¡ME OLVIDABA! ¿UD. ESTUVO HACIENDO VIGILIA EL DÍA 31 A LA NOCHE FRENTE AL CONGRESO NACIONAL EN REPUDIO AL PROYECTO DE LEY QUE LEGITIMARÍA EL MATRIMONIO GAY?



Debo confesarle que en ésta no me anoté. ¿Los motivos?. En principio me vienen tres a la cabeza, y le voy a dejar como postre y como corresponde el tercero, sin lugar a duda, el más contundente.

El primero, volver a hacer el ridículo, tal cual ocurriera el día del Bicentenario en las puertas de la Catedral Metropolitana.

El segundo, tener algo comprometido mi aparato respiratorio y la necesidad de preservarme del frío.

EL TERCERO, el temor a los “infiltrados”. Ud. me dice que siempre hice alarde de no temer a los infiltrados y hasta he criticado sin piedad, la falta de coraje y compromiso cívico de algunos semejantes. ¡Es verdad!; negárselo, sería de una necedad extrema. Ocurre que en éste caso, reparé en la posibilidad de que se hicieran presentes, “infiltrados con características especiales”, a los que si bien no temo, les hago un poco de “asquito”. Me dice que no me entiende. Son pocas las veces que Ud. me entiende, ¿me entiende ahora?. Me vuelve a decir que no. ¿Vió?, es como le digo. Paso entonces a explicarle; solo le pido que me escuche o lea, en lugar de oírme y repasarme. Gracias. Soy amigo de las manifestaciones pacíficas, así esté dispuesto a bancármela si alguna de ellas se convierte en “virulenta”. Sì le puedo asegurar, que jamás seré quien las desnaturalice. Y en éste caso, no descarté la posibilidad que mi indignación llegara a traicionarme o desbordarme. ¿Hasta acá me sigue?. Me dice que sí. ¡Bien, bien por Ud.!. Le voy a citar solo dos ejemplos, tomando como referencia la cantidad diría “importante” de gente que se congregó, estimada en unas diez mil almas. Ejemplo a): percibo que alguien que está detrás, me apoya un tremendo “falo” sobre las nalgas, apenas preservadas por mi calzoncillo y pantalón. En una fracción de segundo, resulta imposible determinar si se trata de un “putazo”, porque los hay activos y pasivos, ¿sabía verdad?. Me dice que sí sabe. Bien, sigo; o simplemente de un tipo bien dotado, cuya única intención fue “buscar refugio en mi cuerpo”, habida cuenta de la baja sensación térmica. En éste caso puntual, el riesgo que pague “justo por pecador”, con el agravante que aún tratándose del “pecador”, la cosa terminaría en un “soberano quilombo”. ¡Ni le cuento en caso del ejemplo b): que un tipo se arrodille frente a mí, pretendiendo manotear la bragueta de mi pantalón, por general está provista de cierre y abridor de los denominados “relámpago” y que desde hace muchos años, desplazó a la para entonces clásica “bragueta con botones”. Ud. me dice que soy exagerado e intolerante. ¡A mí me parece que es mucho más exagerado ser putazo y jactarse de esa condición!. Respecto a la intolerancia, le digo que jamás la cambiaré por la tolerancia extrema como el correr el riesgo, como bien rezaban los carteles, que mañana una criatura no tenga papá y mamá o lo que es peor, no sepa quién es quién.

Ricardo Jorge Pareja

parejaricardo@hotmail.com

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